1._Departamento

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El departamento estaba desnudo. Salvo por la cocina y el baño, no había más muebles en ninguna otra habitación. Mi cama era un saco de dormir y pedía comida a domicilio, porque aun no me conectaban al suministro de gas. Había comprado un sofá, una cama pequeña, una mesa, dos sillas,un horno eléctrico y un estante que llegarían en unos días. Mientras tanto me dedicaría a pintar las paredes, aunque esos días de lluvia me lo pase leyendo tirada sobre mi saco de dormir frente a la chimenea que no podía encender por falta de gas.

Aquella tarde estaba sumida en la lectura, acompañada de una taza de té con naranja y menta, cuando escuché que alguien abría la puerta y entraba en mi hogar de forma bastante atrevida. Me quede ahí, tumbada, mirando al extraño sujeto que me veía como si yo estuviera invadiendo su casa. Era un tipo antropomorfo. Había visto un par de esos, pero nunca interactúe con uno. Era muy delgado, tenía unos ojos mielosos, profundos y penetrantes que no me sacó de encima más que para echar un vistazo al lugar. Llevaba puesto un overol azul, con las mangas subidas hasta los codos, por lo que por un momento creí que era parte del personal de mantenimiento del edificio y le pregunte:

-¿Vienes a conectar el suministro de gas?  

-Este es mi departamento
-declaró con una voz potente y una mirada recriminadora
-¿Tú qué haces aquí?

-¿Tu departamento? Estás equivocado. Este departamento lo rente yo hace unos días y desde entonces estoy viviendo aquí- le dije poniéndome de pie y lo que pudo terminar en una discusión entre los dos, acabo en una discusión entre tres.

El dueño del departamento llegó poco después que él y obviamente le exigimos una explicación. El sujeto del overol se altero bastante, acusando a ese hombre de ser un estafador y con justa razón. Nos rento el inmueble el mismo día con solo una hora de diferencia.

Yo me calle. No hacia falta que hablara. Ese sujeto de nombre Bills, como el dueño lo llamó, era capaz de debatir por los dos pese a tener un solo argumento. Con ese vazarron y actitud de matón, tenía al pobre hombre tipo bastante intimidado. Solo me metí cuando le pidió que me desalojara.

-¿Por qué tengo que irme?- exclame- Yo llegué primero. Estoy instalada aquí- agregué.

-¿Instalada? No tienes nada en este departamento. Yo tengo mis cosas en el camión que está en la entrada- me replicó mientras tomaba al dueño del departamento por la camisa.

-Mejor aun. Solo dile a los de la mudanza que se vayan- le respondí mientras me preguntaba si iba o no a golpear a ese hombre.  

Si le daba un puñetazo no me iba a interponer. Ese tipo se lo merecía.

-Oigan, ninguno tiene que irse-nos dijo aquel hombre,
bastante afligido por tener un puño apuntando directo a su cara- Pueden compartir el departamento.

-¡Olvídalo! ¡No voy a vivir con esta mujer escandalosa!- le gritó Bills al pobre tipo, que levantó las manos como pidiendo piedad.

Yo me cruce de brazos preguntándome que argumentos tenía ese tal Bills para asegurar que yo era una escandalosa cuando el que estaba montando todo un show era él. Aunque estaba bastante de acuerdo en eso de no querer compartir el departamento. Yo buscaba un lugar donde descansar y con toda certeza, con ese tipo como roommate no iba a tener paz. Con cualquiera en realidad. Aunque era más costoso, siempre preferí vivir sola y por lo que escuche, ese tipo también.

Ahora que los argumentos del dueño tampoco eran malos. Claro que él hacia y decía lo que era necesario para no devolvernos el dinero a ninguno de los dos. Era cierto que la renta era bastante barata para la ubicación del inmueble y la calidad de este. Además compartir gastos era un alivio a mi economía, aunque para tal cosa cualquier persona preferiría conocer a su compañero primero.

Parecía ser que la situación de Bills, como lo era la mía, no le permitía darse demasiados lujos en ese momento, porque después de unos minutos soltó al hombre y me miró directo a los ojos para preguntarme:

-Oye chica ¿A qué te dedicas?

-Trabajo y estoy tomando curso de...- le respondí un poco confundida.

-Eso quiere decir que no pasas mucho tiempo en casa- comentó como evaluando la situacion y se llevó la mano a la barbilla.

-No, apenas si llego a dormir- le dije- Pero paso en casa gran parte de los fines de semana- agregue con calma.

-Ya veo y supongo que le pagaste, a este cretino, la renta de este mes por adelantado ¿no?

-Quería el departamento- señalé.

-Sí...-murmuró y miró al sujeto otra vez- Acepto compartir el departamento, pero ni creas que puedes subir el precio de la renta por esa razón. Lo que te pague, por este mes, lo tomaras como si fuera del siguiente. Te felicito. Tienes dos meses por adelantado.

-Pero...

-¡¿Acaso quieres que te denuncie por tus practicas fraudulentas?!-le cuestionó tomándolo por la ropa otra vez.

-No, no claro que no, pero es que la señorita no ha dicho si esta de acuerdo- logro decir el hombre y ambos me miraron.

-Por mi esta bien- dije encogiendo los  hombros.

Yo no estaba en posición de rechazar el compartir los gastos y aunque, con toda certeza, mis amigos me hubieran dicho que estaba cometiendo una estupidez por aceptar vivir con un tipo completo desconocido, yo bueno... ¿Qué puede decir? Seguí una corazonada. 

-Entonces todo arreglado- señaló Bills y dejó al tipo que empezó a hablar de un nuevo contrato a nombre de ambos y todas esas cosas.

Bills le dijo que otro día se ocuparía de eso, que en ese momento le importaba meter sus cosas en el departamento nada más, pero antes de eso fue hacia mí y me extendió la mano para presentarse.

-Mary- le respondí con algo se timidez- Espero nos llevemos bien.

No me dijo más nada y se alejo por el corredor hacia la escalera.
Era un edificio antiguo, sin ascensor y de cuatros plantas.
Nuestro departamento estaba en el tercer nivel. El lugar estaba lejos del centro de la ciudad, en un barrio muy agradable con árboles en las aceras. Era un buen lugar donde vivir.

Yo tomé mi saco de dormir, mi mochila y maleta, para salir al balcón a dar una mirada a la calle. Llovía muy suavemente y pude ver que Bills tenía una cama bastante grande. Los tipos de la mudanza la bajaban como preguntándose como subir hasta el tercer piso con eso. Yo asumí que Bills querría el dormitorio más grande y estaba bien, porque yo pedí una cama pequeña. Además el dormitorio que tendría que usar daba al balcón y eso me gustaba. Caminé por el para abrir esa ventana corrediza y dejar mis cosas en el piso. Me senté sobre el saco de dormir, encendí mi celular y volví a perderme en el blues mientras Bills subía sus cosas y le gritaba a los tipos de la mudanza.

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