Amor Prohibido

Un Abrazo Iluminado por la Dulzura más Brillante

El nuevo día aparece de pronto ante mis ojos aún medio cerrados. La luz del sol se arrastra despacio entre las rendijas de las persianas y forma líneas de luz sobre la pared que tengo ante mí. Ya ha amanecido, y en un primer momento lo lamento.

Hace un par de horas, cuando la oscuridad de la noche todavía nos cobijaba llevé a Airi a su cuarto mientras aún dormía. Habría sido un escándalo que alguien la hubiese visto salir de mi dormitorio al amanecer. Seguía tan profundamente dormida que ni se enteró, me pregunto qué pensará cuando se despierte allí... Puede que le dé por creer que todo ha sido un sueño, que nada ha pasado de verdad. Es tan locura que Airi y yo hayamos hecho el amor que parece más probable que pertenezca al mundo de los sueños. Yo también podría estar considerándolo ahora mismo sino fuera porque todavía el dulce olor de Airi está por todas partes, extendiéndose por esta cama vacía y fría que hoy parece un poco más cálida.

Quisiera quedarme en ella todo el día.

Lo que pasó anoche me hizo más feliz de lo que nunca habría creído posible y siento que esa alegría me ha acompañado durante mis escasas horas de sueño, por eso me siento tan descansado a pesar de todo.

No obstante, ahora que la noche ha pasado y vuelvo a estar aquí solo, es como si mis alegres y utópicos deseos de anoche se hubieran helado ante la repentina luz de este tibio sol. Sé que amo a Airi más que a nada, que mi principal objetivo en esta vida es protegerla del sufrimiento y hacerla feliz en la medida que pueda y que si he decidido quedarme aquí es para cumplirlo. Aun así, me siento inseguro al no saber qué va a ocurrir a partir de ahora. Cielos, ahora que lo pienso, ni siquiera sé cómo va a reaccionar mi hermana después de lo que pasó anoche entre nosotros.

Recuerdo su rostro mientras la amaba, estaba encendido, emocionado, desbordado por las sensaciones desconocidas que estaba experimentado; soy consciente de que no se detuvo a pensar mucho en lo que hacía y confió plenamente en mí (una vez más) y en mis deseos pero, ¿y ahora? Cuando se despierte y rememore todo lo que ha pasado a solas, con perspectiva y piense en lo que supone para su vida, ¿qué es lo que sentirá?

Yo le dije todo lo que sentía, pero ella no lo hizo. Sonrió aceptando mis sentimientos, acogiéndome con su afecto pero... no me dijo que también me amara. Supongo que no sabré lo que siente hasta que no me la encuentre y ella sea sincera.

¿Por qué estoy nervioso? Si fue capaz de ir tan lejos debe sentir algo por mí. ¿Por qué de pronto me inquieta que me diga que no? ¿Podría hacerlo? ¿Podría pensar que todo fue un error y que debemos olvidarlo? No, no es posible. No es la clase de chica que haría algo así sin estar segura... Además, no cambiaría nada, ¿verdad? Hice una promesa anoche; que me quedaría a su lado para siempre y no lo hice para acostarme con Airi, fue una promesa de corazón. Aun cuando ella quiera dar marcha atrás y olvidarlo todo, cumpliré mi palabra y permaneceré a su lado.

Así que no hay modo en que pueda quedarme en esta cama todo el día, ajeno a los problemas. Si voy a quedarme en esta casa definitivamente hay unas cuantas cosas que debo solucionar. Mi maleta sigue volcada en el suelo, de mala manera y sin quejarse; pero dejaré para después la tarea de deshacerla. Solo espero que la ropa que metí en ella ayer a empujones no esté muy arrugada.

Lo primero que debo hacer es visitar de nuevo la fábrica y tratar de explicarles, del mejor modo posible, a los trabajadores que lo que dije ayer no iba en serio. Anuncie que partía a América y los dejaba tirados con sus problemas y no les di ni la oportunidad de que intentaran convencerme de lo contrario; y hoy voy a plantarme ante ellos para decirles que me equivoqué. No hay nada que odie más que tener que desdecirme, va a ser muy duro y estoy casi seguro de que tendré que sacrificar mi orgullo para resolver las cosas.