El evangelio dinámico

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Los relatos de Marcos rebosan acción

Muy pronto se difundió su fama por toda la provincia alrededor de Galilea. (Marcos 1:28)

Abruptamente aparece una figura solitaria. Es un excéntrico que se cubre con ruda ropa de piel de camello y lanza su mensaje al seco aire del desierto. Así comienza el Evangelio según San Marcos.
Una manera practica de entender este evangelio es considerarlo como un documento concisamente editado. A diferencia de los demás evangelios, este tiene poca paciencia con el dialogo y la reflexión personal. El autor se dirige a un auditorio inquieto e impaciente.
Marcos maneja diestramente el foco de la acción. Después de mostrar por un momento grandes multitudes, centra nuestra atención en alguna persona en particular. Eso si, no deja duda alguna acerca de quién es el personaje principal. Después de dedicarle unos pocos versículos introductorios a Juan el Bautista, centra su foco en Jesús y lo sigue a todas partes.

Énfasis en la acción

Quienes traten de encontrar el bosquejo en que Marcos se basó para redactar su evangelio quedarán desconcertados. Tanto Mateo como Lucas aportan cuatro capítulos de introducción histórica antes de relatar algún milagro de Jesús; Marcos describe tres milagros y un hecho grupal ya en el primer capítulo.
En un intento por equilibrar en cierta medida todas las escenas de acción, este libro incluye unas pocas muestras de las parábolas de Jesús. Marcos tiene sus ojos puestos en los acontecimientos, no en discursos o comentarios editoriales. Él muestra, por ejemplo, como la multitud aprieta tanto a Jesús que este se ve obligado a botar una barca para escapar de ella. Doquiera que va, la multitud le sigue, haciendo comentarios acerca de su notable vida. "¿Es éste el Santo de Dios?" "¿Estará loco?" "¿No es éste el hijo del carpintero?"

A un ritmo vertiginoso

Al eliminar todo lo que no sea acción directa, Marcos logra un efecto dramático mayor que el de cualquier otro escritor bíblico. El ritmo de la acción asegura un auditorio atento, y Marcos ensambla una escena con otra casi sin pausa alguna. Los cielos se abren inmediatamente (como correctamente lo traducen algunas versiones), el Espíritu envia a Jesús al desierto inmediatamente; éste llama a sus discípulos inmediata mente. En el original griego este libro usa este adverbio de apresuramiento (que en la versión que utilizamos es traducida "luego") unas 42 veces.
Los personajes se mueven apresuradamente de un lado a otro, se abren paso entre el gentío, se asombran ante las poderosas señales. El de Marcos es un evangelio de signos de exclamación, lleno de palabras tales como asombrados, amedrentados, anonadados. Un fenómeno se ha destacado en la tierra y el escritor está dedicado a captar plenamente su impacto para trasladarlo a las generaciones futuras.

El Verbo Hecho Hombre (Nuevo Testamento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora