La familia Yamaguchi comía tranquilamente su almuerzo, tenían puesto de fondo el canal de noticias. Estaban hablando de cómo eran las cosas en el trabajo del hombre, que estaba despidiendo gente ya que necesitaban reducir el personal. No estaba ganando lo suficiente como para arrendar el lugar en que trabajaban, a lo que tuvieron que bajarse a un piso.
De repente, unos golpes irrumpieron en el hogar. La mujer se levantó de la mesa para ver quien era, ya que estaba más cerca de la puerta principal. Soltó un jadeo de preocupación y sorpresa al ver a un joven con un ojo morado y un labio partido.
—¡¿Terushima?! ¡¿Qué te pasó, hijo?! —preguntó, algo asustada, dejando que entrara.
Tadashi abrió sus ojos en grande al escuchar las palabras de su madre, sabía que algo malo había pasado, a lo que se levantó con rapidez de la mesa, encontrándose con el escenario de su novio mencionado anteriormente.
—¡¿Terushima?! —se acercó a este e inmediatamente le abrazó.
Ambos adolescentes se sentaron en el sofá, aunque Yamaguchi no dejaba de abrazar con fuerza al chico. Podía imaginarse una idea del por qué le había pasado eso, pero no quería confirmar nada hasta que el mayor lo dijera.
—Mi padre me golpeó —fueron las únicas palabras que salieron de su boca en hilo, estaba al borde del llanto.
Tadashi estaba casi en estado de shock, lo único que podía hacer era abrazarlo.
—¿Duele mucho? —preguntó haciendo caricias en su cabello, a lo que el más bajo asintió con su cabeza—. Iré a buscar algo de hielo.
Al intentar levantarse, Terushima lo tenía bien agarrado de la cintura. Realmente no quería que se alejara de él. Sabía que estar con su novio era un sentimiento de seguridad que solo él le podía brindar en esos momentos. Necesitaba que alguien le dijese que todo iba a estar bien.
Pero seamos realistas.
Nada iba a estar bien.
La mujer se había adelantado a los acontecimientos y había traído hielo para que la inflamación en el ojo derecho de Terushima bajase un poco. Este aún se encontraba entre los brazos del pecoso, no quería irse de allí. Nunca.
—Terushima, cariño... ¿puedes decirnos que sucedió? —preguntó, sentándose en el otro sofá que estaba en frente.
El nombrado apretó sus labios con fuerza, tragando con rudeza mientras soltaba un suspiro con pesadez. Se acomodó en el sofá, manteniendo el hielo en su ojo. Estaba tan cansado... su cuerpo dolía al igual que su corazón y lo único que quería hacer era llorar en el pecho de Yamaguchi.
—Usted sabe... que yo soy homosexual —comenzó explicando.
El padre de Tadashi había traído un vaso con agua fresca para el chico. Este la agradeció y bebió un poco.
—Mi padre me golpeó por eso... las sesiones no pudieron cambiar mi orientación sexual y yo... mi madre y mi padre... solo...
Yamaguchi tomó la mano libre que tenía Terushima, para hacerle saber que estaba en un lugar seguro.
La verdad es que nadie sabía qué hacer, lo normal era ir a una estación de policía y denunciar, pero esto era diferente.
Tadashi simplemente atinó a abrazar a su novio, acariciando su cabello mientras este lloraba completamente roto en su pecho.
¿Eso era lo que Yamaguchi sintió cuando intentó suicidarse? Sentir que no podías estar tranquilo ni un segundo de tu vida, que nadie te apoyaba... que no eras feliz viviendo.
...
Yamaguchi y Terushima ahora mismo estaban solos en la habitación del primero. Ambos estaban sentados en el borde de la cama, en silencio y tomados de las manos, intentando que el mayor se calmara un poco y dejase de llorar.
—Terushima... —soltó sus manos y acunó el rostro del nombrado—. Estás en un lugar seguro, ¿si? Hiciste bien en venir aquí.
El más bajo alejó su rostro de las manos de Yamaguchi.
Fue en ese entonces que el pecoso sintió como si alguien le hubiese tirado un balde de agua fría.
—¿Y si realmente estamos enfermos? —preguntó, sin mirar a los ojos al contrario.
Yamaguchi le miró, un tanto molesto. Se levantó de la cama para ir a cerrar la puerta con seguro, debía aclararle algunas cosas.
—¡Nosotros no estamos enfermos, Terushima! ¡Somos completamentes normales! —gritó, zarandeando con suavidad los hombros del nombrado—. ¡No vengas a decir eso ahora, ¿quieres?!
Realmente estaba enojado, ¿cómo se atrevía a decir eso en un momento así? pensaba Yamaguchi. Este le miró con los ojos muy abiertos, comenzando a llorar nuevamente mientras se levantaba de la cama y la abrazaba. Quizás fue algo rudo.
—No vuelvas a decir algo así otra vez, ¿si? —habló un poco más calmado, correspondiendo a su abrazo con fuerza.
—Lo siento... —susurró, apretando las ropas con fuerza del menor, escondiendo su rostro en su hombro.
—Te amo, Terushima. No te atrevas a dejarme, por favor.
...
Los padres de Tadashi dejaron que Terushima se quedara en la casa por esa noche, podían entender la situación. Habían dejado un colchón inflable junto la cama de Yamaguchi, aunque ambos chicos sabían que nadie dormiría ahí.
Ahora ambos estaban acurrucados entre las sabanas de la cama del pecoso. Terushima se sentía tan seguro cuando el contrario le abrazaba. Era como si recibiera todo el amor que sus padres nunca le dieron.
Yamaguchi acariciaba y jugaba con el cabello ajeno, haciendo masajes en este mientras que de vez en cuando acariciaba su mejilla, la cual estaba un tanto morada por aquel golpe en su ojo.
Terushima se sentía tan, pero tan querido que podría llorar.
—¿Sería mucho si te doy un beso? —preguntó el mayor. Yamaguchi sonrió con calidez y negó con su cabeza.
Sus labios se unieron en un corto beso, mientras que la mano del que había hablado acariciaba la cintura impropia.
—Yo también te amo mucho, Yamaguchi. Perdón por haber dicho eso antes...
—Está bien... perdóname por haberte gritado así, no lo volveré a hacer.
Y segundos más tarde, ambos habían caído dormidos en los brazos del otro.
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Industrial Kisses ┊ TeruYama
FanficYamaguchi es un chico muy frágil. Intentó acabar con su corta vida, pero el destino dijo "no" y le trajo una pequeña ayuda. ▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃ ⚠️ Esta historia contiene: ⇝ Violencia intrafamiliar. ⇝ Sexo. ⇝ Menciones de suicidio.