Capítulo LIX

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Narra Miriam

Una semana, eso es lo que ha pasado desde aquel día en el hospital donde dieron la noticia a Pablo de que su hermano había muerto. Nadie puede imaginarse como se puede volver el mundo de inseguro e inestables en cuestión de 7 días. Ahora mismo me dirijo a casa de Pablo. La que durante estos 7 días se ha convertido en la mía. Mis padres no me quieren ni ver. Cuando conteste de aquella manera a mi padre en el hospital fue algo que no sé si algún día podrán perdonarme. Pues su hija perfecta ha dejado de serlo. Sólo me dejan ir a casa por mi hermana, pues ella sí que pregunta por mí y quiere verme. Como veis todo es bastante extraño, pero no solo mi vida. Pues la de Pablo si que ha dado un giro de 365°, ha perdido toda esperanza. Nadie le reconoce, aunque puede que ayer empezase a ser él, o puede que solo sea cosa nuestra, no sé, ya no sé qué creer. No hace mucho Pablo tiro las cenizas de su hermano, fue él solo, pues su madre no salía de la habitación y el resto no pintaba nos nada ya que Pablo quería despedirse el solo, y nosotros dejamos que lo hiciese. Al resto nos ha afectado, pero lo que más nos afecta es el estado en el que se encuentra Pablo. Ha dejado de comer y después de no sé cuántos años a vuelto a fumar, no ha recaído en las drogas pero a vuelto a consumirlas, y eso no es nada bueno. Y no lo será si siguen así las cosas.

No tardó en llegar a su casa. O la mía, no estoy acostumbrada a llamarla así. Entro sin llamar pues no hace mucho me dieron unas llaves. Me dirijo hacia la habitación de Pablo, la que sea convertido en mía también, sin embargo no está ahí. Aunque para mí sorpresa huele a tabaco, pues nunca fuma dentro de la casa, veo en la mesilla el cigarrillo a medio terminar. Estoy pensando, pues todo es un poco raro cuando de repente escucho un ruido en la que era la habitación de Dani. Cuando habría no me lo puedo creer.

- Miriam: Ey hola

Se gira sorprendido de verme. Os diré otra cosa desde que Dani murió Pablo no ha vuelto al instituto, digamos que está de luto.

- Pablo: Hola

Vuelve a mirar lo que sea que esté haciendo. Yo la verdad no entiendo nada, para que engañarnos

- Miriam: Puedo saber que estás haciendo?

- Pablo: Antes o después tengo que hacerlo.
Y ahí caí ya sabía lo que hacía intentaba pasar página, no superarlo intentaba aprender a vivir con la muerte de su hermano. Pues había dado por finalizada toda esperanza en superar nada. Igual tenía razón y no podía superar algo así? O no sabía cómo, pues como supera alguien a esa persona a la que quieres con todo tu ser a la que has dedicado tú vida? Es posible que realmente no se pueda y es esa la razón por la que Pablo ha decidido tomar el otro camino. Y yo estoy dispuesta a ayudarle en todo lo que me sea posible . Me dispongo a separar las cosas y ayudarle a recoger, sin embargo me doy cuenta de que se guarda cosas para él, recuerdos que no piensa tirar ni abandonar.
Me acerco a él y le abrazo. Abrazo que para mí gran sorpresa es correspondido. Es con él, con este abrazo con el que sé que todo iba a ir a mejor. Y ciertamente no me equivoco. Pues a la semana todo había vuelto casi a la normalidad, bueno a lo más normal posible sobre todo para Pablo.
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Sigo???

Bajo La Luz De Los FocosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora