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Yamaguchi también estaba en las mismas que Terushima, aunque no estaba tan preocupado como él. Estaba pensando en que podría estudiar en el futuro. Aún le quedaba un año, pero siempre cuando quedaba poco para salir de la preparatoria los profesores hacían esas famosas charlas de vocación y encontrar en lo que eras bueno.

Ahora mismo estaba sentado junto a Yachi escuchando una charla de una universidad bastante prestigiosa. Hablaban de tantas cosas al mismo tiempo que no lograba comprender todo lo que decían, que si una prueba de admisión, las calificaciones, becas...

—¿Alguien tiene una pregunta? —preguntó la señorita de la charla, comenzando a apagar su computador con la proyección en la pared.

Muchas personas levantaron la mano, haciendo sus preguntas. Yachi y Yamaguchi solo escuchaban y miraban a sus compañeros.

—Esto es tan aburrido... —comentó Yamaguchi—. Estoy seguro de que nadie sabe lo que realmente quiere estudiar hasta cuando hace esa prueba.

—¿Tú sabes lo que quieres estudiar? —preguntó la rubia mientras juntaba sus manos y sonreía con calidez.

—No lo sé aún... quizás estudie ingeniería computacional. Me gustan esas cosas —respondió con simpleza mientras amarraba su cabello.

Su cabello estaba muy largo. Sabía que a Yuuji le gustaba así, pero a veces llegaba a molestarle cuando hacía ejercicio y le daba pereza amarrárselo. Quizás debería cortarlo un poco... quizás solo un poco.

Oh, su novio...

Lo extrañaba tanto...

Quería que fuera a su casa, o que se juntaran en algún parque... ¡Quería verlo!

Soltó un suspiro. Tomó su teléfono y escribió un mensaje para Yuuji, el cual decía: "Yuuji, se que estás ocupado estudiando... pero me prometiste que ibas a tener tiempo para mi también. ¡Quiero verte! :(". Apretó el botón de enviar, y esperó su respuesta, sin muchas esperanzas de obtener un mensaje de vuelta.

Cuando volvieron al salón, su teléfono vibró. Miró la pantalla nuevamente.

—Yamaguchi, guarde su teléfono —le ordenó su profesor.

El pecoso rodeó los ojos y guardo el aparato en sus bolsillos. Suponía que debía esperar.

...

Cuando Yamaguchi salió del salón, pudo ver los mensajes. ¡Su novio dijo que lo iría a ver! Estaba tan emocionado. Sentía como si no lo hubiese visto hace muchos días, aunque en realidad apenas habían pasado dos... Por otro lado, tenía miedo de que su relación de distanciara y tuviesen que terminar por no poder estar tanto tiempo juntos...

Negó con su cabeza ante sus propios pensamientos, no iba a pasar eso. Ambos ya habían sufrido bastante emocionalmente. La vida no era tan cruel como para separarlos.

¿Verdad?

...

Ambos adolescentes caminaban en dirección a la casa del menor, hablando sobre lo que les había pasado en su día, ansiosos por poder estar solos. Sin que nadie los viese y de esa manera, demostrar el cariño que se tenían mutuamente.

—Hoy fue una universidad para darnos una charla...

—¿Cómo estuvo? —preguntó el rubio teñido, metiendo sus manos en sus bolsillos mirando a su novio.

—¡Muy aburrido! No quiero saber nada de mi futuro todavía... dame un respiro, con suerte estoy vivo y quieren que piense en mi futuro...

Yuuji no pudo evitar soltar una carcajada. Tadashi también rió ante sus propias palabras.

—Aún tienes tiempo para pensar que quieres estudiar —comentó Terushima.

—Sí, creo que voy a estudiar ingeniería computacional.

—¿Pagan bien? —preguntó.

Yamaguchi sacó las llaves de su mochila para abrir la puerta de su casa.

—Creo que sí.

...

No supieron que que momento, pero ambos se encontraban en la cama del pecoso acariciando el cuerpo ajeno del otro, uniendo sus labios en repetidos besos. Yamaguchi sentía su cuerpo caliente al igual que Terushima. Hace mucho tiempo que no hacían eso, y no había nadie en casa... quizás podrían ambos darse un relajo.

—¿Ya estás duro? —preguntó en un susurro Terushima en el oído del más alto, quien asintió con la cabeza con timidez—. Yo también.

—Yo lo haré primero. Te noto algo tenso, Yuuji —murmuró en un tono travieso.

Se separó del mayor para así bajar su pantalón de un tirón, dejando a la vista aquel bulto en su bóxer. Terushima se acomodó en la cama, separando sus piernas para que el menor pudiera estar más cómodo. Finalmente bajó su bóxer, lo suficiente para dejar salir su miembro ya erecto.

Yamaguchi relamió sus labios y comenzó a masturbarlo.

—Sabes... estoy pensando en cortar mi cabello —comentó el pecoso, dando una lamida en el glande y una pequeña succión.

—¿Por qué vas a hacer eso?... Tú sabes que me gusta tu cabello largo —murmuró mientras se sentaba, llevando su mano hacia el cabello del chico para así entrelazar sus dedos entre este.

—Lo sé, pero... a veces me molesta...

—Ahora no te va a molestar si lo sujeto yo —murmuró divertido, haciendo una cola pequeña con su cabello, tal y como había dicho.

Yamaguchi soltó una pequeña risilla, para luego proceder a introducir su miembro a su cavidad bucal, subiendo y bajando su cabeza mientras movía su lengua, succionando de vez en cuando.

Terushima no podía evitar soltar suspiros. Mordía su labio inferior para no hacer algún ruido, aunque algunas veces se le escapaban.

No pasó mucho tiempo para que Terushima llegase al orgasmo, hace mucho que no lo hacía y pues, aquello estaba algo acumulado y necesitaba relajarse. Pudo avisar a su novio que iba a correrse, y este limpió todo con papel higiénico. Mientras Yamaguchi limpiaba los rastros de saliva con un pedazo de papel limpio, sintió como el chico se sentaba detrás con las piernas separadas.

—No te muevas.

Las manos curiosas del mayor fueron directamente hacia el pantalón del menor, haciendo masajes superficiales en su entrepierna. Yamaguchi tenía sus mejillas algo rojas; era una posición algo vergonzosa.

Terushima apoyó su cabeza en su hombro mientras que masturbaba a su novio, entretanto que tomaba la mano del chico. Este mordía su labio inferior entretanto veía como aquella ágil mano se movía hacia arriba y hacia abajo, presionando en zonas puntuales donde sentía más placer.

Yamaguchi apretaba la mano que tenía entrelazada con su novio, soltando suspiros.

—No me gusta esta posición...

—A mí sí me gusta, te ves lindo.

—Ni siquiera me ves.

Terushima soltó su mano para mover la cabeza ajena con suavidad para que pudieran unir sus labios en un beso, masturbando con rapidez su miembro. Entre el beso, el roce y la masturbación, el orgasmo de Yamaguchi estaba a la vuelta de la esquina y no iba a poder aguantar mucho más.

—Yuuji... voy a...

—Hazlo.

Y si más, llegó al orgasmo en la mano de su novio.

—No estuvo tan mal.

—No me gustó hacerlo así... —murmuró el pecoso, intentando regular su respiración, dejando su cabeza caer en el hombro del mayor.

—¿No? Pero si llegaste...

—Shh...

Terushima tomó un papel higiénico para limpiar los rastros de Yamaguchi en su mano. Sonrió al recibir un beso en su mejilla.

—Te amo, Yuuji —murmuró el pecoso, dando otro beso en su mejilla.

—Yo también te amo, Tadashi —respondió, dando ahora un beso en sus labios.

Industrial Kisses ┊ TeruYamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora