Capitulo 43 parte II

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NARRADOR OMNISCIENTE

-Gracias, Rossi. Quédate por aquí cerca. No creo que vayamos a estar mucho tiempo.

-De acuerdo, señor. –Dawson asintió despidiéndose para entrar a aquel club donde su mujer y el otro individuo lo esperarían.

La verdad era que Dawson había perdido los ánimos por ir a ese encuentro, ¿pero con qué cara le decía ahora a Sabrina que no quería ir? La había convencido por mar y tierra para que ese encuentro se produjera y ahora no iba a ser menos.

Cuando la chica había entrado a su despacho y lo había medio persuadido a no asistir, Dawson se lo había planteado por un momento, pero luego había borrado esas ideas de su cabeza. Por un lado, tenía curiosidad por conocer al hombre que se había ganado la confianza de Sabrina como para que ella hubiera decidido intimar con él por primera vez, pero por otro lado... Si había cortado con él, y después de las cosas desagradables que alguna vez le había dicho su mujer respecto a sus relaciones pasadas, quería olvidarse de su palabra y no verle ni la cara a esa persona.

Deteniéndose junto a la puerta para barrer el local con la mirada en busca de Sabrina, no pudo evitar arrugar la nariz ante los recuerdos de su última noche de fiesta a causa del volumen tan alto de la música. Raymond se había ganado una gran reprimenda por su mejor amigo al día siguiente a pesar de que a Dawson nadie lo había obligado a beber de más esa noche.

-¿Desea algo, señor? –Preguntó un camarero que pasaba por su lado al verlo tan distraído. –Nuestra terraza puede evitar la mayor parte del sonido si es eso lo que le molesta.

-Sí, gracias... –Murmuró algo sorprendido. ¿Tanto se le notaba en la cara?

-La puerta está por allí. –El camarero le señaló la cristalera al otro lado de la sala dándole la oportunidad de encontrar a su mujer por fin.

-¿Le importaría llevarme un vaso del Bourbon más caro que tenga a aquella mesa? –El camarero asintió cuando Dawson le señaló con el dedo la mesa antes de seguir con su camino. Por su parte, él también se dirigió al exterior del local por la puerta indicada quedándose un poco sorprendido al descubrir como aquel hombre, cuyo nombre había olvidado ya, se encontraba muy cerca de Sabrina.

-Perdón, ¿interrumpo algo? –Preguntó cruzándose de brazos y alzando las cejas al llegar junto a la mesa.

-¡Dawson! –Gritó la chica sonriendo al verlo. –¡Ven! Te estábamos esperando. –Sin dejar de mirar desconfiado a Jaden, caminó hasta ella recibiendo el dulce beso que ésta le daba. 

-Sí, ya veo que me esperaban... – Murmuró antes de centrarse en Jaden y extenderle la mano. –Dawson Carson.

-Ah, sí, sí. Sabrina no ha parado de hablar de ti. Jaden Lawrence. –Ambos se estrecharon las manos antes de que Dawson tomara asunto y el camarero apareciera con su bebida. –¡Vaya! Empezamos fuerte, ¿eh?

-Sí, solo me gusta lo mejor. –Sabrina frunció el ceño mientras que su marido le daba un trago a su bebida. ¿Por qué se estaba comportando así?

-Bueno, amigo. ¿Mucho trabajo? Por un momento creí que me iría sin conocerte.

-Nunca faltaría a una reunión sin un motivo coherente. No me lo permitiría. –Le respondió Dawson obviando la parte en la que lo había llamado "amigo", puesto que no era su amigo ni quería serlo. –Y sí, mucho trabajo, pero no es nada que no pueda manejar.

-Desde luego. No estarías aquí de no haber sido así. –Jaden lo retó con la mirada antes de meterse la mano en el bolsillo. –Sabrina me dijo que eres el director de tu propia empresa. Estaría encantado de trabajar en ella cuando quieras. –Dawson cogió la tarjeta para guardarsela en el bolsillo sin ni siquiera echarle un vistazo y recordarse mentalmente tirarla a la basura al llegar a casa. –Por cierto, también me ha enseñado una foto de vuestra hija. ¡Una niña preciosa! Aunque ahora que me fijo no tiene los ojos de ninguno de los dos...

Lazos De SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora