d i e c i s é i s

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Vale.

Odio al Benja, odio al Benja, odio al Benja.

—Oye pescame —dijo la Mila chispeandome los dedos.

—¿Que? —la mire, tiene dos vestidos en su mano.

—¿Cual te gusta más?

—Mmm no se, ¿el negro? —dije no muy convencida, no me gustan los vestidos así que no ayudo mucho.

Suspiro y se sentó a mi lado—. ¿Que pasa? andas muy distraída.

—Extraño a la Mara —hice un puchero—además nunca he pasado una navidad lejos de mi mamá.

—Pucha Valita —me abrazo—¿Y entonces por qué no te fuiste?

—Porque mi mamá se fue por viaje de negocios y no va a estar —me encogí de hombros.

Hizo una mueca—. Pero la vas a pasar con el Lucas.

Se me formo una sonrisa en el rostro.

—Ya, ¿que vestido elegiste al final? —cambie de tema.

—El negro —sonrió y caminamos hasta la caja, lo pago y salimos de la tienda.

—¿Que le puedo regalar a una niña de cuatro años? —me preguntó.

—Mmmhh ¿cuáles son sus monos favoritos?

—Le gustan todas las weas —soltó una risa nasal.

—Yo creo que algún juguete, porque ropa no emocionan a los niños —mire mis manos, me pegaría una cachetada por lo weona que soy.

¡No he comprado ni una wea!

—Mierda, ¿que le regalo al Lucas? —me toque la frente preocupada.

—Tu flor —me webio.

Me puse roja por ese comentario. Seguimos caminando por el mall que está bastante lleno y está ese ruido estresante, soy terrible mala para hacer regalos.

—Ya se que comprarle a la cabra chica —sonrío—Hagámosla más corta y yo voy a comprar el juguete culiao y tu vas a comprarle algo al Lucas —propuso.

—Bueno, nos juntamos en ese puente qué hay —apunte hacia donde creo que está lo que dije.

—Si po, te llamo —me dio un beso en la mejilla para luego irse.

Caminé en la dirección contraria a la de la Mila. Esta wea está llena, ¿por qué vinimos el último día? Osea no el último porque es veinticuatro pero igual es como el último.

Podría ser algo para su guitarra o un poleron, ¿algo simbólico? ay no se.

Sentí algo frío en mi pecho y me mire, me echaron bebida por la chucha.

Mire al culpable, mejor dicho la culpable..una mina alta, castaña, bronceada que parece modelo al lado mío.

—Ups disculpa —dijo ¿sinicamente?

—Filo, los accidentes pasan —bufé.

—Pero si no te alejas del Lucas lo próximo no será un accidente.m —susurró y mi mirada se encontró con su mirada desafiante.

—¿Perdón? —fruncí el ceño.

—Mucho gusto, soy la Romina, su ex, pero próximamente su polola nuevamente sí que no te hagas mucha ilusiones —sonrió—aléjate de él porque no quiero estorbos en mi camino —hizo un gesto como el de la María Luisa de verdades ocultas.

—¿Y si no que? —me cruce de brazos.

—Si no te voy a quitar de mi camino y créeme que eso no será muy agradable para ti.

Que me acerqué más a él dice.

—¿En serio pelear por un hombre? —me reí—weona loca.

—No estoy ni ahí con tu girl power, aunque estoy siendo buena porque lo hago para que no sufras —solto una risa nasal.

—¿Y por qué debería sufrir?

—Es obvio que a ti te gusta MI lucas, pero lo que él siente por ti no es nada más que amistad, yo le gusto a él y si yo le digo que volvamos el viene corriendo a mis brazos, porque onda mírate —me señaló de pies a cabeza—eres fea, chica, media rellenita para no decirte gorda y bueno mírame a mi —se señaló—no hay por donde perderse, así que no te humilles y ándate por donde viniste —desordeno mi pelo, luego de eso desapareció ente la gente.

Ni me sale la voz como para agarrarla a chuchas, solo se que quiero llorar hasta quedaré dormida, porque si weon, me dolieron sus palabras y lo peor es que tiene razón.

Tal vez yo no soy nada más que una amiga en la vida del Lucas y yo ya me estoy enganchando.

Porque si, me estoy enganchando, no, corrección, ya estoy enganchada.

Al final le compre un reloj que vi y me gustó caleta, es de la Hello Kitty, ya broma, me da miedo esa mona desde que vi su verdadera historia.

Pongámonos serias, le compre un reloj que para mi buena suerte estaba en oferta y un cuadro con una foto de nosotros que atrás tiene una wea escrita, me dio vergüenza escribirlo, pero algún día lo leerá de seguro cuando yo no esté aqui.

Les dije que soy mala haciendo regalos.

—¿Estas lista?—me preguntó el Lucas entrando a la pieza derrepente, escondí el regalo tirándome encima, no se como, pero lo metí debajo de la almohada 

Les pongo en contexto, el maldito del Lucas se le olvidó contarme que su papá iba a venir con su pareja a la casa para pasar la navidad con el y le dije que me iría pero el papá quiere conocerme weon, ¡quiere conocerme!

Más encima están por llegar y ni les compre algo, pero según el Lucas eso no importa, lo importante es que no me sienta incómoda y que la pasemos bien.

—Lucas me da vergüenza —bufé.

Se sento a mi lado y junto nuestras frentes.

—¿Te dije que estás hermosa? —me preguntó y lo mire mal pero igual se me salió una sonrisa.

Pero no soy igual de hermosa que la Romina..

—No me cambies el tema —aclaré la voz.

—Ya llegaron, vamos bajemos porque mi papá quiere puro conocerte —se paró y me tomo de la mano.

Ni que fuera su polola.

Pero te gustaría.

Ah volviste, me tenías abandonada.

Soi perra y me desaparezco.

Bajamos las escaleras y voy detrás del Lucas casi escondiéndome, mire la mesa y están puestas las ensaladas que hicimos con el Lucas, pero la comida no está.

—¿Y la comida? —pregunté extrañada.

—Mi papá con su pareja están sirviendo, ¿ya tienes hambre? —se burlo de mi y me dio un beso casto en los labios.

No po, agarrame y comeme toa', ah.

—Si, hace tres horas que no como nada.—hice un puchero.

—Ay pobrecita —me abrazo y me puse de puntitas para poder quedar mejor en su cuello.

—¿Lucas? —susurre y roce nuestros labios.

—Dime Valita.

—¿Que som.. —me interrumpio una voz conocida.

—Hijo —dijeron y me di vuelta.

¡Conchetumare!

Eso es pa' weones                             Donde viven las historias. Descúbrelo ahora