Aimée
Miré extrañada la puerta por la que él acababa de irse. Chris se giró a verme.
-¿Qué le has hecho? -me preguntó.
-Nada -dije algo nerviosa -No le hice nada...
-Seguro que lo trataste mal, mamá. Y te dije que él no tuvo la culpa...
-Christopher, apenas crucé palabras con él -me puse de pie -Voy a ir a buscarlo. Tú te quedas aquí ¿quedó claro?
Él asintió. Salí rápidamente de mi oficina y miré a mí alrededor buscándolo. ¿Qué le había sucedido, por dios?
Me acerqué a una de las chicas que allí estaban y la pregunté si había visto al señor Peña.
-Acaba de irse por el ascensor -dijo ella -Calculo que se habrá ido a su casa.
-Muchas gracias -le dije.
Me dirigí rápidamente hacia las escaleras de emergencia. Si esperaba el ascensor tal vez no lo alcanzaría.
Mis tacos hacían un ruido insoportable al bajar. De mi mente no salía la forma en que él me había mirado... fue como si hubiese visto un fantasma. Me llamó Isabela... ¿Quién es Isabela?
Mi corazón se había encogido cuando sus mieles ojos derramaron lágrimas. Muy pocas veces en mi vida vi hombres llorando. Y este parecía un hombre de no hacerlo muy seguido.
Llegué a la planta baja y salí de edificio. Pero detuve mis pasos al ver como la lluvia caía interminable.
Miré hacia mis costados, buscándolo. Encontrarlo sería imposible en medio de esa ola de paraguas y gente. Pero entonces lo divisé... Un pasillo se había formado por el camino por el que él iba cruzando.
-¡Señor Peña! -lo llamé. Pero mi voz se perdió gracias a los sonidos de la cuidad, la lluvia y la gente.
Respiré profundamente y comencé a correr hacia él. Mi cuerpo se estremeció ante el contacto del agua. Mis pasos comenzaron a disminuir a medida que me acercaba a él. Algo me decía que no debía acercarme, pero la otra parte de mí quería buscarlo, enfrentarlo y llenar mis vacíos. Mi angustia se hacía cada vez más grande.
Estiré mi mano y lo tomé del brazo. Se detuvo y se giró rápidamente a verme. Su mirada miel estaba llena de lágrimas, de dolor... resentimiento.
-¿Por qué? -preguntó en un susurro. La cuidad no se callaba. Pero la gente comenzó a ocultarse de la fiera lluvia.
-Señor Peña...
-¡TE BUSQUÉ MALDIA SEA! -gritó, acallando mis palabras. Mi cuerpo se tensó, un nudo atravesó mi estomago. Instintivamente lo solté y di un paso hacia atrás -¡DIOS SABE CUANTO YO TE BUSQUÉ! -su voz se quebró y su mirada salió de la mía para mirar al cielo y llorar desoladamente -Solo él sabe cuanta falta me has hecho...
Mi garganta estaba increíblemente seca y mis labios comenzaron a temblar sin control. Aquella angustia insoportable, me estaba matando.
-No sé... -intenté hablar, pero mi voz se trancó.
-¿DONDE ESTABAS? -preguntó con la mandíbula tensa -¿POR QUE NO VOLVISTE ANTES? ¡HABÍAS PROMETIDO QUE TE QUEDARÍAS CONMIGO!
-Yo...
-¿TÚ, QUÉ? -rugió -¡TU PADRE ESTÁ EN COMA POR TI!
Las lágrimas se acumularon rápidamente en mis ojos... ¿De qué está hablando, dios santo? ¿De qué? ¿Por qué me duele verlo? ¿Por qué me duelen sus palabras? ¿Por qué quiero abrazarlo y a la vez salir corriendo?
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Nothing in my way II - Isulio
FanfictionContinúa la historia de Isabela Souza y Julio Peña, ahora, después de 11 años de la tragedia, su historia cambiará de rumbo al descubrir verdades, personas, y sobre todo, al encontrarla. Para entender mejor esta historia, te recomiendo leer la prim...