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Mi papá casi se atraganta con la comida y mi mamá me miró con los ojos realmente abiertos de la sorpresa.

— ¿Él es tu novio? -preguntó mi mamá mientras mi papá trataba de aliviar su tos tomando agua.

— Sí, lo es. Sé lo que piensan respecto a tener novio a esta edad pero de verdad quiero a Minho, él me hace feliz como nadie más y...

— ¿Que otras sorpresas tienes para nosotros, Hye? ¿acaso también te hiciste un piercing en el ombligo? ¿o te tatuaste?

— No, pero, si tan solo me escucharan...

— ¿Qué estudias muchacho? ‐mi papá miró con una mirada amenazante a Minho.

— Yo... ya terminé mis estudios en la universidad de arte de Seúl, ahora estoy en una academia de baile, señor -contestó Minho delatando su nerviosismo.

— ¿Es en serio? -preguntó mi mamá- ¿de eso piensas mantener a mi hija?. Eres un mediocre, un vago, bueno para nada. ¿Baile?, pf, si de eso quieres dedicarte en la vida, no serás nadie

Minho se tensó y lo noté, por lo tanto agarré más fuerte su mano tratando de calmarlo.

— Al menos dime que aún no han tenido intimidad y no has dejado de lado la promesa de llegar virgen hasta el matrimonio

Un silencio incómodo invadió todo el comedor.

— Mamá, ellos tienen derecho a tener sus creencias, no todos piensan como ustedes. Además, eso es algo privad... -trató de decir mi hermano pero lo interrumpieron.

— Cállate, quiero que me contesten

Bajé mi cabeza para ocultar el rubor de mis mejillas, no me atrevía a decirle a mi mamá que ya no era virgen.

— ¡Suficiente! He llegado hasta aquí. Ambos se van ahora mismo de mi casa -exclamó mi papá enojado.

— Pero papá, eso es injusto

— Señor, no... -Minhó trato de hablar con mi padre pero hizo que se pusiera aún más enojado, parándose de la mesa.

— Tu cállate, que osadía tienes de quitarle la virginidad a mi hija, ¡puede quedar embarazada! y además de que va a arruinarse la vida, no quiero nietos mediocres como tú

— Papá, cálmate -trató de intervenir nuevamente mi hermano.

— ¡Cállate Yoon! Tú no te metas

Los gritos que retumbaban entre las paredes del comedor hacían que empiece a enojarme, trataba de contener todo agarrando más fuerte la mano de Minho pero sabía que en algún momento era capaz de explotar.

— Tu papá tiene razón Hye, vas a irte ahora mismo de esta casa y no volverás

— ¡Ya! -me paré de la mesa dando un golpe sobre ella, hablé casi gritando mientras intentaba no llorar- estoy cansada de que no me apoyen, tanto problema se hacen con que puedo terminar embarazada cuando en su caso no fue distinto, de lo contrario, te recuerdo mamá que tú me tuviste a los 17 años, sin embargo tus papás estuvieron ahí cuando los necesitabas, ¿por qué no pueden ser como mis abuelos?

— Mocosa insolente... ¿ves? -miraron a Minho- eres una mala influencia para nuestra hija, ella jamás nos hubiera levantado la voz y mucho menos gritado de esa forma

Agarré de nuevo a Minho de la mano y, queriendo llorar, salí de la que era mi casa con la compañía de mi novio.

— Y-yo...

— No es tu culpa, es la mía, yo quise presentarte a mis padres

— Sí, pero mira todo lo que pasó, te echaron de la casa y todo por mi culpa

— Te dije que nada es tu culpa, y me disculpo por ellos, por lo que dijeron allí, esas palabras debieron ser muy hirientes...

Minho bajó la mirada dando a entender que realmente le había dolido.

— Dios, lo siento tanto -lo abracé- no eres un mediocre, ni un vago, ni un bueno para nada. Eres todo lo contrario, eres excelente haciendo lo que amas. No tienes que mantenerme como dicen ellos, te juro que en cuanto termine la universidad me buscaré un trabajo y...

Él no me dejó terminar colocando su dedo índice en mis labios.

— No te preocupes, tampoco tienes la culpa, mientras tú me apoyes no necesito a nadie más. Ahora vamos a casa, hace frío y tres bebés nos están esperando -sonrió débilmente.

Asentí y tomamos un taxi hasta su casa, entramos y ahí estaban los tres bebés que nos estaban esperando, con su mirada tan tierna que nos transmitía felicidad aún en momentos difíciles.

— ¿A tus padres no les molesta que me quede?

— Bebé, ya te dije que ellos no tienen porqué meterse, además la casa es mía, puedo hacer lo que quiera, y por parte estoy feliz porque te veré todos los días a toda hora -sonrió.

— No entiendo como haces para sonreír hasta en los peores momentos, realmente te admiro. Cambiando de tema, le diré a mi hermano si puede traerme algo de ropa y cosas personales

— Está bien, yo iré a ducharme

Él se fue y yo me dediqué a mandarle un mensaje a mi hermano preguntándole si podía traerme algunas cosas.
Minutos después llegó y lo hice pasar, hasta eso Minho bajaba por las escaleras secándose el cabello con una toalla.

— Hola -dijo mi hermano cuando lo vió- siento lo que pasó, traté de detenerlo pero fue imposible. Hye siempre me habló de ti, desde el primer día que empezaron a salir y déjame decirte que no te conozco pero sé que eres un buen chico y sé que cuidarás de ella. No les prestes atención a mis padres, no vale la pena

— Gracias -dijo Minho con una pequeña sonrisa.

— Avísenme si necesitan algo, estaré para ustedes

— Está bien, gracias por todo -lo abracé.

— De nada pequeña. Por cierto, bonitos cuadros -miró mis lienzos.

— Ah... Minho y yo pintamos cuando tenemos tiempo libre -dije nerviosa- pero ya vete que es tarde y a mis papás no les gustará la idea de que hayas venido

— Está bien, nos vemos, descansen -se despidió y se fue.

— Nosotros deberíamos hacer lo mismo -dijo Minho.

— Tienes razón, pero también me ducharé, necesito despejarme

— Está bien

Fuimos a los respectivos cuartos de la casa. Me duché, me puse el pijama y al llegar a la habitación estaban Minho y los tres gatitos dormidos ocupando toda la cama.
Los corrí un poco, me acosté para después abrazarlo y quedarme profundamente dormida.

Imperfect // Stray Kids; Lee MinHo. [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora