~21 DE FEBRERO~
-¿Estrellita, donde estás? –Seguí tarareando la canción de cuna que le cantaba a Joyce mientras que ésta ya dormitaba haciéndome sonreír. –En el cielo o en el mar... Un diamante... –De pronto, mi móvil comenzó a sonar haciéndome sobresaltar. Mierda, mierda. Descolgé rápidamente al ver el nombre de Dawson en la pantalla. –Shh, shh, shh...
-¿Sab? –Lo oí decir al otro lado de la línea mientras que yo intentaba que Joyce siguiera tranquila.
-Ya está. Joy se está quedando dormida. –Dije saliendo de la habitación para no seguir molestándola. –¿Qué pasa? ¿Ya vas a venir?
-No, y lo siento. Solo llamaba para decirte que tienes que darle a Rossi una carpeta azul que hay sobre el escritorio de mi estudio. Me hacen falta esos papeles para acabar de una vez con esta reunión.
-Sí, claro. Enseguida la busco. –Suspiré. –¿Vas a venir a cenar?
-Sí, sí, esa es mi intención, pero si por algún motivo me atraso más de la cuenta, hazlo sin mi, ¿vale?
-De acuerdo...
-Acuérdate de darle la carpeta a Rossi lo antes posible, por favor.
-Sí, termino aquí y bajo.
-Gracias, amor. Te quiero.
-Y yo a... –La llamada se cortó dejándome a medias. –Tí...
Resoplé volviendo a entrar en el cuarto de Joyce cerciorandome de que ya estaba completamente dormida.
Dawson había tenido que quedarse más tiempo de lo habitual en la empresa por una reunión que le habían atrasado sin consultar, por lo que ahora, a pesar de que su jornada laboral había sido finalizada, aún seguía en la empresa.
-Descansa bien, princesita. –Besé su cabeza antes de salir de la habitación aún con el móvil en las manos para dirigirme a la planta baja. Una carpeta azul, ¿eh?
Removí algunos papeles que habían sobre el escritorio no encontrando nada. ¿Dónde se suponía que estaba?
Abrí los cajones del escritorio encontrando la dichosa carpeta transparente de color azul.
-¡Bingo! –La saqué arrastrando con ella una pequeña caja azul también del fondo del cajón. –¿Y ésto?
Con curiosidad, solté la carpeta sobre la mesa para ver la caja y abrirla viendo unos preciosos pendientes de diamantes. ¡Madre mía, como brillan!
Sonriendo, me lo acerqué al pecho pensando automáticamente en Dawson. ¿Por qué me había comprado unos pendientes? Mi cumpleaños ya había pasado y para nuestro aniversario de bodas aún quedaban unos meses... Sea como fuese, no me quedaba más remedio que esperar a que me los diera.
~11 DE MARZO~
-Buenos días.
-Hola... –Murmuré bostezando a la vez que Dawson dejaba un beso en mi mejilla.
-Te traje el desayuno. –Abrí un ojo viendo una bandeja llena de fruta sobre la cama.
-¿Y a que se debe este honor?
-¿No sabes qué día es hoy? –Fruncí el ceño.
-¿Miercoles?
-¿Y qué más? –Arrugué la nariz. No tenía ni idea a lo que se refería. ¿Estaba olvidando alguna cita importante en el trabajo o algo? Porque no tenía ni idea de a donde quería llegar...
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Lazos De Sangre
Ficción GeneralLa vida de Sabrina Hamilton era tan normal como la de cualquier otra persona. A sus veinticinco años, aún se encontraba buscando trabajo en cualquier empresa, le daba igual el puesto que fuera mientras que cobrara un sueldo para poder mantener el pe...