Prólogo.

364 33 18
                                    

¿Qué pasa cuando sientes que todo el aire de tu cuerpo se escapa?

¿Qué sucede en ese momento que el mundo se te hace pequeño?
Pues probablemente estes enamorado o hayas tenido un orgasmo.

Mi vida se resume a dos cosas principales: dolor y placer.

No tengo ambiciones grandes, no tengo preocupación monetaria o algún problema que cualquier persona tendría. Todo en mi vida es perfecto mientras mantenga al sumiso amarrado, mi látigo sonando y mis ojos pendientes al dolor.

Yo le causo orgasmos, le proporciono placer a través del llanto.

Estaba sudoroso, temblaba bajo mi látigo pero sé que lo disfruta. Lo tenía suspendido en unas cuerdas que colgaban del techo: treintañero, músculos bien marcados, tatuado hasta el cuello y todo mío.

Rocé con la punta del látigo su entrepierna notando como se estremecía, sé que desea tocarme pero conoce que sin hacerlo también puedo satisfacerlo.

Su respiración se cortaba a ratos pero estaba seguro totalmente, lo tomé por el pelo empapado y levanté su cabeza, estaba extasiado así que tomé su miembro en mis manos y comencé a masturbarlo lentamente con la mano desnuda, su reacción placentera me indicaba que lo estaba disfrutando así que posé un pequeño beso en la punta de este y vi como ese enorme gorilote estaba a mi merced, él y su orgasmo.

—Dame más— jadeó cansado con la espalda roja llena de marcas.

—Sabes que otra ronda podría acabar contigo— musité con la mirada oscura.

—Hazlo, por favor ama— suplicó casi llorando.

Entonces tomé todo el poder de mis manos y marqué sus nalgas con el cinto. Sentí como su erección bajó y el semen cayó al suelo.

La sección había acabado tras cinco orgasmos seguidos.

Lo desaté para que pudiera soltar la tensión que traía. Miró mis ojos como si fuera la primera vez que chocara con ellos, estaba perdido en ellos hasta que le cacheteé la cara para que despertara.

—Deja de ser un imbécil— gruñí y cobré por mis servicios, cabe destacar que no son nada baratos.

—¿Volverás a domarme?—preguntó esperanzado.

—No—respondí rápido y cortante—Haz ido más allá.

Salí de la habitación aún sin quitarme la máscara de dominatriz. Amaba mi trabajo y aún así me sentía incompleta. Me cambié de ropa en un baño público y me transformé en una simple mortal que sólo sobrevive al día.

Fui al hospital como cada noche a verle, estaba tranquilo como siempre. Los médicos me contaron que hoy tuvo más reflejos que ayer, alguna pizca de esperanza se albergó en mí aunque el doctor de él diría cualquier cosa para verme sonreír.

Me senté a su lado y comencé a escribirle como siempre para mantenerlo al tanto de mis días, así como una serie.

"Querido Max:

Se ha terminado otra jornada, cinco orgasmos seguidos sin penetrarme siquiera. Si por alguna casualidad te preguntas que si he llegado yo a tener alguno de esos cinco pues te comento que no, mi placer se basó en verlo llorar mientras temblaba bajo el dolor que le ocasioné.

Aquí va otra noche, sin sonrisas, sin alcohol. Otro cigarrillo encendí en tu nombre, otro brindis con Coca Cola por una mirada tuya, otro día sin saber como ni donde pero llena de ganas de un orgasmo.

Me asombro cada día como el ser humano puede rendirse al placer así de fácil y a mí me a costado lágrimas y soledad, te hecho de menos,

Con cariño:

Rayna..."
———————————————————

Hey chicos... Amy aquí ☺️

Esta es una idea que hace poco vino a mi cabeza luego de terminar mi primera novela llamada "Added".

En fin... espero que esta nueva locura les guste a pesar de que aún esté en proceso de formación.

Los quiero y creo que me quedo corta 🥰

Los quiero y creo que me quedo corta 🥰

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


(Capítulo editado)

DOMINANT 🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora