Capítulo 27: Abuelos

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Aimée/Isabela

Lo abracé con fuerza y escondí el rostro cerca de su pecho. Respiré profundamente aquel aroma a habano y patchouli. Extraña mezcla que me calma... pero que a veces me resulta desconocida.

Él acarició mis cabellos y depositó un dulce beso paterno en la coronilla de mi cabeza. Cerré los ojos y lo abracé un poco más.

-Aimée... me voy a poner celosa si no sueltas a tu padre -dijo ella. Sonreí y me alejé de él para mirarla.

-Siempre tan celosa tú -le dije y me acerqué para abrazarla también.

Mi madre, la mujer que me dio la vida. Es un poco más alta que yo, solo un poco. Pero nos parecemos bastante.

-No te das una idea de cuanto te hemos extrañado -dijo mi padre.

-Y yo a ustedes -le aseguré y me alejé de mamá.

-¡Abuelo! -exclamó Chris mientras entraba corriendo a la sala.

Mi padre se agachó y lo esperó con los brazos abiertos. Chris se colgó de él y lo apretó con fuerza. Siempre quiso mucho a su abuelo.

-Que grande estás, hijo -le dijo sin soltarlo.

-Eres un exagerado, papá -dije divertida -Solo hace un mes que no lo ves...

-¡Está enorme! -exclamó mi madre -¿Y no vas a saludar a tu abuela, muchachito?

Él se alejó de papá y la miró divertido.

-Claro que si, abuela -dijo y se acercó a ella.

-Mi cielo, eres tan hermoso -le dijo ella babosa.

-Abuela -dijo quejoso. Todos reímos.

Gabriella llegó y pegó un pequeño gritito al verlos. Corrió para abrazarlos.

-¡Ay! ¿Cuándo llegaron? -preguntó ansiosa -¿Por qué yo no sabía que iban a venir?

-Nosotros le dijimos a Aimée ayer -dijo mi madre.

Gabriella me miró mal.

-No me dijiste nada, mala amiga -me retó.

-Lo siento... se me olvidó.

-Si, seguro que se te olvidó... -hizo la que tosía - Peña...

-¿Qué? -preguntó mi madre.

-Nada, mami -dije sonriendo fingidamente -Gabriella está bromeando. ¿Verdad Gabriella?

-Si, mami -le dijo divertida -Solo bromeo.

El timbre sonó. Miré rápidamente hacia la puerta.

-Ese es Pablo -dije.

Mi madre giró a ver y corrió hacia la puerta. La abrió y gritó como una loca al ver a su pequeño bebé. Pablo la abrazó al instante y la levantó del suelo.

-Ay mi hijo, mi hermoso, hermoso hijo -decía mi madre mientras seguí colgada de él.

Pablo rió por lo bajo y la apoyó de nuevo en el suelo.

-Ya mami, me estás matando -le dijo divertido.

Ella lo soltó y tomó su rostro con ambas manos.

-Quiero que ya mismo me digas eso que me dijiste que me ibas a decir -le exigió.

Pablo cruzó mirada conmigo. Yo solo asentí lentamente. Me alejé un poco... porque estoy segura que cuando se lo diga, mamá se desmayará.

-Bueno, tú lo quisiste -le dijo él -Voy a ser papá.

Nothing in my way II - IsulioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora