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—Esta wea esta salada —se quejó la Mara de su propia ensalada.

—Te dije que ya le habías echado sal —rodé los ojos.

—Haber, espera —susurró—¡Elian, ven!—grito.

El weon llegó casi altiro, hace rato que esta alegando que tiene hambre, pero que está a dieta y que solo come ensalada, claro po, a dieta después de que se comió todas las weas en el bus.

—Ay Marita preciosa te amo, me caso contig... —hizo una mueca al tragar la lechuga y empezó a toser —Ni los mocos son tan salados —hizo una mueca.

—¿Te comes los mocos? —le pregunte.

—Dime que nunca lo has echo, niégamelo.

— Ya que asco que hablen de mocos, mejor hace algo de comer que me dio hambre —le dijo la Mara al Elian.

El Lucas entró a la cocina con una sonrisa.

—¿Valita me acompañas a comprar? —me preguntó.

—Uyyyyy —Nos webio la Mara y le pare el dedo.

—Ya po —dije y salimos de la cocina.

—¡Y recuerden, sin gorrito no hay cabro chico! —grito el Elian a todo pulmón.

—¡Asi no es, embarao'! —gritó la Mara.

Me puse roja.

—Que es weon —dijo el Lucas y se rio.

Salimos de la casa y empezamos a caminar en silencio, un silencio cómodo.

—¿Y te gusta el pan? —me preguntó.

—Si, me encanta y con palta queda mucho más rico, aunque tostado con mantequilla igual queda pulento —me fui en vola creo.

—¿Hagamos pizetas?

Asentí y me miró con una sonrisa.

—Queria puro verte Valita, estuve toda la noche despierto por la emoción de conocerte —pasó su brazo por encima de mis hombros y yo pase mi brazo por su cintura.

—¿Y por qué no me hablaste? yo tampoco podía dormir —confesé.

—Pense que estabas en tu quinto sueño po —se puso a hacer circulitos en mi brazo con su dedo y me reí de los puros nervios que siento.

—¿Cuando iremos a los juegos? —le pregunte.

—¿Prefieres ir a los juegos o a la playa?—alzó una ceja.

—No puedo elegir po, es como hacer elegir entre el Diego y el Oliver, es imposible —suspire, tan lindos que son.

—¿Y esos quienes son? —frunció el ceño.

—¿Tienes Wattpad? —le pregunte y negó—entonces no vas a entender —me reí.

—Volviendo al tema, son las tres de la tarde, la decisión está en tus manos.

Puta la wea, por un lado tengo cualquier ganas de conocer la playa, pero la Mara con la Mila quieren ir a los juegos po, ya pico otro día.

—A los juegos —sonreí.

—A tus órdenes entonces, Valita —se rio y entramos al negocio.

Compro las weas para hacer las pizetas y le pase plata, pero no me la recibió así que lo dejé en la esquina y me devolví al negocio.

—Hola —salude a la señora del negocio y ella me sonrió —Me da dos helados por favor.

Se dio la vuelta y abrió la wea de los helados, saqué dos ¿yorki? ¿york? Algo así se llaman pero lo que se es que son los favoritos del Lucas.

Eso es pa' weones                             Donde viven las historias. Descúbrelo ahora