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Me levanté y con algo de nerviosismo atendí la llamada. Los gritos de mi mamá preguntándome dónde estaba no tardaron en aturdir mis oídos.

— Mamá, te dije que iba a ayudar con la fiesta sorpresa de uno de mis amigos y de paso nos íbamos a quedar a dormir en la casa de uno de ellos

Era mentira, nunca le avisé que iba a hacer todo eso, pero ya estaba un poco vieja así que le haría creer que se olvidó lo que le "dije". Y sobre lo de quedarnos todos a dormir, también era mentira, los únicos que estábamos en la casa éramos Minho y yo.

— No recuerdo que me hayas dicho eso -contestó un poco más calmada.

— Te lo dije en la mañana, ¿acaso lo olvidaste?

No me gustaba mentir y estaba un poco nerviosa de que no me crea, pero me iba a ir peor si se enteraba.

— La verdad no me acuerdo, pero está bien, siento si te desperté, te espero mañana temprano -colgó.

— Y luego yo soy el mentiroso -dijo Minho mirándome con una sonrisa burlona.

— Cállate, es por una buena causa -me acosté junto a él nuevamente.

— ¿Cuando piensas decirles? Cuando dije que era mi vida y ellos no podían manejarla dijiste que tenía razón, ¿por qué no aplicas eso? Ya eres mayor, tus padres no pueden decirte con quién estar y con quién no. Aparte, nunca les he hecho algo malo, ¿por qué no pueden pensar que soy bueno para ti?. O dime, ¿crees que no soy suficiente?

— No digas eso, eres más que suficiente y sé que no has hecho nada malo, pero mis padres tienen puntos de vista distintos. Piensan que tener pareja me desconcentraría de mis estudios, sabes que es el último año de mi carrera y ellos creen que por andar en un noviazgo me voy a olvidar de los estudios. Por favor dame tiempo, sé que es difícil pero te recuerdo que aún vivo en su casa y debo respetar sus decisiones

— No quiero que te sientas presionada, pero ya no quiero aguantar la idea de estar escondiéndonos por todos lados -me abrazó.

— No me estás presionando, te entiendo perfectamente ya que casi va a ser un año desde que estamos juntos y aún no conoces a mis padres, realmente es patético

— Ya, no te preocupes, llegará el momento en el que estés lista y verás que todo saldrá bien. Ahora vamos a descansar -dejó un beso en mi frente y nos dispusimos a dormir.

(...🥀...)

El sonido de la alarma y los besitos que dejaban los gatitos en nuestra cara hizo que me despertara casi al instante.

— Minho, despiértate, necesito que me lleves a casa...¡despiértate!

— Una hora más, por favor... –gruñó aún dormido.

— ¿En serio? Vamos Lee, necesito que me lleves a casa ahora, si no te despiertas en 5 minutos vendré con un vaso de agua y te lo tiraré encima

Me levanté de la cama y salí de la habitación, caminé directamente a la cocina para poder hacer café y tomarlo con Minho antes de irnos.

— Supongo que tienen hambre -miré a Soonie y a Dori que estaban en las alacenas tratando de llegar al sobre con alimento- vengan les daré de comer a los tres

Saqué los platillos y la bolsa con alimento haciendo que ambos gatitos empiecen a seguirme, puse los platillos en el suelo y los llené de alimento.

— Un minuto... ¿dónde está Doongie? –miré en cada rincón pero no se encontraba en ningún lugar de la cocina, agarré el platito con alimento y empecé a deambular por toda la casa buscando al gatito desaparecido– Doongie...¿donde estás? Ven a comer

Llegué a la sala y, conociendo al gatito, me dirigí a la chimenea que era uno de los lugares favoritos de Doongie. Él estaba oliendo el lienzo que estaba apoyado en la pared cerca de la chimenea.

— No, no, no, Doongie, aún no está del todo seco –levanté al gatito y lo aleje de ahí, verifiqué que no tenga pintura en la nariz y dejé el tazón de alimento en la cocina, para que coma a gusto.

Miré el reloj que tenía en mi muñeca y exactamente ya habían pasado los cinco minutos. Agarré el primer vaso que encontré dentro de la alacena y lo llené con agua.
Con cuidado de que no se derrame el agua del vaso, caminé lentamente hasta la habitación para poder despertar a Minho.

— Tu plan falló, ya me cambié y estoy radiante –sonrió divertido mientras me miraba.

— Ugh, tienes suerte, porque de verdad te iba a tirar agua

— Y para no desaprovecharlo, ¿sabes dónde están las pastillas para el dolor de cabeza?

— ¿No están en la mesita de noche?

— Nop...

— Entonces están en el armario –dejé el vaso encima del escritorio y abrí una puerta del guardarropas– aquí están

— Dame una, siento que mi cabeza va a explotar

— Te daría café pero por buscar a Doongie no pude poner el agua para hacerlo

— No te preocupes, estoy bien, ¿ya quieres irte?

— No es que quiera, si fuera por mi me quedaría todos los días, pero sabes cómo son mis padres

— Bien... ¿te conté que me compré una motocicleta?

— No... no me digas que iremos ahí –Minho me miró con una expresión inocente y una gran sonrisa– al menos dime qué sabes manejarla

– Pff, sí, claro...

Imperfect // Stray Kids; Lee MinHo. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora