~14 DE DICIEMBRE~
-¿Sabrina? ¿Tienes un hueco para mí en tu agenda?
-¿Alexander? –Pregunté al alzar la cabeza y encontrarlo apoyado en el marco de la puerta que había dejado abierta anteriormente.
-El mismo. ¿Estás muy ocupada?
-No, adelante. –Le sonreí aún sorprendida acomodándome mejor en la silla. –¿Cómo estás? Hacía mucho que no nos veíamos...
-Sí, y estoy aquí para eso mismo. Siento mucho lo de Dawson... He estado ausente estos últimos meses por diversos motivos y no fue hasta hace poco que volví de Francia.
-¿Zaphiro no te lo había dicho? – Pregunté confundida recordando todas aquellas veces que la víbora había pasado por el hospital.
-Como ya dije, he estado ausente incluso para ella. –Fruncí el ceño. ¿Qué habría pasado para que eso fuera así? –No sé si lo recordarías, pero íbamos a casarnos este mes...
-¡Ay, sí! –Exclamé haciendo memoria de lo que me había dicho. –¿No me digas que cancelasteis la boda?
-No, no. Solo la aplazamos... –Suspiró antes de mirarme a los ojos derrotado. –Mira, ¿sabes qué? Voy a ser completamente sincero contigo. Zaphiro aplazó la boda por el accidente de Dawson. Sus únicos motivos fueron que en esos momentos no tenía cabeza para seguir con los preparativos y que sé yo más. ¿Puedes creertelo? ¡Ni que fuera su esposa! –Me encogí de hombros sin saber muy bien que decir. ¿De verdad la habían aplazado por Dawson? ¿Pero esta chica estaba mal de la cabeza o algo? ¡Ni que Dawson fuera alguien indispensable en su vida para eso!
-Vaya... No me lo esperaba, Alexander... Comprendo que te sientas mal entonces...
-Me siento una completa mierda. –Me corrigió lastimosamente. –No te sientas ofendida, pero al parecer, Dawson sigue siendo más importante que su futuro marido. Comprenderás que tras enterarme de ésto, no tenía ganas de estar ni saber de nadie, mucho menos de tu marido...
-Sí, sí, por supuesto. No te preocupes... –Asintió aflojandose la corbata del cuello como si se estuviera asfixiando con ella.
-Pero bueno, no vine a contarte mis penas ni mucho menos. ¿Cómo sigue Dawson? Y te sienta de maravilla este puesto, por cierto...
-Gracias. –Le sonreí asintiendo conforme con la decisión que finalmente había tomado.
¿Os acordáis de aquella conversación en la que Dawson me decía que sustituyera a Anna durante su baja por maternidad? Yo la había rechazado claramente, pero después del accidente, y casi obligada por parte de Raymond y de mi padre George, había decidido aceptar la propuesta. Ambos habían alegado que Dawson estaría orgullo de mí al despertar y que no habría una mejor persona que yo para éste puesto.
Me costó mucho al principio volver al trabajo. No quería separarme de Dawson en ningún momento, pero a la vez, sentía la necesidad de distraerme aunque solo fueran unas horas al día. Además, a raíz de ésta desagradable desgracia, algunos compañeros de trabajo habían venido a disculparse conmigo por si me había dado la impresión de que su trato hacia mí persona había cambiado después de conocer mi apellido y relación con el mandamás de la empresa.
-Y respecto a Dawson... No sabría qué decirte. Quiero creer que todo está bien a pesar de su condición y espero que despierte de una buena vez...
-¿Qué dicen los doctores? –Me encogí de hombros suspirando.
-Ni ellos mismos saben porqué no despierta. Todas las pruebas salen bien y no encuentran ninguna anomalía en su cerebro.
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Lazos De Sangre
General FictionLa vida de Sabrina Hamilton era tan normal como la de cualquier otra persona. A sus veinticinco años, aún se encontraba buscando trabajo en cualquier empresa, le daba igual el puesto que fuera mientras que cobrara un sueldo para poder mantener el pe...