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[Últimos 4 capítulos🤧].

•||Capítulo 32||•

C H R I S T O P H E R

Me paso las siguientes veinticuatro horas internado, y ya cumplidas estas soy dado de alta, mamá no me ha dejado en ningún momento al igual que Pablo, en cambio papá y Mía no han venido en ningún momento.

Necesito verlos.

Unas horas más tarde y con unos cuantos medicamentos en manos voy hacia la casa acompañando de mamá y Pablo.

Todo está en silencio, extrañamente en silencio hasta que veo a papá, en la sala y con una botella de whisky.

—¡Hijo! -habla notablemente ebrio.

—Rubén cariño, ve a la cama, no estás en condiciones. -le dice mamá pero él la ignora y simplemente me observa, como si no hubiera nadie más.

—Quiero hablar con mi hijo, a solas.

—Mejor hablen cuando estés sobrio cariño.

—No. Quiero hablar ahora.

—Hijo.. -intenta hablar mamá.

—Esta bien mamá. -digo. Ella asiente y desaparece con Pablo, a medias y con mi mano en el estómago voy hacia papá.

—Tiene valentía, claro que la tiene. -admite y bebe otro trago de su whisky.

—No te estoy entendiendo papá. -admito mirándolo.

—Mía, ¿sabes lo que me ha dicho?

—¿Que te dijo?

—Que mis palabras los hace sentir mal. Que mis palabras los hieren y que... -lo interrumpo.

—Tiene toda la razón pero... ¿que tiene que ver Mía con todo esto?

—No me has dejado terminar. -me reprocha y hago silencio-. Me ha dicho en otras palabras que soy muy insensible, y que no les demuestro cuanto los amo. -quisiera negarlo pero sería una vil mentira decirle que no es así- ¿Sabes? En primer lugar nunca los quise casar, ni a Jonathan ni a ti. Y si te presionaba con mi empresa era por que quería verte triunfar hijo, sé que mi manera de amar es inusual e insensible, pero hijo, aquí bajo el efecto de esto -levanta su whisky-, quiero que sepas que te amo, y que siempre te amé, siempre estuve orgulloso de ti, y aún así como estamos me sigues enorgulleciendo, superas cosas como éstas, sales adelante y luchas por lo que es tuyo, te admiro hijo. Tú, tu hermanos y mamá siempre fueron mi vida, y siempre lo serán.

—Wow. Papá... no sé que decir. -admito. Me ha dejado sin palabras.

—Te amo hijo. -sus ojos se cristalizan instantáneamente.

—Te amo papá. -acorto nuestra distancia y lo abrazo. Lo abrazo como no lo he hecho en todo este tiempo.

M Í A

Debía de volver al hospital, tenía que ver a Luz, llegaba 15 minutos tarde al horario de visitas. Cuando llego me encuentro a Luz acompañada de él. Christopher estaba con ella.

Carraspeo mi garganta y el voltea a verme.

—Creí que hoy me tocaba cuidarla yo.

—Así es. Sólo que necesitaba verla... me da paz.

—A mi igual. -se pronto la pequeña Luz abre sus pequeños ojitos.

Pasan unos minutos y seguimos así. En la misma posición uno alado del otro en pleno silencio viendo a la bella bebé mover sus manecitas.

—Buenas tardes chicos. -el pediatra encargado de Luz aparece-. Me alegra que se hayan decido a venir juntos, así les daré las noticias.

Dejo de ver a Luz para posar mi mirada en Nicolás el pediatra.

—¿Luz está bien? -me apresure a decir.

—¿Nada grave verdad? -pregunta Christopher.

—No claro que no. A partir de hoy la pequeña Luz podrá salir de la incubadora. Ha logrado el peso ideal y ahora no corre riesgo alguno. Luz será una niña saludable. Y si todo sigue igual el alta será dada en los siguientes días.

—Gracias a dios.

—Muchas gracias doctor. -Christopher estrecha su mano con Nicolás.

—Gracias por cuidarla Nick, has sido un amor. -le sonrió y el sonríe mientras nos toma a Christopher y a mi guiándonos a unos asientos.

—Tomen asiento. En un momento podrán tener en sus brazos a la pequeña.

Mis manos sudan. ¿Cómo se carga a un bebé? Es más ¿cómo se carga a un bebé del tiempo de Luz? ¿y si la tiró? Miro a Christopher y el parece estar igual o peor que yo. Estoy por preguntarle pero parece leer mi mente y dice:

—Jamás he alzado a un bebé de ese tiempo. Y quizás estoy peor que tú.

—Espero hacerlo bien.

—Lo haremos bien Mía.

C H R I S T O P H E R


Pasamos la siguientes dos horas con Luz, nos han dejado cargarla e incluso darle el biberón. Se nos complicó tanto a Mía como a mí, pero lo hemos hecho muy bien. Ahora que Luz es trasladada al área de pediatría con mamá, Mía y yo salimos del hospital.

—Bueno... -ella se aleja de mi- nos vemos. -y comienza a caminar.

—Mía -la llamo- ¿podemos hablar?

Me mira de una manera en la que no me gusta y señala una banca a metros de nosotros. Primero se sienta ella y luego yo.

—Quiero hablar contigo sobre Michel Mía. -admito esperando su aprobación para seguir.

—Quiero a Luz. -dice de repente-. Quiero cuidarla y estar para ella, pero no quiero seguir con lo nuestro. No quiero intentarlo.

Valla, me ha dejado mudo.

—Mía ¿te estás escuchando?

—Perfectamente.

—Yo te amo.

—Y yo a ti. Pero simplemente no lo quiero intentar. Ya no. Seremos buenos padres para Luz, seremos los mejores si, si nos ponemos de acuerdo creo que.. -la interrumpo.

—No. Quiero que lo hagamos juntos.

—Y lo haremos juntos Christopher.

—Juntos cómo pareja Mía.

—No. Así no.

—Mía...

—No. Ya no.

𝐂𝐚𝐬𝐚𝐝𝐨𝐬 𝐀𝐥𝐚 𝐅𝐮𝐞𝐫𝐳𝐚 𝐈𝐈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora