𝐂𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐀𝐥𝐚 𝐅𝐮𝐞𝐫𝐳𝐚 𝐈𝐈.

•29•

•||Capítulo 29||•

M I C H E L

—¡FATAL ACCIDENTE DE TRÁNSITO EN LA CARRETERA ESTATAL ACCESO OESTE! DOS MUERTOS.

Sin más apago la TV.

—¡Damián! –grité y el nombrado aparece.

—Señor yo...

—¡¿Señor?! ¡Señor! ¿¡acaso no puedes hacer nada bien!?

—Señor... los hemos seguido, y... y los que tenían que ir juntos en ese auto serían ellos no sus hermanos...

En medio de un irritantado suspiro digo:

—Todo tengo que hacerlo yo. -sin más tomo mi arma y le disparo, directo en el cráneo. No sé lo esperó, sus ojos abiertos me lo hicieron saber.

—¡Jackson! -el nombrado aparece notablemente asustado, cuanto me divertía este tipo.

—¿Señor..?

—Tira la basura. -dije mientras señalaba al cuerpo de Damián.

—Si señor. -tomo los restos de Damián y fue arrastrando su cadáver.

Damián no pudo hacer nada bien, y claro está que Jackson sirve para espiar no para matar así que sin más comienzo mi perfecto plan, sin fallas.

[...]

M Í A

—En esta tarde estamos unidos para despedir a dos personas increíbles: Jonathan Vélez Muños y Alejandra Elizabeth Johnson. Ellos fueron dos personas realmente hermosas, dos hermanos, dos hijos, dos amigos.. dos futuros padres.. en esta tarde despedimos a dos almas inigualables, dos almas que dejaron su huella en este mundo para pasar a uno mejor. Oremos.

Prácticamente fue algo de lo que escuché, mi mente simplemente no paraba de recordar las veces en las que estuve con mi hermana, las veces en las que peleamos, las veces en las que nos reconciliamos, los buenos y malos momentos, absolutamente todo. Y algo era claro, esta erá la despedida.

Mis ojos rojos no daban tregua, seguían llorando como cuando llegué, como si mis lágrimas fueran interminables.

Yenny, Rubén, Marcos, Karen, Pablo, Christopher y gente que no conocía me rodeaban, lloraban, y sufrían al igual que yo.

Todos y cada unos de nosotros nos encontrábamos rodeando las dos tumbas, observando como nuestros seres queridos eran llevados a ese largo pozo.
No puedo, mis piernas comienzan a flaquear y esta vez no me creo capaz de sostenerme. Cuando siento que caeré unos brazos me rodean, son tan familiares como desconocidos. Era él, era Christopher.

—Se fue... se fueron. -no dejé de llorar mientras enterraba mi rostro en su pecho.

—Lo sé... y también me duele. -nos abrazamos fuertemente mientras ambos lloramos.

[...]

C H R I S T O P H E R

El entierro fue lo peor. Lo peor.

Me sentía tan sólo y confundido.

Aquí rodeando los brazos en Mía veo al único hermano que me quedaba siendo enterrado. Fue... horrible, y creo que lo único que me consuela es saber que esta en un lugar mejor.

Al rededor de una hora la gente comienza a desaparecer y sólo quedamos Mía y yo.

—¿Y ahora? -pregunta ella.

—Sólo nos queda cumplir su petición.

Ella me abraza levemente y se separa de mi llendo a la ahora tumba de su hermana.

—No sé que tal lo haré, sólo quiero que sepas que voy a hacer que te sientas orgullosa de mi hermanita.

Escuchar su promesa me hace estremecer y voy a la tumba de mi hermano.

—Haremos lo mejor para su niña, lo mejor.