Capítulo 36: Un lugar que solo nosotros conocemos

962 61 17
                                    

Isabela

Y entonces detuve el auto. El sol me dio de lleno en el rostro a través del vidrio. Mi corazón se llenó de más angustia y dolor.

Me bajé... sentí la tierra bajo mis zapatos. Me los quité, para poder sentir la arena contra mis pies. Comencé a caminar por aquel camino que sin darme cuenta conocía como la palma de mi mano. El mar se veía cada vez más inmenso.

El viento marino soplaba con deliberada calma. Me quedé quieta observando como las olas golpeaban la costa. Aquel suave olor salado llenó mis pulmones.

¿Es este el lugar que solíamos amar?

¿Es este el lugar con el cual he soñado?

Mi mirada vidriosa se posó en la inmensa casa que estaba a unos cuantos metros de dónde estaba yo.

Oh, simple recuerdo ¿Dónde has ido?

Volví a caminar y no me detuve hasta que sentí el frío chocar contra mis tobillos. Bajé la vista y el agua salada cubría con fuerza mis pies.

Estoy enloqueciendo y necesito algo en que confiar.

Mi cabeza trabajaba a mil por hora. Haciendo una pregunta tras otra. Tratando de entender por qué me hicieron eso. Tratando de comprender como pude perder mis recuerdos, dejar que se me escaparan.

Mis labios temblaron mientras seguía contemplando el lugar. Si, era exactamente como el lugar de mis sueños. Hermoso, glorioso... mi hogar. El lugar al que siempre he querido llegar desde que abrí los ojos.

Me estoy cansando y necesito algún lugar para comenzar.

Sentí que algo estaba lastimando mi mano, ya que yo estaba cerrando el puño con algo de fuerza. La abrí y aquella pequeña llavecita brilló en mi palma.

La promesa de un amor para siempre.

¿Vamos a un lugar que solo nosotros conocemos?

Y de repente todo se hizo tan claro, todo llegó a mí como si nada. Cada momento de mi vida se coló por mi aun confundida mente. El dolor en mi cabeza se hizo casi insoportable. Pero me forcé a aguantar. Tenía que recordarlo todo. Cerré los ojos...

Caras y más caras vinieron a mí.

Richard, Erica, Mariano, Jordan (maldito infeliz), Giulia, Guido, Agus, Esteban, Ana, Rhener, Dani... y principalmente él. Julio. Era como ver una película dentro de mi cabeza. Había ciertas partes que se repetían una y otra vez.

Y cuando abrí mis ojos supe todo lo que quería saber. Todo estaba allí en mi mente, en mi alma, en mi corazón.

Una gran sensación de calma me invadió. Pero luego el dolor volvió al ataque. Mentiras. Todo este tiempo estuve rodeada de mentiras. Las personas que yo... más amaba en este mundo me habían mentido. Me habían robado. ¿Y por qué? ¿Por qué me hicieron eso a mí?

-¿POR QUÉ? -grité al mar mientras me arrodillaba lentamente en el agua.

Me sentí abrumada por el llanto, los recuerdos, la alegría y el dolor. Estaba encerrada en un mundo que explotaba con cada recuerdo que llegaba a mí. Los sollozos que salían de mis labios me estaban ahogando... como lo había hecho el mar hacía casi 11 años atrás.

Y todo a mí alrededor volvía como un círculo vicioso a recordarlo a él.

Mi amor. El hombre de mi vida. Al que me había entregado en cuerpo y alma cuando pensaba que jamás iba a conocer el amor por ser una agente que solo sabía cumplir órdenes y matar. El hombre que una vez más me había enamorado siendo yo otra persona. El padre de mi hijo...él es el padre de Chris.

Nothing in my way II - IsulioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora