cap 8

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A los días de que Aria se había mudado.

-es nuestro primer día como una familia en la escuela, esto va a sorprender a todos. Enana tenemos que planear una gran entrada- eso pareció llamar la atención de la peli plata ya que al segundo la tenía a su lado con los ojos llenos de entusiasmo.

-que tienes en mente oso-

Los dos se alejaron tanto para que su familia no escuchará sus planes.

-siento que me la están robando- dijo Rosalie divertida.

- espero que no se metan en problemas...

[...]

En el Instituto se encontraban los cullen sentados en su mesa solo faltaban Aria y Emmett.

-Alice tu sabes a que se fueron verdad- Rosalie miro a Alice la cual solo tenía una sonrisa, sin decir nada. Al notar que no le iba a decir nada miro a Edward en busca de respuestas.

Este sólo negó frustrado - no para de cantar - su hermana sabia como hacer que se molestara.

Mientras charlaban entre ellos les llegó el olor de ambos vampiros por lo que miraron hacia la puerta.

Cuando los vieron entrar todos voltearon.

Muchos sin saber que decir, chicas con odio y celo, y más.

Aria y Emmett llevaban remeras iguales donde ponían nueva integrante de los cullen Aria. Y atrás un apodo Aria tenía puesto enana y emmet oso.

-Hola chicos- saludaron ambos para sentarse. -tenemos un regalo para cada uno-

Sacaron de quien sabe donde remeras iguales a la de ellos pero con distintos apodos, el de Rosalie decía Ángel, el de Alice duende, Jasper soldadito y el de Edward cara de estreñido.

Todos menos Edward agradecieron no ser el, y más porque no pudieron negarse a la carita que les daban los hermanos.

Edward tomo el regalo solo porque no queria decepcionar a la peli plata porque si no nunca recibiría ese regalo.

Edward aún no sabe porque pero se ofreció para buscarla a su salón para luego ir a casa.

Aria había dado su consentimiento por lo que ahora él se encontraba esperándola.

Estaba muy molesto cuando escucho todo lo que pensaban los varones sobre ella. Cada comentario sobre su belleza o querer hacerle alguna cosa lo molesta mas y mas, sólo quería matar al que se le acercará con esas intenciones.

Tan metido en sus pensamientos estaba que no se dio cuenta cuando Aria llego a su lado.

-hermoso caballero me prestaria un poco de su tiempo- el elevó sus cejas.

-jamás rechazaría la petición de tan hermosa dama- el sonrió siguiendo el juego.

Ella que lo miraba detenidamente no sabía que decir, por primera vez en su vida su corazón latía haci de rápido por alguien. - seguro que haci conquistas a todos las chicas no, yo no soy igual - dijo para tratar de alejar sus pensamientos, pero ese ligero latido fue escuchado por Edward el cual sonrio.

-solo lo hago con la hermosa dama enfrente mío, y que puedo hacer para entrar en tu corazón- el se escuchaba y se sorprendía por lo que decía sabía que algo estaba sintiendo por ella, se sentía muy cómodo a su lado y sin tener que ocultar lo que es.

-Quiero que seas tú mismo, y no  lastimes mi corazón- dijo ella ya sabiendo que el Chico le gustaba y mucho, los gestos, sus palabras, cada cosa que hacía ella miraba con mucha atención encantada por lo que el era, pero aún así estaba resentida por como la trato antes, aun así siempre su mirada fue directo a el.

-por ti daría hasta mi vida si es necesario para cuidarte- le dijo mostrando una gran sonrisa.

Ella cada vez se ponía más roja y a Edward eso le encantaba, y lo tenía que admitir. Desde que llegó siempre le prestó atención a pesar de que lo ignorara todo el tiempo o eso pensaba el.

[...]

Pasaba el tiempo Aria y Edward pasaban más tiempo juntos, conociendo los gustos por la música clásica de ambos.

Ella escuchando las melodías que el tocaba con tanta pasión.

Se sentó a su lado y como hace años no lo hacía poso sus dedos sobre el piano.

Edward la miraba expectante no sabía que sabía tocar, pero al ver la concentración y donde apoyaba sus dedos entendió que ella sabía bien lo que estaba por hacer.

Así los dos se dejaron llevaron, mientras la familia los veía con una sonrisa, esperaban que entre ellos fuera lo mejor. A Edward lo veían tan feliz, tan vivo cuando se encontraba con la peli plata. Y además que estarían muy feliz que al fin pueda tener su pareja por la que espero tantos años.

- no es justo que lo cambies repentinamente - dijo Aria mirando a Edward inquisitoriamente al notar como cambio de repente las notas.

- si aún me sigues el ritmo -

- será porque soy mejor - dijo orgullosa.

[...]

-¿A donde vamos?

- cuando lleguemos lo verás- decía Edward mientras tomaba la mano de Aria.

Por alguna razón se encontraba muy nerviosa, como si algo importante este por suceder.

Al llegar lo que vio la fasino, era un hermoso claro lleno de flores. Ella camino mirando con admiración las hermosas flores del lugar. Los más cercanos a ella sabrían cuanto le gustan todo tipo de flores.

Edward quedo hipnotizado por la vista de la chica que mientras caminaba las flores a su al rededor abrían sus capullos.

Eso es algo que notaron todos, mientras el ánimo de la chica sea cuando está feliz o nerviosa las flores a su al rededor florecen.

-Ed estas siendo muy lento, te pegaron duro los años ya- decía con una sonrisa que volvía loco al vampiro.

Al instante se acercó a ella, y sin pensarlo la beso, fue un beso tierno por parte de ambos.

El sabía que ahora ella estaba como humana por eso hacia todo con cuidado sin lastimarla. Pero aún se le hacía raro que no use su parte vampiro o que ella desapareciera las noches de luna llena.

Al rato se tuvieron que separar por la falta de aire de la peli plata. -eso no me lo esperaba.

-tengo algo que preguntarte- si pudiera estaría tan sonrojando en ese momento- ¿señorita Aria Fiore quisieras ser mi novia?

-por supuesto- dijo tirándose arriba de él, haciendo que ambos calleran.

Quedaron cara a cara ambos mirándose con ternura, se acercaron cada vez más hasta volver a besarse.

Fue un beso tierno por parte de ambos, sus labios parecían encajar a la perfección o tal vez eso sólo fue una linda ilusión.

[...]

Pasaron unos meses. Y la relación de Edward con la peli plata era la más envidiada en el Instituto.

Pero paso algo, porque Aria dijo repentinamente que debía irce y nadie la iba a acompañar. Al principio se rehusaron pero con el tiempo que pasaron juntos supieron lo terca que es.

-¡nos vemos familia, el que se olvide de mi recibirá una paliza!

Dijo para desaparecer entre los árboles mientras una punzada llegaba a su corazón, pero no tenía tiempo que desperdiciar para saber que significaba.

Crepusculo (Editando)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora