doce; boliche y celos

924 119 70
                                    

Valentín.

—Uh loco cortenla, ya me hincharon las pelotas.

Dani sentado en mis piernas se rió en mi hombro volviendo a dejar besitos en mi cara solo para molestar a Mauro.

—Fua Mauro, sos re cortamambo. —Dijo mi novio levantándose de mi regazo y buscando plata en su billetera, era el único que faltaba que ponga para pagar las pizzas.

—Y bueno, dejen de comer adelante de los pobres.

Se escuchó la bocina del delivery afuera y Dani y Agus forcejearon con el picaporte de la puerta peleando por quien iba a atender al pibe.

—'Tas raro vos, ¿qué te pasa? —Le pregunté a Mauro cuando fuimos a buscar los vasos a la cocina

—Nada amigo, laburé todo el día con mi viejo y estoy cansado. —No parecía con ganas de hablar así que no insistí, pero después le iba a preguntar mejor porque sabía bien que esa no era su cara de estar cansado.

Eran las dos y media, y mi mano bailaba sobre el pelo de Dani quien hablaba entretenido con Mauro, cuando Agus habló rompiendo el silencio.

—Che, está para ir al baile, ¿no?

Dani me miró a mí buscando una respuesta a lo que yo asentí mirando a Mauro, quien suspiró y asintió un poco desganado.

Mau y los contactos que tiene gracias a salir de joda nos hicieron pasar al boliche sin tener que hacer fila, lo cual agradecimos todos porque era una noche fría, incluso nos dieron un par de consumiciones gratis.

Al toque que entramos cambiamos las consumiciones y Agus y Dani se fueron a bailar, Mauro y yo nos quedamos en un rincón.

Después de la última vez que Mauro se peleó en el boliche le dimos una segunda oportunidad y se portó bien, así que ahora volvimos a salir con él, solamente había que mantenerlo un poquito vigilado.

Dani bailaba sonriente y me removí incómodo cuando vi como las mujeres a su lado lo devoraban con la mirada.

Las inseguridades cada vez me estaban comiendo más la cabeza pero por ahora no se me habían explotado con nada, si bien me bajoneaba un poco cuando él subía una historia de su cara y sus conocidos se la reaccionan con caritas enamoradas al rato se me pasaba y no le decía nada, porque tampoco tenía el derecho, ¿qué le voy a decir? ¿que no suba fotos y que salga a la calle con una bolsa en la cara para que no lo miren? Obviamente no, las inseguridades eran mías y él no tenía porqué lidiar con ellas.

Pero las mujeres a su alrededor eran muy lindas y no paraban de mirarlo, un grupito en particular que parecía estar debatiendo sobre cuál de todas tenía que acercarse a bailar con él.

Lo peor de todo es que ni siquiera sé si Dani es gay o bisexual, la opción de ser hetero se descarta por obvias razones, sacudí mi cabeza sacando esos pensamientos, ¿qué importa su orientación sexual en estos momentos? Actualmente es mi novio, eso es lo que importa.

—Estos celos me hacen daño, me enloquecen. —Cantó Mauro dándole un sorbo a su vodka con jugo.

—Dale gato, ¿qué decís? —Ni siquiera era esa la canción que estaba sonando en el lugar así que Mauro se estaba burlando de mí.

—Amigo, andá a sacarlo de ahí, o andá a bailar con él pero dejá de mirarlo así que lo vas a ojear y mi abuela está de vacaciones así que no le va a poder curar el ojeo. —Chisté ante sus palabras restándole importancia.

—¿Y vos qué onda? ¿No vas a ir a cazar hoy? —Dije cambiando de tema.

—Na, ni ganas. —Respondió haciéndome entrecerrar los ojos con desconfianza.

—Vos andas con alguien.

—¿Qué? ¡No!

—Andas con alguien gato, no me mientas, ya estarías atrás de la primera wacha que se te haya aparecido sino.

—¿Es linda? —Pregunté y Mauro se sonrojó todavía más haciéndome abrir los ojos con sorpresa. —Es un chabón.

—No te voy a contar nada, Dani y vos tardaron años en contarnos.

—Porque no estábamos juntos govir, dale contame. —Mauro se removió incómodo dándole un sorbo corto a su trago. —Te jodo tarado, contame si querés nomás, no te estoy presionando.

—Te quiero contar porque no sé guardarme cosas y además voy a necesitar consejos con eso de hacer las cosas bien. —Me reí fuerte asintiendo dándole el pie a que siga hablando. —Es el primo de una vecina, vino de Córdoba de vacaciones este año, me tiene re de la correa ya pero supuestamente a fin de año se va de nuevo, así que no sé…

—¿Y vos ya te estás enganchando?

Mauro se encogió de hombros y su ceño se frunció en señal de tristeza, mi amigo aparentaba ser alguien fuerte y sin ninguna inseguridad ni problema pero los que lo conocíamos sabíamos que es todo lo contrario, dejé de preguntar sobre el tema porque no era ni el momento ni el lugar para hacerlo sentir mal, se supone que habíamos venido a divertirnos y acá estamos; uno triste por un cordobés y el otro rojo de los celos.

Dani y Agus aparecieron riéndose un rato después.

—Amor, vamos a bailar. —Dani me abrazó por la cintura acercándose a mi cara buscando un beso al que no me resistí.

—No Dan, estoy bien acá.

—Daaale. —Las trompetas retumbaron en el boliche anunciando ese reggaeton viejo que a Dani tanto le gustaba. —Dale ojitos, te quiero perrear esta canción a vos, no le quiero bailar al aire.

No quería ser tan fácil pero tampoco es que me puedo resistir mucho si Dani me promete perrearme.

Me agarró de la mano para llevarme adonde estaba él antes y me besó fuerte y con ganas, mis manos que habitualmente están en su cadera bajaron un poquito más acunando su culo, su risa mientras se daba vuelta y pegaba su culo a mí me estaba hipnotizando casi tanto como el perfume que emanaba su cuello en el que ahora estaba apoyado.

Salimos del boliche cuando ya era de día, sabíamos que el McDonald's iba a estar lleno como siempre e iba a ser imposible comer ahí así que caminamos un par de cuadras hasta encontrar una panchería abierta.

Después de pedir, pagar y recibir los tres panchos y una hamburguesa completa para Mauro nos sentamos a comer en la vereda.

—¿Qué pasó que estuviste medio con cara de tuje toda la noche? —Me preguntó Dani dando un sorbo a su latita de Sprite.

—Nada amor, cosas mías. —Dani rodó los ojos mirándome y yo sabía que guardarme las cosas no estaba bien y no iba a aportar a la pareja, ya lo habíamos hablado. —Me puse celoso de la gente que te miraba, nada más.

—Pero ni siquiera me acerqué a alguien, estuve con Agus siempre.

—Ya sé, son inseguridades mías, no tiene nada que ver con vos.

—Pero no quiero que te sientas así, ni que estés enojado.

—No estoy enojado bebé, ¿de qué me voy a enojar? ¿de que seas lindo? No es tu culpa. —Dije limpiando el borde de su boca manchado de ketchup.

—Ya sé que no, pero quiero que hablemos de porqué te sentís así, que lo solucionemos.

—Tranqui, lo voy a hablar con la psicóloga y lo voy a solucionar, no te sientas mal por nada, no es tu culpa.

Dani susurró un okey antes de darle un último mordisco a su pancho y reírse de Mauro quien estaba apoyado contra la pared y masticaba casi dormido.

Bostecé fuerte y me apoyé en su hombro, la manito de Daniel fue a parar a mi cara como acto reflejo acariciando despacito, giró un poco su cabeza para dejar un besito largo en mi pelo, sonreí sintiéndome seguro.

voten, comenten y gracias x leerme 💜

friends ; wosaniDonde viven las historias. Descúbrelo ahora