REENCARNACION EN EL OLIMPO

OLIMPO 11.1.- La balanza

Magia donde la vida y la muerte tienden de un hilo, manejada por tres mujeres y solo la palabra de ellas se necesita para vivir o morir...

Gritos se escucharon después de las palabras que en forma de canto las mujeres destinaron a esos hombres que le hicieron daño a Elizabeth... su magia es temida por todo el inframundo, es temida por el mismísimo Zeus... sin embargo existe una magia más poderosa que esa, una magia donde el equilibro decide y su destino es la muerte, sin embargo si la balanza apunta a que eres una persona de bien tendrás riquezas y conseguirás más cosas de las que puedes imaginar,  esta balanza solo una persona es portadora de ella ...Diosa portadora de la vida, de la naturaleza un don que se le fue asignado pero así como trae vida y calidez a algunas personas, también trae una oscuridad nula un aire helado el cual indican que viene una sola cosa...la desgracia, el enojo de una diosa que no entiende razón... una diosa que trae consigo la muerte.

          -Hades, mi amor sabes hoy fui al pueblo y escuche que mañana iba a ejecutar a unas personas...

          -Perséfone, no te vayas a meter en cosas de los humanos, tendrán sus razones para hacer eso... tal vez robaron algo.

          -No se amor creo mañana daré otra vuelta para ver que va a pasar.

          -Perséfone, no quiero que te metas en problemas es mejor dejar las cosas como están.

Ala mañana siguiente Perséfone se fue temprano, la curiosidad la mataba el querer saber que personas iban a ejecuta y por qué le iban a dar ese castigo. Mientras caminaba por el pueblo, justo enfrente de ella pudo apreciar a tres mujeres amarradas donde ni una palabra podían expresar de los golpes que la gente les había hecho, campanas sonaban era la hora de que esas mujeres fueran ejecutadas... de tras de ellas se encontraba un hombre quien sin piedad golpeaba a esas mujeres diciendo los delitos que habían cometido... uno de los delitos eran el sanar personas mediante magia, las mujeres poco a poco iban perdiendo la luz dentro de ellas y tomadas de las manos aceptaron el destino que tendrían, Perséfone no podía creer que solo por ayudar a la gente, así les pagaran por pensar que el sanar era algo digno de reprochar y matar... en ese momento algo dentro de Perséfone empezó a cambiar ... el odio el enojo se podía ver en sus ojos, el hombre con una antorcha se acercó a las mujeres quemándolas y denigrándolas ... esa fue la gota que derramo el vaso de Perséfone.

El rostro de Perséfone cambio sus ojos se tornaron negros completamente, su cabello rojo parecía fuego alrededor de ella, era tanto su enojo que su verdadero poder salió frente a todo el mundo.

           -¡Déjalas en este momento! –dijo con una voz grave y fuerte-

          -Quien eres tú para venirme a decir que hacer, que no sabes que son brujas...

         -Yo soy Perséfone la diosa de la vida...y de la muerte, Perséfone diosa del inframundo quien castiga a la maldad pura. Yo Perséfone te quitare la vida donde solo los gritos se escucharan en forma de lamentos por tus actos ruines... este será mi decreto.

Todas las personas del pueblo se encontraban reverenciando a nuestra diosa Perséfone y aunque lo que veían no era del todo grato sabían que la palabra de una diosa era más que cualquier cosa. Perséfone se acercó a donde el fuego iluminaba las caras de estas mujeres donde la luz de ellas se iba apagando poco a poco, y moviendo su mano por encima de ellas el fuego desapareció y poco a poco las heridas del fuego iban desapareciendo...

Perséfone.

        »-A partir de hoy mis pequeñas damas se encargaran del equilibrio de la vida de la muerte de los castigos justos, que mejor que ustedes quienes fueron castigadas injustamente escojan el castigo digno, a partir de hoy tendrán la última palabra, en ustedes encontraran sanación pero también destrucción servirán a el rey Hades dios del Inframundo y a mi Perséfone doncella de la noche diosa de la primavera reina del inframundo... a partir de hoy vida infinita tendrán para dar equilibrio entre el bien y el mal.

Las mujeres poco a poco iban recuperando conciencia, un poco débiles pero sin quitar la mirada de su salvadora le dedicaron unas palabras...

        »-Mi reina a usted y a nuestro rey lealtad eterna tendrán de nosotros vida y muerte daremos castigaremos la maldad y reviviremos la debilidad seremos una balanza seremos una para asignar un castigo justo y digno... este será nuestro pacto.