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Era la última sesión de Terushima. Él sentía que todo fue un desperdicio de dinero. Aquel dinero pudo haber ido a otras cosas más importantes que su cambiar su orientación sexual, aunque estas no se podían cambiar. Salía a paso lento de la consulta, sabiendo lo que iba a pasar al ver a su madre furiosa.

La mujer entró a la consulta para hablar con la psicóloga Sakiko, y recibir el informe final. Si es que había cambiado algo realmente en su hijo.

Terushima era un chico muy inteligente, incluso un poco más que Yamaguchi. Sacaba calificaciones buenas para lo que era, y extrañamente apenas y estudiaba, solo lo hacía cuando no entendía un tema en particular. Le aburría, y solo pensaba en tocar la batería y crear nuevas canciones con sus amigos. Ellos eran muy talentosos.

Lamentablemente sus padres no valoraban las buenas calificaciones de su hijo, las cuales siempre tenían en la esquina un "Excelente!" o un "Felicitaciones!!" por parte de sus profesores.

Solo se centraban en la orientación sexual de Yuuji. Nada más. Ellos decían que debía tener una novia bonita, para luego casarse y tener hijos.

¿Qué pasa si él quiere a Ken y no a Barbie?

Estaban enfermos. Necesitan ayuda. "Es que nunca has tenido una relación con un hombre, ¿cómo sabes que te gustan?" No es una cosa de que hayas tenido una relación. Hay personas heterosexuales que nunca han tenido una pareja y saben que les gustan los hombres o las mujeres, según el caso.

La madre de Terushima salía con lágrimas en sus ojos de la consulta, mirando a su hijo con terror. ¿No iba a curarse? Claro que no lo haría, no es una enfermedad. Puede que una terapia ayude a confirmar si realmente es homosexual, puede simplemente que esté confundido, es normal y está bien dudar de tu orientación sexual, pero cuando esta ya está instalada en tu corazón es difícil cambiarla.

—Yuuji... ¿estás seguro de lo sientes? Puedes decirme si te sientes mejor.

—Estoy bien, mamá.

Terushima se despidió de Yamaguchi, quien le siguió con la mirada un tanto preocupado.

—Puedes decirme en cualquier momento que te gustan las chicas, no me molestaré si me lo dices después de todas esas sesiones.

—Mamá, no me gustan las chicas. Son lindas, pero no me gustan.

La paciencia de la mujer se estaba agotando. No escuchaba a su hijo.

—¿Sabes? Tengo una amiga que su hija tiene la misma edad que tú, deberías conocerla y a ver si cambias de opinión.

—Mamá, por favor. Que sea homosexual no tiene nada de malo, ¡soy muy inteligente! ¡Deberías elogiarme por eso!

La mano de la mujer se estrelló contra la mejilla del menor.

Ahí Yuuji supo que su madre nunca iba a cambiar de opinión.

Ambos entraron al auto en silencio, lo único que se escuchaba eran los sonidos que hacía el cinturón de seguridad y el motor del vehículo.

Yuuji apretó sus labios, intentando reprimir sus ganas de llorar mientras sobaba la zona golpeada. Había dolido.

Sintió su teléfono vibrar, era un mensaje de Yamaguchi.

¿Está todo bien, Terushima?

El más bajo sonrió y comenzó a teclear con rapidez.

Sí, pecas. Nada nuevo.

Industrial Kisses ┊ TeruYamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora