Al día siguiente Jason paso en su auto por mí, era fin de semana, durante el resto de la semana nadie más que Henry y Jason me dirigieron la palabra, realmente estaban siendo un poco exagerados, y sí, quizá yo estuviera siendo un poco egoísta pero no me importaba, también estaba pensando en su seguridad y la mía, por supuesto.
Al pasar los días Jason y yo nos volvíamos uno solo, íbamos a todos lados juntos, siempre protegiéndonos de su padre y de quien quisiera separarnos, seguía sin contarle a mis padres sobre nosotros, deseaba hacerlo con todas las fuerzas del mundo, pero no quería arruinar lo que teníamos, quería que siguiera siendo solo de nosotros, así que egoístamente decidí esperar un tiempo más, que siguiéramos donde mismo y luego lo haría, no quería que esto fuera efímero. A la siguiente semana de que viniera Nate a casa, Henry y yo nos hicimos más cercanos y eso me gusto, seguimos investigando al respecto, sobre "Nate" y como era de esperarse no encontramos nada, lo único que me dijo Henry:
-Isabella, debes cuidarte. No confío ni un poquito siquiera en ese tan Nate, no se, sospecho que está en algo grande y que por eso no hay registros de él, como si fuera un fantasma y, quizá estoy siendo muy paranoico, pero lo he visto con Leyna, deberías cuidarte -finalizó con el ceño fruncido.
-Te entiendo, siento lo mismo -comencé a decir- hago lo posible por estar lejos de él.
-Has más -dijo en tono fuerte.
-Bueno, pero basta de eso -dije buscando un tema en el que enfocarme y que Henry no se centrará más en mí. Encontré el perfecto; Kaylee- ¿que hay de ti y Kaylee?- pregunté tendiéndome en la cama, Jason estaba de visita con su madre por lo que no vendría hasta más tarde, sinceramente lo había extrañado mucho, me había acostumbrado a él, a todo él y solo bastó con un día.
-¿Kaylee y yo?- pregunto fingiendo asombro.
-No soy tonta, Henry -me lanzó una mirada melancólica.
-Extrañó estar con ella sin ningún problema- comenzó a decir- sin que ninguno tuviera que pedirlo, que ambos estuviéramos el uno para el otro, estar en la misma habitación sin que haya tensión entre ambos, pero... pero todo se ensombreció cuando tome el vuelo directo a Múnich y le confesé lo que sentía por ella. ¿No sabes lo qué pasó? -pregunto y negué varias veces con la cabeza- Bueno, ella solo sonrió con asombro y me dijo: "No querido, tú y yo no podemos estar juntos, nos mataríamos, siempre estaríamos peleando, somos completamente diferentes y no creas que no se, tus padres no me aceptarían, solamente dirían; 'No es tu clase de chica, Henry'". Me dijo que me dejaba ir, que quizá encontraría a alguien mejor al pasar lo años, y bla bla -mire una lágrima corriéndole por el rabillo del ojo y le tome una mano apretándosela con fuerza.
- No tienes por que seguir -le dije seria.
-Quiero hacerlo, no por ti, por mi -oh si, debí considerar ese punto- necesito sentirme libre. Le abrí mi corazón, le confesé todo lo que sentía por ella, desde que la conocí supe que era ella y no quería que fuera alguien más, si no es ella no quiero a nadie. Ella me completa, me hace sentir feliz, ha estado conmigo en las buenas y en las malas, en pocas palabras es la chica más increíble que pude conocer...
-Aja, después de mi -dije interrumpiéndolo y haciendo que soltara una risadota.
-Eres de lo peor -dijo entrecerrando los ojos- decidí que lo mejor sería dejarla tranquila, yo hacer mi vida y dejarla a ella, olvidarla... pero fue peor, la extrañaba cada segundo que pasaba lejos de ella, sentía como a cada segundo mi corazón se empequeñecía más y sin que yo pudiera hacer algo. Salí con mil chicas y todas me recordaban a ella, una vez que llegaron y conocieron a Cheryl, sentí por primera vez que había logrado algo, que había despertado celos en ella y que de cierto modo, me pediría regresar... -dejo la expresión en el aire- pero eso nunca sucedió y rompió mi corazón aun más, lo rompió y luego pasó por encima de el, pero con todo el dolor de mi corazón decidí dejarla ir...
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¿Hasta donde estás dispuesto a caer?
RomanceEn un mundo donde casi nadie es real, decides arriesgarte por tus seres queridos, por amor y amistad, ¿hasta donde estás dispuesto a caer?