Un día soleado donde las montañas resaltaban con esas pequeñas flores de colores que solo una persona podía hacer que se vieran tan espectaculares y con un brillo peculiar, solo una persona una mujer cuya belleza resaltaba a cualquier lado que ella iba, una joven doncella llamada Perséfone una diosa cuya obligación era pasear por los prados de la tierra mortal dando belleza a la naturaleza haciendo que las flores que parecían muertas revivieran y junto a su madre Deméter enriquecer esos cultivos tan significativos para los mortales, ella al ser una diosa en el mundo de los mortales su belleza resaltaba aún más, dando pie a que los hombres empezaran a idolatrar esa belleza que ella poseía, dando pie a que los hombres la asecharan ...
Perséfone: Madre, porque no me dejas ir a nuestro mundo me gustaría conocer a más personas como nosotras, no me lo tomes a mal este mundo es espléndido sin embargo me gustaría conocer a los toros dioses, porque no me dejas ir al olimpo y conocer a mi padre.
Deméter: Mi bella hija, te amo tanto que no puedo permitir que te hagan daño y me hace tener un odio el solo hecho de pensar que un dios no digno de tu belleza te pueda tener...
Perséfone: Pero madre, eso es muy egoísta de tu parte...
Deméter: !He dicho que no!
Perséfone: ¡MADRE!..
La pelea que resultó después de esa plática entre Perséfone y su madre solo hizo que Deméter desconfiara de su hija, y por miedo a que esta sea dañada o alejada de ella, hizo algo inimaginable.
Deméter: Mi bella hija lamento el haberte gritado y negado ir a la ciudad donde perteneces, es por eso que cree un lugar donde tu naturaleza puede ser más enriquecida un lugar donde tu poder pueda ser libre, ve mi querida hija.
Perséfone: ¡Gracias madre! Este lugar podrá ser un lugar perfecto para que las flores nunca marchiten y puedan ser bellas y vivir eternamente, sin que un pétalo caiga al suele...
Deméter: Es lo que mereces Perséfone algo digno de ti un oasis donde tu dotes de deidad puedan sobresalir aún más.
Una vez que Perséfone entro a este oasis empezó a hacer creaciones de flores únicas arboles verdes donde ellos luciérnagas y mariposas reposaban en ellos, pero mientras Perséfone creaba un digno oasis, barrotes hechos por el mismísimo Hefesto a los lados del oasis empezaron a salir, Perséfone asustada intenta escapar pero era imposible salir de ese lugar...
Perséfone: ¡Pero madre! que has hecho déjame salir por favor...
Deméter: no puedo dejar que mi bella hija sea raptada por un simple mortal mucho menos por un dios lujurioso... es por tu bien mi bella hija (Le da una caricia en la mejilla y se va lentamente)
Perséfone: !Madre por favor no me dejes aquí te lo suplico! ...madre por favor.
Paso el tiempo y Perséfone se encontraba encerrada en esa jaula hecha por su propia madre, la naturaleza seguía con una belleza peculiar sin embargo los hombres iban solo para ver la belleza de Perséfone idolatrándola aún más, este acto hizo llamar la atención de la diosa de la belleza...Afrodita.
Para afrodita era inaceptable el hecho de que otra diosa fuera más bella que ella, así que un día bajo hasta la tierra de los mortales para ver con sus propios ojos a esa diosa que tanto idolatraban los hombres, cuando la vio pudo ver belleza y pureza en Perséfone, algo que hizo que los celos de Afrodita se hicieran aún más, así que empezó un plan para volver ser la única diosa más bella del mundo.
Afrodita: ¡No puede ser! ¡No puede ser! Que alguien sea más bella que yo, debo de hacer algo esto no se puede quedar así, los hombres deben volver a mi...Eros ¡EROS! ¡Donde estas, ven de inmediato!
Eros: Si madre que desea la diosa con belleza extraordinaria...
Afrodita: Mi bello y dulce hijo necesito que te deshagas de alguien que desea competir con mi belleza
Eros: Pero madre no hay belleza como la tuya
Afrodita: ¡Lose! Pero me molesta esa persona, solo quiero que le lances una de tus flechas y que se enamoré de la persona más horrible del universo...
Eros: Y quién es esa mujer que insinúa competir con la diosa de la belleza
Afrodita: Perséfone...
Eros aun no entendía quién podía ser más hermosa que su madre, pero sin preguntar fue a realizar dicha tarea que su madre le asigno, cuando llego a la tierra pudo ver a una joven mujer encerrada en aquella jaula pero aun así seguía con una belleza única y una pureza impecable que rociaba a la naturaleza dejando rastro de pétalos por donde caminaba y creando una naturaleza majestuosa y única, Eros supo de inmediato que se trataba de Perséfone y sin pensarlo tomo una de sus flechas de oro para que esta se enamorar del ser más horrible del mundo...
Eros: Que bella mujer pero quien será el hombre afortunado de que esta bella doncella sea su enamorada, tendría que ser una persona muy diferente a ella, un persona que se niegue a mis flechas... una persona con un ser frio, una persona que con solo nombrarlo sea temido, una persona como Hades...
Eros regreso a la ciudad de los dioses a planear mejor lo que iba hacer y decidió que la mejor opción para hacer sufrir a Perséfone era que solo Hades sea quien se enamore de ella así tendrá que vivir con el ser más temido del mundo.
Por otra parte Hades desde el inframundo sintió un dulce aroma, algo muy raro ya que se encontraba en un lugar donde esos olores no existían... era tanto el olor que decidió seguir, decidió seguir ese dulce aroma hasta que por una grieta de la tierra pudo ver de dónde provenía, era el peculiar aroma de Perséfone.
Hades: Pero quien es esa Hermosa mujer que su cabello cubre su cuerpo, quien es esa Hermosa mujer cuyo aroma llego a mí como una brisa en primavera, pero quien es esa Hermosa mujer cuya belleza no se compara ni con la misma afrodita...
Hades no hizo más que mirarla por la grita de la tierra, veía como Perséfone con solo caminar salían pequeñas flores de la tierra, como con tan solo estar ahí encerrada ella seguía embelleciendo la naturaleza, hades siguió yendo todas los días para solo apreciar su belleza, pero uno de esos días Eros pudo ver que Hades se encontraba cerca y sin pensar saco una flecha de oro y con la otra mano sujeto su arco dando un flechazo a Hades el dios del inframundo...
Haciendo que el deseo que tenía hades por Perséfone creciera aún más...
ESTÁS LEYENDO
REENCARNACION EN EL OLIMPO
RomanceCuando por fin encuentras el amor incondicional, es cuando los celos y las envidias aparecen por el entorno, Hades un dios tan poderoso debilitado por una mujer que robo su corazón, una diosa que en su mente la belleza inigualable la portaba solo...