「No todo es lo que parece.」

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Maybe I'll see you in another life
if this one wasn't enough .

La mirada impaciente de Jack era presente sobre el cuerpo del rubio, mientras que su mano se dirigía a su bolsillo lentamente, tratando de disimular dicho movimiento.

La mano del superior se encontraba posicionada sobre su bolsillo, donde se encontraba escondida la radio, mandando así un 10-20 a través de un botón rojo que poseía aquella máquina, García le miraba confundido, sabía que planeaba algo pero no se le ocurría el qué, así que empezó a examinar a Jack.

—¿Qué tienes en tu bolsillo?— acusó, aunque el tembleque y su voz rota seguían ahí.

—Mi radio, estaba patrullando.— se excusó el de pelo negro, calmando sus nervios y esperando a que aquel agente llegara a tiempo antes de la temida tragedia sucediera.

Un coche sonó a lo lejos, asustando al rubio, mientras que Jack suspiró aliviado.

—¿A quien coño has llamado ahora?— le gritó a Conway, mirándole fijamente para después ver de quien se trataba el que estaba llegando

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—¿A quien coño has llamado ahora?— le gritó a Conway, mirándole fijamente para después ver de quien se trataba el que estaba llegando.

¿Volkov? ¿Greco? No, era Horacio.

Eres un hijo de puta, te encanta ver sufrir a la gente, ¿verdad viejo amargado de mierda?

—Ha venido para ayudarte a salir de esta.

—¡GUSTABO!— se escuchó a lo lejos, mientras el de cresta corría hacia ellos, aguantándose las lágrimas en sus grandes ojos.

Realmente le dolía ver esa escena, ver a tu hermano, mejor amigo de la infancia o como quieras llamarlo, en esas condiciones era difícil, pero no haber sospechado de que este estaba ASÍ de mal, era peor.

Por favor no lo hagas, Gustabo por favor— empezó a suplicar Pérez, cual miraba con pena al rubio, cual echó un paso para atrás.

Horacio, dile a Perla que la quiero, ¿vale?

No, Gustabo, ella te necesita aquí.— contestó rápidamente, acercándose más a García.

Jack miraba esa escena, pensando que a Horacio iba a conseguir que la vida de García siguiera en pie. Pero este no sabía que se equivocaba.

Yo también os necesité, pero no estabais.

Un silencio abundó el espacio una vez más, haciendo preocupar a Horacio y haciéndolo sentir culpable de aquel suceso

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Un silencio abundó el espacio una vez más, haciendo preocupar a Horacio y haciéndolo sentir culpable de aquel suceso.

—Gustabo...— soltó el de corbata.

—Perdón.— aquella frase bastó para que García dejara su cuerpo caer al abismo, donde la niebla abundaba, mientras de fondo se escuchaba un largo "no" que provenían del de cresta, junto a insultos que provenían del de corbata, que él mismo se dedicaba hacia su persona.

Gustabo, dibujando una sonrisa en su cara y cerrando los ojos, donde las lágrimas caían hacia el viento, esperando a estamparse contra el agua y las rocas que se hallaban en aquel sitio, buscando su muerte. Empezó a recordar maravillosos momentos, como el cerdito de Pablito, el primer atraco, cuando Horacio adoptó a Perla, su primer día en la mafia y... ahora... no quedaba nada.

Llegando al final, un fuerte pitido sonó en la cabeza de García.

𝐑𝐚𝐲𝐨 𝐝𝐞 𝐋𝐮𝐳 (Intenabo AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora