Capítulo 1

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Los paseos debajo de la fría brisa de Rusia se habían convertido en una costumbre para Horacio, quien al inicio no había tolerado aquellas bajas temperaturas del país soviético. No era estúpido y sabía que aquel sentimiento de pertenencia que sentía por aquellas tierras no era más que una consecuencia de sentir que Volkov estaba vivo bajo su piel debido a las derivas que realizaron durante la guerra. Era un sentimiento agridulce porque había algo dentro de él que pensaba como el ruso y era doloroso recordar que ese hombre ya no se encontraba en ese mundo. Sin embargo, por mucho que la personalidad de Horacio parecía estar adaptándose a la propia esencia de Volkov, era evidente que él no pertenecía a ese mundo, pero se sentía cómodo porque los rusos por su propia naturaleza, le permitían ir bastante a su aire: algo que en Estados Unidos por culpa de la prensa no le sucedía.

En el pasado habían existido grandes diferencias en las personalidades de Volkov y Horacio que, a pesar de ese acercamiento artificial por la deriva, seguía existiendo a día de hoy. Volkov había sido un lobo solitario por naturaleza y, aunque Horacio ahora sentía que necesitaba su propio espacio, al mismo tiempo le hacía sentirse más miserable.

Nunca habría pensado que sería tan cercano a Serjay, porque a pesar de que era un hombre que se tomaba su trabajo y era sin duda alguien confiable, lo cierto es que no existían demasiadas cosas en común entre ellos dos, pero el destino a veces era así. Serjay había permanecido en el ejército al igual que él y al haber viajado ambos a Rusia, encontraba en él una persona en quien apoyarse en el que probablemente, sería el momento más duro de su vida.

A pesar de que Rusia no le hacía bien mentalmente a Horacio, nunca había reflexionado seriamente sobre regresar a su país nativo. No había tenido noticias de Gustabo desde que decidió que el ejército no simbolizaba nada para él y aunque Horacio había intentado contactar con él meses atrás, podría decirse que ahora ya había desistido en tratar de ir detrás del hombre que una vez había considerado su hermano. Por ese motivo, a pesar de que Rusia le recordaba constantemente a Volkov, tampoco sentía que tuviera ningún motivo para regresar a Estados Unidos, no hasta ese momento, al menos.

Realmente él no tenía tareas que cumplimentar en ese país. De hecho, su motivo principal al emprender el viaje hasta Rusia era estar presente en el funeral de Ivanov y Volkov. No había regresado a "casa" por el simple motivo de que no tenía un viaje cerrado para regresar y tampoco le había apetecido. En el caso de Serjay era distinto, sí estaba allí por motivos laborales, así que no fue una noticia sorprendente el día que se le acercó para comentar lo siguiente:

Horacio, en los próximos días debo regresar a Los Santos. ¿Has pensado qué vas a hacer? Puedes quedarte aquí, pero no sé cuándo volverán a enviarme, así que, en ese caso deberíamos despedirnos por una temporada — La única respuesta que Serjay obtuvo en ese momento fue un suspiro largo.

Horacio rehuyó la mirada de Serjay en ese punto y, ciertamente, la única persona que podía considerar a su amigo en la base de Vladivostok era Serjay y, aunque volver a lo que sería su hogar no le hacía especial ilusión, tampoco quería quedarse absolutamente solo en Rusia. Aquellas ideas estaban firmes en su mente. Sin embargo, a Horacio le costó un día de reflexión decirle a Serjay que efectivamente volaría de regreso a Los Santos con él.

Viajaron en un avión perteneciente al ejército en el que realizaron un viaje directo hasta Los Santos. Del viaje en sí no hubo nada relevante que Horacio destacaría: un simple viaje sin contratiempos que duró varias horas en el que no se pudo quedar dormido en ninguno de ellas, a diferencia de su acompañante. Cuando aterrizaron en el cuartel militar de Los Santos estaba lloviendo, por lo que mandaron a unos cadetes en paraguas para acompañarlos al interior sin que se mojasen. A Horacio en lo personal, le molestaba aquel trato especial, pero nunca lo expresaba abiertamente.

Черный ✬ дельтаDonde viven las historias. Descúbrelo ahora