El peligro de ser cristiano

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Comenzó como una secta judía pero la feroz persecución, en vez de eliminarla, la diseminó

En aquel día hubo una gran persecución contra la iglesia que estaba en Jerusalén; y todos fueron esparcidos por las tierras de Judea y de Samaria. (Hechos 8:1)

En algunos países, la persona que se entrega al cristianismo pierde sus derechos a una buena educación o a un buen trabajo. En otros países, unos pocos afortunadamente, la persona que se convierte arriesga su vida. Un historiador eclesiástico estima que más cristianos han sido martirizados en este siglo que en todos los siglos anteriores juntos.

Pero, sorprendentemente, lo que por lo general sucede es que la persecución intensa de los cristianos es causa de un mayor crecimiento numérico de la iglesia. Un antiguo dicho expresa este fenómeno: "La sangre de los mártires es la semilla de la iglesia".

El primer gran salto

Durante un breve lapso, la nueva fe gozó del favor popular. Pero muy pronto pertenecer a ella llegó significar un gran riesgo. En el libro de Hechos, la persecución que produjo el primer mártir cristiano, Esteban, causó —irónicamente— el primer gran avance del cristianismo fuera de su base judía. Obligados a abandonar la tormentosa Jerusalén, los cristianos judios se dispersaron y luego se volcaron a otras razas y grupos étnicos. Felipe le predicó primero a los odiados samaritanos y saltó luego las barreras raciales al ser el instrumento de la conversión de un funcionario de Etiopía.

Hechos documenta un cambio dramático en la fe. Lo que había sido visto como una simple rama de la religión judía, la "Secta de los Nazarenos", comenzó a abarcar a gente de otras religiones, razas y culturas. Antes de que pasara mucho tiempo, el centro de la actividad de la iglesia pasó de Jerusalén a la ciudad de Antioquía. Fue alli donde se creó la palabra cristianos, lo que indica cuán separada había llegado a ser la nueva fe. Nunca más volvería a ser considerada "sólo una cosa judía".

Rompiendo el molde judío

Tal como lo cuenta Lucas, la transición a otros grupos étnicos demandó algunos ajustes. Los no judíos lucharon contra el tener que abandonar sus tradiciones de muchos siglos y permitir que la iglesia fuera "invadida" por no judíos.
Pedro, uno de los judíos más leales, expresó el dilema de esta manera: "¿Quién era yo, que pudiese estorbar a Dios?" (11:17). Una visión directa e innegable de parte de Dios (10:9-23) había vencido la resistencia de Pedro a aceptar a no judíos, y más tarde un concilio decisivo determinó una política hacia ellos (15:1-21).

A medida que uno va pasando las páginas del libro de Hechos ve como provincias y culturas enteras se abren al evangelio. La fe que había sido guardada por un pequeño grupo de íntimos, todos ellos judíos que habían conocido a Jesús personalmente, se lanzó a un áspero mundo lleno de soldados, hechiceros, mercaderes, y antagonistas de otras religiones. En este proceso tampoco faltaron momentos sangrientos y aterradores.

Preguntas vitales: Si se desatara una persecución severa contra la iglesia en la región en que usted vive hoy en dia, ¿qué le pasaría a su fe?

El Verbo Hecho Hombre (Nuevo Testamento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora