「Rutina」

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Some people survive chaos
and that is how they grow.
And some people thrive in chaos,
because chaos is all they know.

Una vez más, como de costumbre, la luz natural invadió la habitación del rubio, haciendo así que este se despertara lentamente, estirándose. Se puso sus zapatillas de casa de color azul con pereza, arrastrando los pies mientras caminaba con una mala postura, llegando así a la cocina, donde estaba su mejor amigo, el de cresta, cocinando unos deliciosos crepes que olían que alimentaban.

Horacio se giró, dedicándole sus típicas sonrisas a Gustabo, haciendo así que este también respondiera con una sonrisa soñolienta.

En cuestión de Segundos, Pérez puso la salsa de chocolate por encima de aquel desayuno, viendo como esto caía lentamente por los lados de los crepes. Le acercó el plato a Gustabo, consiguiendo que este, hambriento, comenzara a comer.

—¿Vas a ir a trabajar hoy?— preguntó con la boca llena el de ojos azules, por no decir grisáceos

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¿Vas a ir a trabajar hoy?— preguntó con la boca llena el de ojos azules, por no decir grisáceos.
¡Sí! ¿Tú no vienes?— contestó el de cresta, sentándose a su lado para comenzar a desayunar.
Bueno...— Gustabo dudó en que responder, la verdad es que no sabía muy bien que había pasado después de tantos meses encerrado, e incluso no sabía si Conway aún le odiaba o le guardaba rencor por ese pequeño incidente cuando estaba Pogo.— Ni siquiera sé si sigo manteniendo ese trabajo.— dijo finalmente, depositando un suspiro para luego dar otra mordida a su ultimo crepe.
Daleee, no seas vago y acompáñame por lo menos, habla con Conway sobre lo sucedido y ya verás que aún te quiere en el trabajo, aunque no lo creas has ayudado mucho.— animó, dándole pequeños golpes en el hombro. García al escucharlo, no pudo evitar sonreír.

¿Ves como unas pequeñas palabras insignificantes podría salvar a alguien? Bueno, pues Gustabo necesitaba esas palabras

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¿Ves como unas pequeñas palabras insignificantes podría salvar a alguien? Bueno, pues Gustabo necesitaba esas palabras.

De acuerdo Horacio, muchas gracias.— contestó, relajando sus hombros y cogiendo su plato, para depositarlo en la lavavajillas junto al de Horacio, que había terminado justo unos segundos después.

Era hora de ir al trabajo.

𝐑𝐚𝐲𝐨 𝐝𝐞 𝐋𝐮𝐳 (Intenabo AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora