Era un día miércoles. Habían pasado tres días de lo sucedido. Yamaguchi cuando le contó a Yachi lo que había pasado la noche del concierto, está no podía creerlo. ¿Yamaguchi ya había olvidado completamente a Tsukishima? ¡Eso parecía! Se alegraba mucho por su amigo y que tuviera una relación con la persona que le gustaba.
—Yamaguchi... ¿Terushima dijo que iba a venir a Karasuno? —preguntó mirando fijamente en la entrada.
—¿A qué te refieres? —preguntó, aunque se respondió solo cuando vió a su novio en la entrada de su preparatoria.
Yamaguchi no sabía qué hacer. ¿Debía salir corriendo? ¡Claro que no! Era su novio, ¿por qué haría eso?
Siempre que se encontraba con personas indeseables, salía corriendo, pero esta era su novio. ¿Por qué su pareja sería alguien indeseable? Negó con su cabeza ante sus propios pensamientos.
—Yo iré al club, así que nos vemos otro día. ¡Mandale saludos a Terushima! —dijo, corriendo en dirección al gimnasio.
Yamaguchi caminó en dirección a la salida, donde estaba el mayor. Aún no lo había visto.
—Terushima... ¿qué haces aquí? —preguntó ladeando su cabeza con curiosidad Yamaguchi, mirando en todas direcciones para que no les vieran juntos. No quería formar más rumores.
—Quería verte, ¿acaso no puedo? —preguntó acercándose, dispuesto a abrazarle.
—Claro que puedes verme, bobo —respondió, correspondiendo a su abrazo por unos segundos—. Pero debiste haberme chico antes...
—¿Por qué? ¿Hay algún problema?
El brazo de Terushima pasó por los hombros del pecoso, caminando en dirección a la casa del menor a paso lento. El teñido miró hacia atrás, encontrándose a no muchos pasos el alto rubio. Ya sabía muy bien quien era. Le dedicó una mirada despectiva, sus ojos se habían encontrado y se mantenían, a lo que Terushima mostró su dedo anular y sacó su lengua hacia Tsukishima.
—No hay nada... pero prefiero que no nos vean, al menos en mi preparatoria.
—Oh, entiendo. Lo siento.
...
Al llegar a la casa del pecoso, lo primero que hizo Yamaguchi fue cambiarse a algo más cómodo, lo que fue un short negro y una camiseta blanca con un estampado minimalista en el. Terushima se encontraba examinando la casa, los adornos y los colores de la inmobiliaria eran cálidos, realmente se sentía cómodo. Se encontró con estante donde habían varias fotos enmarcadas, en algunas aparecía Yamaguchi de pequeño y otras con sus padres. En todas tenía una gran sonrisa.
—¿Puedes darme alguna foto tuya? —preguntó, sentándose a un lado del pecoso, quien estaba en el sofá del salón.
—¿Por qué no mejor nos tomamos una foto los dos?
Terushima asintió como un niño pequeño cuando le daban un dulce. Sacó su teléfono para así tomar una foto, en donde el rubio teñido sacó su lengua, y Yamaguchi solo sonrió sin mostrar sus dientes.
—¿Tienes un buen panorama? —preguntó el pecoso, acomodándose en el sofá.
Terushima abultó sus labios, teniendo una expresión pensativa. Luego hizo un sonido entusiasmado.
—¡Voy a contar tus pecas!
—¿Qué? Nunca vas a terminar...
Yamaguchi rió mientras que sus mejillas eran apresadas por las manos de Terushima, sin mucha fuerza para no lastimarlo, para luego acercar su rostro al contrario, depositando muchos besos en sus labios, aunque este se detuvo, comenzando con la exhaustiva suma de todas sus pecas en sus mejillas.
—¿Sabes que no solo tengo pecas en las mejillas? —murmuró, provocando un sonido de sorpresa en el más bajo.
—¡¿Dónde más tienes?! —preguntó, zarandeandolo con suavidad.
—¿Por qué no lo descubres?
Yamaguchi realmente había ganado confianza en sí mismo, diciendo cosas y no pensando en las consecuencias. Terushima sonrió de madera ladina mientras bajaba su izquierda hacia su cintura, mientras que el mayor comenzaba a repartir besos por la mejilla y cuello del menor, provocando escalofríos al pecoso.
—¿Quieres que te saque la ropa? Es la única manera de descubrir cuantas pecas tienes.
El sonido de un vehículo fuera de la casa descolocó a ambos adolescentes, separándose casi al instante mientras acomodaban sus ropas. Acto seguido se abrió la puerta principal y apareció la madre de Yamaguchi.
—Tenemos visita y yo ni enterada —dijo sonriendo al ver al amigo de su hijo—. Hola, Terushima. ¿Cómo estás?
Yamaguchi maldijo en su interior. Quería unos cuantos besos más.
—♡—
Créditos a selpeda en tumblr por la foto <3
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Industrial Kisses ┊ TeruYama
FanfictionYamaguchi es un chico muy frágil. Intentó acabar con su corta vida, pero el destino dijo "no" y le trajo una pequeña ayuda. ▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃ ⚠️ Esta historia contiene: ⇝ Violencia intrafamiliar. ⇝ Sexo. ⇝ Menciones de suicidio.