Tras mis disculpas la tensión entre Lena y yo disminuyó. Seguía teniendo una actitud esquiva conmigo, algo que me frustraba mucho, pero aun así el cambio era notable. Ya no me respondía de forma cortante, ni tampoco parecía estar todo el día enfadada conmigo.
Aquella tregua me permitió hablar con ella y explicarle lo incómodo que me sentía siendo una carga económica. Le propuse unirme a los trabajos extras que realizaban ella y Alex para mantener la casa y La Rebelión, pero se negó en rotundo mostrándose escéptica a que fuese capaz de robar a los de mi propio Sector —aunque sospechaba que el motivo era más personal—. Así que vista la situación le propuse mudarme a otro sitio, en esta ocasión no obtuve una negativa sino una carcajada burlona y la siguiente frase:
—Tengo en consideración tu oferta para ayudar económicamente en casa. Veré qué puedo hacer.
Horas después descubrí gracias a Bobby que Lena ya había intentado deshacerse de mí en varias ocasiones, lo que pasaba era que nadie parecía dispuesto acogerme. No querían alojar a una persona del Sector 2 y menos aún si se trataba de un alto cargo de La OLIC.
Esa misma noche Lena me informó de que, a parte de ayudar a La Rebelión con la lectura generalizada, también trabajaría unas horas en la tienda de segunda mano reponiendo los suministros entre otras tareas. Al parecer había llegado a un acuerdo con Sammy —el encargado de la tienda— para que les redujese el alquiler de la trastienda a cambio de que le quitase algo de trabajo. Acepté sin poner pegas, me parecía justo.
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—Ayer lavé tu lencería rosa... —La mano de Lena tiró de mí arrastrándome al pequeño cuarto de limpieza mientras a nuestro alrededor brotaba un murmullo de risas.
—¡Aaaarg! —gruñó en cuanto la puerta se cerró—. ¡Maldición! ¿Por qué no te puedes comportar como una persona normal?
Alcé los hombros a la par que me apoyaba en una de las paredes.
Aunque mi relación con Lena había mejorado había cosas en las que no coincidíamos y una de ellas era la de discutir todo abiertamente.
Ante mi indiferencia Lena suspiró frustrada y reanudó la discusión que nos había llevado allí:
—Josh, sabemos dónde está y sabemos lo importante que es ese hombre para el Gobierno y para La OLIC. Helio acabará dando con las contraseñas de los archivos, ¿por qué no nos das las claves y nos ahorras trabajo?
—¿Y luego qué haréis? —pregunté a sabiendas de cual era la respuesta. Porque ese había sido el motivo de que yo hubiese bloqueado todos los documentos que tenía sobre Brandon Wars.
Por lo visto el grupo de Lena había dado con la localización de Brandon Wars. Todavía seguía siendo un misterio para mí de qué manera habían descubierto la importancia de este sujeto, sobre todo porque había sido yo quien les había explicado todo lo referente a los laboratorios y el V12, pero por más que había tratado de sonsacárselo a Bobby estaba visto que él tampoco conocía esa información. El problema que tenían era que a pesar de que sabían la importancia de Brandon y su ubicación no tenían nada más, ni siquiera el plano del laboratorio en el que se encontraba, que había podido confirmar que era uno de los laboratorios que me faltaban por revisar antes de que Aron me sacara de las misiones.
—Ir a buscarle —contestó decidida.
¿Cómo podía ser tan cabezota?
Gruñí y empecé a moverme de un lado a otro del pequeño recinto.
—Por eso no pienso dároslo. Sabéis dónde está, ¿y qué? No tenéis ni idea de cómo es el lugar ni del sistema de seguridad. Sólo tenéis un punto. Es una locura que vayáis. No estáis preparados.
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Sector 0: La Rebelión (libro 2)
Ciencia FicciónEn una Ciudad dividida por sectores y dirigida por un Gobierno dictatorial, Josh solo piensa en vengarse por la muerte de su prometida a mano de este. Sin embargo, su lucha se ve interrumpida por una joven que hace que sus ideologías se tambaleen y...