~13 DE ENERO~
-¡Sabrina!
-¡Hola! –Felicity se acercó a abrazarme emocionada.
-¡Por fin vuelves!
-Sí, aunque tenga que dejar a mi bebé en casa... –Suspiré pensando en Joyce.
Finalmente, me había reincorporado en la empresa teniendo que dejar a Joy con una niñera en casa. Cosa que no me gustaba mucho, pero bueno...
-¿Y por qué no le dices a Dawson que hagan una guardería aquí? De esa manera, Joy estará cerca de ustedes.
-Mmm... –La miré pensativa. –Pues es una buena idea, ¿pero de verdad quiero a mi hija en éste ambiente?
-Ya eso es cosa vuestra... –Asentí sentándome en mi escritorio tocando la madera nostálgica. Por muy extraño que pareciera, ya comenzaba a echar de menos mi puesto de trabajo y estar en la empresa.
•••
-¡Hola de nuevo, Eve! ¿Sabes si está Dawson?
-Sí, pero está reunido en la planta de abajo. ¿Quiéres esperarlo en su despacho?
-Sí, ¡gracias! –Eve me sonrió antes de que caminara hacia el despacho de Dawson cerrando la puerta tras de mi al entrar.
Mi jornada laboral ya había acabado y se me había ocurrido venir a buscar a Dawson en vez de esperarlo en la primera planta o en el párking subterráneo como hacia siempre.
Dejando el bolso sobre el sillón de cuero que había a un lado, rodeé el escritorio para sentarme en su silla viendo la fotografía de Joy que había junto a la pantalla del ordenador.
Era tan hermosa. Esa había sido una de las primeras fotos que le habíamos sacado al volver a casa del hospital.
-¡Dawsy! ¿Sabes donde es... –Zaphiro se detuvo en seco al darse cuenta de que quien estaba aquí era yo y no “Dawsy”. –Mmm... Tú no eres Dawson... –No, ¿en serio? ¡Que lista! –¿Dónde está Dawson?
-En una reunión. ¿Puedo ayudarte en algo?
-No, dudo que lo que tengo para él sea de tu nivel. –Abrí la boca ofendida al oír eso. ¿Perdona? –Sin ofender, querida, claro está... –Sonrió antes de volver a ponerse sería. –¿Qué se supone que haces aquí? No puedes entrar si no es con permiso de tus superiores.
-Eve me dejó pasar.
-¿Y cómo se le ocurrió a ella hacer eso? ¡Se va a enterar cuando Dawson venga!
-¿Zaph? ¿Qué haces ahí? –Como si fuéramos pocos, Raymond se acercó a la puerta percatándose de mi presencia. –¡Sabrina! ¿Qué hacen aquí? Dawson no sale hasta dentro de media hora...
-Que bien que apareces, Ray. ¿Le puedes decir a Eve que no deje entrar a nadie sin la autorización de Dawson? Acabo de encontrarme con ella aquí.
-A Eve no tengo que decirle nada, Zaphiro. Ella sabe perfectamente a quien debe dejar entrar y a quien no. Si Sabrina está aquí, sus motivos tendrá. ¿Y los tuyos? ¿Por qué buscas a Dawson?
-Venía a enseñarle algo, pero ya pasaré después a verlo. ¡Adiós, Ray!
-¿Eso qué quiso decir? –Pregunté una vez que Zaphiro se había marchado dejándonos solos.
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Lazos De Sangre
General FictionLa vida de Sabrina Hamilton era tan normal como la de cualquier otra persona. A sus veinticinco años, aún se encontraba buscando trabajo en cualquier empresa, le daba igual el puesto que fuera mientras que cobrara un sueldo para poder mantener el pe...