Contestando preguntas dificiles

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¿Por qué tantas parábolas?

Los principales sacerdotes, los escribas y los principales del pueblo procuraban matarle, y no hallaban nada que pudieran hacerle, porque todo el pueblo estaba suspenso oyéndole. (Lucas 19:47-48)

EI sufrimiento ataca como un terremoto, sin advertencias, causando una desolación repentina. Veintinueve personas mueren al caer un bus desde un puente. Un rugiente muro de agua procedente de un dique vencido arrasa una aldea en la que la gente está durmiendo, desparramando cadáveres como si fueran ramas.
Luego vienen los sacudones psicológicos, que frecuentemente toman la forma de preguntas: "¿Por qué permitió Dios que sucediera esto? ¿Qué mal hicimos? ¿Por qué permite Dios tales sufrimientos?"
En la época de Jesús se oían muchos rumores acerca de dos catástrofes: la matanza de galileos ordenada por Poncio Pilato y el derrumbe de una torre (13:1-4). Como es de suponer, la gente que estaba cerca de Jesús le preguntaba acerca de estos sucesos, pero las respuestas que él les daba los confundía. Él descartaba la opinión general de que estas cosas les suceden sólo a la gente que las merece, y luego les devolvia el problema a quienes la habian hecho la pregunta al formular una advertencia general (13:4-5; vea también "Lo que Job enseña acerca del sufrimiento" Profundización Antiguo Testamento).

El núcleo de la cuestión

La respuesta de Jesús a las preguntas acerca del sufrimiento ilustra cómo trataba él los problemas difíciles. Los lideres religiosos y las personas de inclinación filosófica siempre estaban tratando de detenerlo con un arsenal de preguntas. Por lo general esto les resultaba contraproducente, ya que Jesús hábilmente les devolvía la pregunta.
Consciente de las multitudes que lo rodeaban, Jesús evitaba las largas discusiones, enfatizando en su lugar la necesidad de cambiar de conducta. Sus respuestas iban a la médula del asunto en cuestión, y al corazón de sus oyentes.
Al enseñar, Jesús frecuentemente recurria a las parábolas —compactos relatos con una moraleja. El uso de las parabolas le permitía continuar instruyendo a sus discipulos en forma "privada", a pesar de la multitud de observadores (8:10). El podía explicarle el significado a los discipulos más tarde, cuando estuvieran juntos y solos. Las parábolas también ayudaban a preservar su mensaje: años más tarde, al reflexionar acerca de lo que Jesús habia enseñado, la gente recordaba sus parábolas con vívidos detalles.

Historias sencillas con una profunda verdad

Lucas, un buen relator de historias, coleccionó 18 parábolas que no aparecen en ningún otro lugar, y volvió también a contar algunas de las más conocidas. A diferencia de Mateo, que enfatiza las parábolas del reino, Lucas se especializa en las que tienen como protagonista a personas: el buen samaritano, la viuda persistente, el hijo perdido. Sus parábolas tratan temas profundos, pero en una forma no amenazadora.
La forma en que Jesús enfrentaba las preguntas difíciles se distingue notablemente de la de Pablo. El apostol Pablo revestia sus conceptos con lenguaje teológico y daba explicaciones formales. Con una prosa cuidadosa, él investigaba pacientemente palabras tan complejas como perdón y justificación.
Jesús, al hablarle a una multitud de miles, comunicó el mismo mensaje por medio de tres historias sucesivas y escalonadas —la Oveja Perdida, la Moneda Perdida y el Hijo Perdido (15:1-32). Este último relato, conocido en tre nosotros como El Hijo Pródigo, es conocido entre los escoceses como "El Maravilloso Padre". Dicho relato expresa el núcleo del mensaje de Jesús tan aptamente como cualquier obra teológica de diez tomos.

Preguntas vitales: ¿Qué pregunta le gustaria hacerle a Cristo personalmente? Teniendo en cuenta la forma en que él respondía a preguntas difíciles en Lucas, ¿puede usted imaginarse como responderia a las suyas?

El Verbo Hecho Hombre (Nuevo Testamento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora