Capítulo 7: Vacíos

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Julio

Llegamos al salón de los mejores juegos de todo el mundo. Si lo sabré yo, que he pasado horas aquí adentro con James. Solté la mano de Chris y él comenzó a caminar delante de mí.

Su mirada recorría el lugar con asombro e interés. ¿Acaso este niño jamás ha ido antes a unos videos juegos?

-¿A dónde vamos primero? -preguntó entusiasmado.

-Primero a pedir una tarjeta para jugar -dije.

Compramos la tarjeta y le sugerí que primero fuéramos a las carreras de autos. Había una pequeña cola de niños así que teníamos que esperar.

-¿Tienes hijos? -me preguntó. Lo miré.

-No -contesté -Pero tengo sobrinos.

-Yo no tengo hermanos, y por un lado estoy muy agradecido.

-¿Por qué? -pregunté.

-No tengo papá. Nunca lo conocí, ya que él se fue antes de que yo naciera. Y mi mamá ahora tiene un novio...

-Y eso no te agrada -aseguré.

-No -musitó -No me agrada Ben.

-¿Acaso es malo contigo? -quise saber.

-No, no es eso. Nunca me ha hecho nada. Pero no lo quiero. No me parece un hombre adecuado para mi madre.

Reí por lo bajo y apoyé mi mano sobre su cabeza. Su mirada se levantó hasta encontrar la mía.

-¿Y cómo sería un hombre adecuado para tu madre?

-En realidad creo que no existe el hombre adecuado para ella -dijo poniendo su mejor cara de concentración -Mi mami es demasiado perfecta para este mundo de machismo en el que estamos.

-Dime una cosa -dije sin dejar de sonreír -¿De dónde has sacado tú todas esas palabras?

-Mi tía Gabriella siempre las dice...

-Ya veo -sonreí -¿Y ese tal Ben es un machista?

-Bastante diría yo.

Miré hacia delante y ya era nuestro turno para jugar. Volví mi vista a él.

-Pero ahora no pienses en Ben, campeón -le dije. Él sonrió -Vamos a divertirnos.

Aimée

Busqué algo agitada a Gabriella. La divisé hablando con Sea. Me acerqué a ellas.

-Gabriella -dije y ella se giró a verme -¿Sabes dónde está Christopher?

-No -dijo ella cambiando de expresión -¿No estaba contigo?

-Si -asentí algo nerviosa -Pero se había aburrido y dijo que iría a recorrer el lugar. Pero ya lo busqué por todos lados y no está. Hace más de una hora que lo estoy buscando...

El aire comenzó a faltarme. El corazón no dejaba de latirme angustiado. Mi cuerpo comenzó a temblar.

Gabriella tomó mi rostro con sus manos y me hizo mirarla fijamente a los ojos.

-Tranquila -musitó -Respira Aimée, no debes dejar que los ataques te ganen.

Respiré repetidas veces. Los ataques de pánico eran algo que siempre me daban cuando vivía una situación de perdida. Y si pierdo a mi hijo... a mi hijo, moriré.

-¿Dónde está mi hijo? -pregunté ahogadamente.

-Ya mismo me pongo a buscarlo -dijo Sea. La miré y asentí frenéticamente -Tiene que estar por aquí, no te preocupes -asentí de nuevo y tragué saliva -Voy a pedirle a los demás que lo busquen también. Pero no te pongas así...

Nothing in my way II - IsulioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora