𝑷𝑬𝑹𝑹𝑰𝑻𝑶 𝑷𝑬𝑹𝑫𝑰𝑫𝑶 ᴥ︎︎︎ 𝐕𝐌𝐈𝐍

15 huellitas

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Jm;

De pequeño me dijeron que los hombres no lloran. En momentos de dolor, en momentos donde las mujeres lloraban desconsoladas sintiendo que todo estaba perdido, los hombres mantenían la compostura, los hombres siempre son fuertes. Si se tiene que sufrir, se hace cuando la soledad le acompañe o simplemente el hombre se traga sus lágrimas. Porque eran resistentes y ni la melancolía, tristeza o desdicha podría hacerlos lagrimear.

No sé a qué edad me dijeron esta mierda, pero es obvio que no sólo las mujeres lloran, todos lloramos. En algún momento la sociedad se creía esto pero que les den a todos, no he parado de llorar desde que llegué a mi maldita casa.

Mi hermano sabe que algo sucedió, mi madre me preguntó abruptamente por qué diablos tenía los párpados tan hinchados a la mañana siguiente y al desayunar, mi papá me miró de pies a cabeza, debido a que entré con el corazón roto a mi habitación y salí como un verdadero Snorlax.

No sé si haya un Dios, pero gracias a ese ser justamente la fractura de mis esperanzas ocurrió un sábado, fin de semana.

¿Lo malo?

Que yo quería más tiempo para llorar y desahogarme en la mugre de mi cuarto, que ya llevaba días previos sin barrer. No quería volver al liceo un lunes, en especial cuando la persona que inconscientemente rompió mi corazón es uno de mis mejores amigos, cuyo rostro he visto por varios años a lo largo de mi vida, y encima, estudia conmigo.

¿Por qué tuve que enamorarme de él ¿Acaso es ciego ese niño que lanza flechas a lo loco, de nombre cupido?

No lo sé.

Me gustaría saberlo, pero me duele, y sinceramente no quisiera llorar por algo que para empezar, sólo existió en mi imaginación.

Tal vez esté exagerando, pero cuando se me desvanece la rabia que conservo hacia mi persona, comienzo a sentirme tan insuficiente que las lágrimas vuelven a caer por mis mejillas, y además de insuficiente, me siento inútil.

Increíblemente inútil.

El chirrido de una puerta abriéndose hace que me ponga alerta. No es como si todos los días llorara a moco suelto y me privara de salir a la sala o a cualquier rincón de mi casa. Normalmente me la pasaba dando vueltas, así que cuando sé que hay alguien más en mi cuarto, me mantengo quieto, tratando de limpiar mis ojos y que al respirar no se escuchen todos los mocos en mi nariz congestionada, porque cuando estoy solo puedo ser todo lo que yo quiera: una máquina para fabricar lágrimas, una bolsa de basura, un dramático con potencia a debutar en Hollywood que prepara su guión a raíz de dolores amorosos. Pero mientras hubiera alguien más, definitivamente nada de lo anterior.

ㅡ¿Será este el final de Park Jimin?ㅡ Jihyun se adentra a mí habitación tratando de sacarme una sonrisa. Me alegra que sea él, pero en parte, quiero que me deje solo un rato más.

ㅡ Ojalá.

ㅡ Estaba bromeando, tonto.ㅡMe dice como si no fuera obvio, y luego se sienta a la orilla de mi cama, viéndome (aunque parece, más bien, que mientras medita en silencio no está haciendo otra cosa más que analizarme)ㅡNo será el fin del mundo, Jimin. Debes saberlo.

No debió haber dicho eso último, porque mi nariz acaba de vibrar un poco, y eso no es nada bueno. Me gustaría saber cuándo se acaban las gotas saladas de mi cuerpo, más específicamente las de mis lagrimales. Ahora siento la vista empañada y por más que me niego a lucir tan vulnerable, lo hago de la peor forma.