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Desde aquel día, la relación de Yachi y Suzuka iba como viento en popa. Hablaban casi todos los días, y se llevaban muy bien. Antes de seguir, había que destacar que el noviazgo de Suzuka y Amaya ya había terminado hace un tiempo, por lo que no habrían problemas de ese tipo.

Aunque Yachi también solía hablar con Tsuchiyu, el chico quien le gustaba Yachi. Pero no ella no sentía que eso iría más de una amistad, sin embargo lo quería de igual manera, incluso llegó a pensar que le gustaba una vez, pero por alguna razón que ella misma también desconoce, no tuvo la fuerza de decirle. Era un sentimiento extraño, también le había pasado con Yamaguchi.

¿Era simplemente que disfrutaba la amistad? Sí, era lo más probable. Y que solo le gustaba como un amigo.

La verdad es que a Yachi le daban un poco de miedo los hombres, o más bien, no se sentía del todo cómoda con estos. Con Yamaguchi y Terushima era diferente.

Y ni habla de Suzuka. Con ella disfrutaba mucho y tenía la suficiente confianza. ¿Era porque era mujer? Tal vez.

Pero ella también de vez en cuando sentía atracción hacia los hombres.

Comenzó a pensar en la atracción con las chicas al ver a Shimizu, la manager del equipo de voleibol, aunque dudaba que la volviera a ver alguna vez, eran amigas de todas maneras.

Ahora mismo iba en camino al centro comercial ya que había quedado con Suzuka, esta vez estarían juntas. Ya no era incómodo que estuviesen solas.

Estaba emocionada.

...

Ya cuando llegó, vió a la pelinegra sentada en una mesa. Estaba vestida con una falda negra con unas cadenas colgando, junto una camisa negra. Yachi estaba vestida de un jeans mezclilla y una camisa blanca, la cual le quedaba algo ancha y su cabello estaba tomado.

—Hola, Suzuka —saludó con una sonrisa, acercándose a la pelinegra.

La nombrada giró su cabeza y sonrió al ver a la muchacha. Se levantó del asiento para saludarla, besando su mejilla. Luego se sentaron y comenzaron a hablar de temas triviales. Yachi tenía sus dudas, y sentía que ella era una persona perfecta para sus dudas.

—Suzuka... ¿cuándo descubriste que te gustaban las mujeres? —preguntó la rubia, dándole un sorbo a su café helado.

La chica de ojos morados sonrió y se acomodó en su asiento.

—¿Por qué me preguntas? —preguntó ladeando su cabeza mientras sonreía. Yachi sintió sus mejillas calientes.

—Es que... estoy dudando de mi sexualidad ahora mismo... —respondió apretando sus labios y juntando sus muslos—. Por eso pregunto...

La otra chica soltó un suspiro.

—Me di cuenta cuando pequeña. Un idiota de mis compañeros de preparatoria se le ocurrió la magnifica idea de mostrar su pene en frente de todos, ¿sabes que es lo peor? ¡Estaba duro! Realmente fue muy asqueroso.

La rubia se quedó unos segundos intentando procesar lo que había oído.

—A-ah...

—Los hombres son asquerosos algunas veces... ¡la mayoría! Siempre me llevé mejor con las chicas que con los chicos... saber que tienen una cosa tan horrible entre las piernas me da repulsión.

Esto no estaba ayudando.

—Después comencé a tener sentimientos con mi mejor amiga, Amaya... Ella era muy buena conmigo, cuando confesé mis sentimientos ella los aceptó. Comenzamos a salir, pero... luego ella comenzó a ser muy rara... —murmuró dando un sorbo a su café helado—. Mis amigos me dijeron que debía terminar con ella.

—¿Y lo hiciste? —preguntó Yachi intrigada.

—Sí, no fue hace mucho. Creo que Terushima me ayudó un poco... ya sabes, a veces las opiniones ajenas son un poco mejor... que la de tus amigos —dijo con cierta inseguridad—. Aunque no estaba tan alejado de la opinión de mis amigos.

—Terushima es un buen chico —comentó, revolviendo el helado, mirando este—. Él ayudó mucho en que Yamaguchi se recuperara.

—¿De qué? —preguntó ladeando su cabeza.

Había metido la pata. ¿Debía decirle?

—Digamos que Yamaguchi pasó por un momento algo complicado, y ayudó bastante respecto a eso.

—Y eso que se veía tan chico malo cuando lo conocí —soltó una carcajada divertida, tomando un sorbo a su café—. Y en realidad es un niño pequeño...

—Él es muy bueno... ha pasado por muchas cosas y sigue siendo bueno, realmente es impresionante.

—Creo que Yamaguchi también lo ayudó con eso.

—Sí. Se complementan muy bien.

Un pequeño silencio.

—¿Has tenido pareja, Yachi? —preguntó. La rubia negó con su cabeza con un poco de vergüenza.

—No, nunca he salido con alguien... estuve interesada en alguien pero... ahora ya no, es complicado...

—¿No sabes si te gustan los hombres? —un gran acierto. Yachi asintió con su cabeza—. Creo que la mejor opción que tienes es experimentar como tal.

La mayor sonrió sin mostrar sus dientes, dando un sorbo a su café mientras miraba a los ojos de Yachi. Esta sintió sus mejillas calientes. Ella no era tonta, pero no quería crear conclusiones apresuradas.

—¿Qué quieres decir con eso? —preguntó, acomodándose en la silla.

—Yachi, eres muy linda... y se ve a lo lejos que eres muy buena. Sé que puedo sonar muy narcisista con esto —soltó una pequeña carcajada—, pero... ¿no te gustaría intentarlo? ¡Obviamente no tenemos que hacer algo que tú no quieras! Además estás confundida... creo que es una buena opción.

Yachi le miró pensativa durante unos segundos.

—Me da miedo que no me termines gustando al final... no quiero hacerte daño —respondió con una expresión algo apenada.

—Pero podemos seguir siendo amigas igualmente si no pasa nada —intentó convencerla.

La rubia sonrió un poco, finalmente asintiendo con su cabeza con timidez.

—Está bien. Creo que lo podríamos intentar.

Industrial Kisses ┊ TeruYamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora