Imperfect // Stray Kids; Lee MinHo. [✓]

•30•

— Hey, ¿cómo estás? 

— Bien, pero... ¿qué haces con el celular de Hye? ¿Me puedes pasar con ella?

— Ah, ella está...

— ¿Está...?

— Dormida, acá son las 03:00 a.m. Si quieres puedo desperta...

— No, la llamaré en otro momento

Colgué.
No pude ni pegar un ojo pensando en ellos. Ya no sé si es verdad que Hyunjin no siente nada por ella. ¿Y si la está tratando mejor? ¿y si se está ganando su corazón?. Al final él es el que se la pasa más tiempo con ella, el que la ve todos los días, el que puede ayudarla, el que puede escucharla, el que la apoya en estos momentos.
Estuve tan concentrado dañándome mental y emocionalmente, que no me di cuenta de que ya tenía que ir a la academia.
Nuevamente, hice mi rutina.

~Hye~

— Hay algo que tengo que decirte

— ¿Qué pasa, Hyunjin? Sabes que puedes contar conmigo

— Es que... Minho te llamó la otra noche, y yo respondí

— ¿Qué? ¿Por qué no me pasaste con él?

— Estabas dormida, me dijo que no te despierte

— ¿Y por qué le haces caso? ¿sabes hace cuánto tiempo que estoy esperando que tenga un momento para hablar?

— ¿Que porqué le hice caso? porque estábamos durmiendo JUNTOS, Hye. Cambió su tono cuando le dije que estabas dormida

— Mierda

— ¿Crees que se enoje?

— No. No creo que se enoje. Pero de seguro empieza a sobrepensar las cosas y se hará daño. Dios, soy la peor novia que puede existir

— No lo eres. Quizás podemos explicarle

— ¿Cuándo? ¿Eh?

— No lo sé, cálmate

~Minho, días después~

Me encontraba practicando. No sé cómo, porque no tenía fuerzas ni para respirar. En verdad, no podía respirar. Vi como mi remera empezó a teñirse de rojo; me estaba sangrando la nariz. Mi vista se empezó a nublar y me mareé, cayendo al piso. No recuerdo qué más pasó.

(...🥀...)

Me desperté. Estaba acostado en una camilla con mil cosas inyectadas.

— ¿Estuvo durmiendo y comiendo como corresponde?

— No lo sé, vive solo

— ¿Hizo alguna actividad exigente?

— Ha estado haciendo prácticas desde hace muchas horas, le dijimos que pare, pero no. Es muy terco, quiere ser lo mejor y llegar al éxito rápidamente

— Entiendo. ¿Tuvo algunas preocupaciones últimamente? Momentos de estrés, quizás ataques de ansiedad, ¿algo?

— Realmente no puedo brindarle mucha información. Es un chico nuevo en la academia, no tenemos mucho contacto con él. Apenas si sé su nombre, doctora

— Está bien, te puedes retirar. ¿Cómo te sientes? -me miró.

— Me duele todo, en especial los brazos y manos -respondí.

— Tienes venas muy finas, era muy fácil que se revienten, por eso tuvimos que inyectarte muchas veces. Pero no te preocupes, eso hará que te sientas mejor

— Entiendo, puedo aguantarlo

— Estás muy angustiado -se sentó al lado mío.

— ¿Cómo lo sabe? -la miré.

— Se te nota, y lo que te pasó no solo pasa por cansancio, también hay otras razones. Todo eso se junta y generan esa consecuencia. No seré psicóloga, pero estudié y trabajé de esto muchísimos años y quizás tenga la capacidad para ayudarte. ¿Puedo saber cuál es la razón para que estés tan mal?

— Son muchas cosas; tengo unos padres demasiado estúpidos, aunque suene irrespetuoso. Esa maldita academia que es una mierda, no solo te explotan, sino que prácticamente dejé mi vida por ella y me está yendo mal

— Sé que hay algo más

— Mi pareja

— ¿Y...?

— Mi mejor amigo. Se quedaron juntos cuando me fui. De verdad no quiero desconfiar de ellos, pero malos pensamientos abundan en mi mente. Quisiera morirme, se lo juro