Capítulo 14

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Ian

Jueves 23/04/20 a las 9:30 

 Me desperté sobresaltado. Estaba agitado y todo transpirado como si fuera una noche de verano de 40ºC. La alarma me sacó del trance en el que me había dormido, no fue lo más desagradable del mundo, a pesar de haberme levantado como me levanté. Quería seguir durmiendo.

 Mentira.

 Quería seguir soñando con Zaia.

Tomás

En ese mismo momento.

 Quién poronga me mandó a contarle a Ezequiel lo de Zaia. ¿Quién? Fue el peor comentario al pedo que pude haber hecho alguna vez. Me quiero matar.

 Estoy de mal humor, de muy pésimo humor. Horrible. Quiero patear algo. Todo por la culpa del infeliz de Ezequiel que le pintó el bajón a la madrugada.

 Al principio todo bien, es mi mejor amigo, lo banco si está triste, pero por momentos me daban ganas de gritarle "¡Y para qué mierda la dejaste!" ¿Su excusa? Que era lo mejor para ella. ¿Dónde se vió? Cualquiera la que mandó.

 Ahora estoy yendo sin dormir a la facultad porque el pibe casi se me tira del balcón cuando le conté que su ex estaba con otro tipito.

 Todo arrancó porque a veces voy a retirar de danza a mi hermanita, Brisa. La piba hace baile en un horario re choto, de seis de la tarde hasta tipo siete y media u ocho, justo cuando mis viejos recién salen del laburo. Con el tránsito que hay a veces en Capital no llegan y me mandan a mí. Resulta que ayer la pase a buscar y ¿A quién me crucé? A Zaia saliendo del edificio de al lado... Y se estaba riendo con un pibe de la misma edad. Hay me saltaron todas las alarmas y le mandé un mensaje a mi amigo.

 Ella no me vió porque cruzó a la vereda de enfrente enfrascada en lo que parecía la conversación más cómica que alguna vez tuvo. ¿El pibe? Facherisimo. Mira que yo lo tengo que odiar o tener cierta bronca por ser amigo de Eze, pero no se lo podía negar. Gringo parecía el hijo de puta.

 Eze me preguntó si los había seguido o algo de eso. le contesté que ni a palos* hacía algo así, re de loco. Él se volvió un poco pelotudo desde que cortó con la mina.

 Zaia. Una piba rara, copada eh, pero rara. En el buen sentido. Buenita y simpática, ninguna trola* ni nada por el estilo. Alguien interesante con quien podías conversar de cualquier cosa.

 Una vez Ezequiel por su cumpleaños hizo un asado en la casa de sus viejos. Con los pibes  esperabamos que sea la típica novia rompe pija que está encima del tipo dándole besitos y estando mimosa, re corta mambo entre todos nosotros. Nada que ver Zaia: Nos dió nuestro espacio, participaba en la conversación pero solo cuando nos dirigiamos directamente a ella. Ni pío decía, ningún comentario de más. Traía más escabio o picada*. Nos dejó jugar a la Play todo lo que quisimos, no interrumpió ni pasó delante de la tele. De la música o el volumen no hubo ni una sola queja. Hizo una torta para Eze y nos preguntó si queríamos ponerle la en silencio y con cuidado en la mesa, para que cuando él volviera del baño ya estuviera todo preparado y con las luces apagadas para cantar el feliz cumpleaños. Una grosa* la verdad.

 Nunca ví a nadie mirar con tanto amor a otra persona, ni a mis viejos. Ella suspiraba por cada miradita que mi amigo le regalaba. Era atenta. Lo alentaba a ser feliz y buscar nuevas cosas para hacer, cosas que lo ayuden a tener un futuro más proyectado y mejorado.

 Cada partícula de su cuerpo amó con la mayor de las intensidades a Ezequiel. Cada uno de sus huesos le lloró hasta la última gota de lágrima. Cada centímetro de su piel se sintió desgarrar al morir de tristeza.

OVERGGER ~ PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora