Capitulo 1

394 26 5
                                    

Kagami se encontraba sentada en su puesto escribiendo garabatos en su libreta, y mordiendo la punta de su lápiz a ratos. Había llegado temprano a su primera clase de Análisis del discurso, y se hubiese felicitado si de verdad le gustara la soledad, Pero no, ella odiaba el silencio porque era cuando más se adentraba en sus cavilaciones.

La joven, levantó la vista al oír a alguien arreglándose la garganta. Cuando lo hizo, ya habían llegado un par de estudiantes más, y junto a ella estaba sentado uno de sus colegas. Se había sobresaltado un poco, y al ver al hombre de cabello rubio junto a ella no ayudaba mucho. Aliviada de que no fuese el profesor, le sonrió y lo saludó con amabilidad. Era una característica que había heredado de su madre.

Quien se sentó a su lado, era Adrien de veinticuatro años, era profesor de bellas artes que había decidido tomar una maestría en literatura inglesa al igual que Kagami quién era licenciada en historia. Kagami se sintió interesada en la conversación, y una sensación de sosiego la invadió estando con él. Y fue entonces, cuando agradeció de todo corazón la compañía de Adrien, era amable y divertido y la distraía de todos sus pensamientos. No sabía que hubiera  hecho tantos minutos, sola, hundida en aquel asiento frío, esperando por el profesor.

La clase comenzó cinco minutos más tarde. Kagami miró al director de su tesis, un poco ojeroso y agitado ¿Era su primer día y ya llegaba atrasado? Debe ser un chiste.

La muchacha se sorprendió por lo joven que era, pensó que con ese nombre y apellido sería un doctor con años de experiencia y unos veinte años mayor que ella. Supo en ese entonces, que no le agradaría, y estaba en toda la razón. A simple vista se podía decir que era altanero, frío, cerebral y un sabelotodo. Y es que para Kagami ser sabelotodo era algo que le atraía en un hombre, pero no le gustaba cuando lo usaban en su contra. Pensó también en como podría cambiar de director de proyecto, iría a secretaria y pediría el cambio a otra sección con el profesor Nathaniel o tal vez iría a hablar con el encargado de la maestría. Haría algo para no estar encerrada tres horas con este profesor. Por un momento, luego de una pequeña presentación del curso y de los objetivos del curso, todos comenzaron a hablar e intercambiar conocimientos, entonces Kagami aprovechó la oportunidad de hablar con Adrien, su compañero de puesto, y se distrajo de la mirada fulminante de su profesor. Ella era consciente de que era la única quien no había hablado en su clase y quien no estaba tomando apuntes.

Durante el pequeño receso de diez minutos, tomó sus cosas lista para dirigirse al baño de mujeres y comprar una barrita de cereales.

-Señorita Tsurugi-Los ojos de Kagami se abrieron asustadizos al oír su nombre pronunciado con un acento francés. Se detuvo y su mirada se encontró por primera vez con la de su profesor. Era un adonis, con un cabello pelinegro claro, ojos azules como el océano, sonrisa seductora y hoyuelos que hacían que se viera más inocente de lo que era. Le sonrió para no asustarla, y para que Adrien, quien lo miraba como avestruz, no se alarmara.

''Es un lobo vestido de oveja'' Pensó la señorita Tsurugi.

Dejando torpemente sus cosas en su pupitre, Kagami o Gami, como sus cercanos la llamaban, asintió con su cabeza esperando por las palabras de su profesor.

-Sí, profesor Couffaine.

-Desearía que se presentara en mi oficina al término de la clase.

Kagami volvió a asentir de forma sumisa, apartando muy rápido la vista de sus ojos azules. Sabía que se encontraría con él al inscribir este curso, había escuchado maravillas de él, pero ahora que lo tenía frente a ella, sabía que no era para ella.

Al finalizar la clase, Adrien, la esperaba apoyado en el marco de la puerta. Era alto, musculoso, con una sonrisa de ensueño, educado y un caballero. Todo lo contrario al profesor. Pensó Kagami.

생명을 건넜다 (Vidas cruzadas) © COMPLETODonde viven las historias. Descúbrelo ahora