𝐑𝐚𝐲𝐨 𝐝𝐞 𝐋𝐮𝐳 (Intenabo AU)

「Cálidez」

La calidez es algo de los que muchos hemos escuchado hablar, ¿no es así?

Sentirte cálido en los brazos de alguien, sentirte cálido en un hogar o en un espacio en concreto, sentirte cálido por una presencia o simplemente por la ropa que llevas puesta... Pues a lo que me refiero con esto, es que muchos seres humanos, e incluso tú, que estás leyendo esto, en algún momento de tu vida, habrás experimentado este sentimiento o, experimentaras en un futuro, pero también, podrás haber llegado a experimentar un vacío, un vacío negro, oscuro y sin salida, donde todo está frío, vayas donde vayas las cosas no te convencen y te cuesta digerir muchos eventos de tu vida, complicados o no tan complicados, pero... "tranquilo, de todo se sale" te dirán o te habrán dicho... ¿Pero qué pasa si no es así? ¿Que pasa si necesitas aquella mano salvadora?

García después de aquella noche, calló rendido en la cama, cansado, durmiéndose al instante después de varios pensamientos, que, como siempre, le carcomían la cabeza.

Después de unas pocas horas de sueño, se levantó, gracias al despertador que sonaba tan intensamente cada mañana de la semana, cansado y harto del sonido irritante, apagó la máquina a golpes, lo raro era que dicha cosa siguiera funcionando.

Miró al bello cielo que le proporcionaba la ventana. Este era de un color rosado, junto a un morado, mezclándose a la perfección. Gustabo, se levantó con cuidado de no caerse, ya que al no comer bien últimamente, sus defensas estaban bajas, haciendo así que este estuviera más débil para todo.
Se aceró a la ventana, apoyándose en esta, abriéndola y sintiendo el aire golpeando su cara, aspirando el aroma y escuchando a pequeños pájaros cantar con alegría.

Pasaron minutos y minutos, hasta que se cansó de observar el cielo. Estirándose, cerró la ventana, para así dirigirse, sin gana, al comedor.

Un gato asomaba la pata por el cristal varías veces, intentando llamar la atención del rubio, y dicho deseo, se cumplió. El de ojos azules comenzó a observar al gato, cual empezó a restregarse por el suelo y dar vueltas, como si intentara sacarle una sonrisa a García. Gustabo, acercándose, abrió el pequeño cristal, dejando pasar al felino y cogiéndolo en brazos, consiguiendo que el animal peludo le hiciera caricias en la cara, sacándole una gran sonrisa a Gustabo, junto a risitas por las cosquillas que le transmitían su bigote.

Abrazó al animal por constantes segundos, el gato, no se negaba a dicho abrazo, al contrario, ronroneaba, aceptando el cálido abrazo que le estaba regalando el desconocido.

Y ahí fue, cuando García notó algo

Los abrazos transmitían calidez, calidez que a su podrido corazón, le vendría bien.

—Un abrazo en un buen momento...— pensó, dejando al gato en el suelo, cual corrió hacia fuera de una manera bastante alegre.

¿En qué momento sucederá ese abrazo?