Eso es pa' weones

n u e v e

—Ya po, no quiero subirme solita —hice un puchero.

—Nosotros te miramos de aquí —dijo el Elian.

—Mara dijiste que te ibas a subir a todas las weas —me cruce de brazos amurrada, como una niña chica y la mire.

—¿Y si me muero? —preguntó con temor mirando el Kamikaze.

—Todos moriremos algún día —me encogí de hombros y me miraron con ¿susto?

—Es que mira como gritan weona, pobre gente —dijo la Mila y se echo un poco de algodón de azúcar a la boca.

—Ya vamos, no vinimos aquí por nada —me dijo el Lucas pasando su brazo por mis hombros y caminamos hasta el Kamikaze.

—¡Cómanse antes de que mueran! —grito la Mila y me cague entera.

—¡Callate, Mila culia! —le grito el Lucas de vuelta, ni idea que habrán echo porque me dio vergüenza darme vuelta.

Nos pusimos en la cola y mire mis vans, que vergüenza weon debo estar más roja.

—¿Por que no me mirai'? —me preguntó y lo mire.

—Es que me da vergüenza —me reí por los nervios.

—Ay, ven para acá oh —me abrazo por detrás y puso su mentón en mi cabeza—No tienes porque tener vergüenza, no has echo nada malo.

Es que quiero hacer algo malo, ups.

—Avanza mejor —cambie de tema y el loco de los juegos nos hizo pasar.

Corrí a los asientos de adelantes porque una aventura es más divertida si huele a peligro.

—Creo que me arrepentí —murmuré al ver que ya están ajustando las weas y trague grueso.

—Ya nos subimos, hay que hacerlo —se rio y me dio un besooooo.

Pero en la mejilla, bu.

El loco nos ajustó las weas y cerró la cuestión, el juego empezó a moverse y mire hacia afuera, estan lo cabros viendo como sufro.

—Me quiero bajar —me mordí el labio.

—Si no pasará nada malo, te lo prometo —me hizo cariño en la mano.

Mire nuestras manos juntas y el Lucas iba a correr su manos, pero no lo dejé y entrelacé nuestras manos.

La wea empezó a balancearse más y más fuerte hasta que cuando pensé que había pasado lo peor y que tenía dominado el miedo, quedamos de cabeza y no se como chucha sostenerme porque me cuesta.

¡¿Por qué chucha me subí?!

—No hagas eso, déjate llevar —me dijo el Lucas apretando más mi mano y le hice caso.

Me deje llevar y gritamos de todo, cuando nos quedamos arriba me empecé a asustar porque no bajamos nunca.

—¿Y si se quedó parado? —empecé a entrar en pánico.

—Deja de pensar en la desgracia y disfrutaaaaaaa —grito cuando la wea bajo derrepente y me cague de la risa, una risa entre cortada gracias al viento

Nos bajamos del juego, media mareada pero la sensación igual fue fenomenal.

—Me quiero subir de nuevo.—dije y el Lucas abrió los medios ojos.

—¿Segura? quedan más juegos.

—¿Vamos a ese?—apunte uno que decía algo del terror.

Me agarro de la mano el patudo, aunque no me quejo, y corrimos hasta ese juego, nos subimos a un carrito, me abrace al brazo del Lucas—porque soy miedosa culia—.