Estaba tan metida en mis pensamiento que no había escuchado que alguien golpeaba la puerta de la habitación. Me exalte porque escuché la voz de Ross a lo lejos.
-_____ estás ahí?-
Pregunto tímidamente y lo primero que hice fue tapar mis pechos con mí brazo aunque él no estaba dentro del baño.
- Ross, lo siento estoy bañándome-
Grite para que me escuchará.
- oh lo siento, vuelvo después-
Dijo y suspiré volviendo a sumergirme relajada en el agua. Pero al segundo volví a pegar un brinco porque Ross estaba metido en mí baño. Esta vez tape mis pechos con razón y lo fulmine con la mirada.
- Ross que haces?-
El tenía una media sonrisa canchera en sus labios y estaba inclinado sobre el marco de la puerta observándome entera. Negó con la cabeza y suspiro.
- lo siento, se que Evan no está y no pude resistirme-
Largo algo apenado. La situación me estaba poniendo incomoda, pero no pude evitar estremeserme al notar que estaba sin remera y tenía los jogins de Evan muy debajo de su cintura, que hacían que pueda ver su lindo abdomen completo.
- y me siento algo triste y solo, tal vez podrías compartirme un poco de tu vino-
Se acercó con agilidad a la bañera y ya no me alcanzaban las manos para taparme. Sentía como mis mejillas ardían al igual que todo mí cuerpo. Ross se sentó en el borde de la bañera y tomo mí copa dándole un sorbo. Cuando la separó sus labios estaban mojados y no dudo ni un segundo en pasar su lengua lentamente para después dejar la copa devuelta en su lugar.
- Ross...-
Quise mostrarle lo poco enfadada que estaba pero me interrumpió.
- lo siento _____, se que tu amabilidad conmigo no son intenciones de otra cosa. Pero me quise arriesgar y si estoy muy desubicado aceptaré tu enojo y me lárgare a la habitación de nuevo muy avergonzado-
Suspiro y paso su mano por mí brazo con suavidad.
- pero no pude evitar la forma en la que me miraste cuando me viste solo con la toalla en mí cintura, cuando entraste a la habitación. Quiero que sepas que si quieres algo de mí puedes tenerlo-
Aclare mí garganta e intenté sacar palabras que no querían salir de mí boca. Por qué? Porque tal vez Ross me atrae un poco, porque tal vez si quiero algo de él y porque también me daba pena la situación que estaba pasando. Pero sacudí mis pensamientos rápidamente y me retracte pensando en Evan.
- Ross, te voy a pedir que te retires de la habitación...-
Ross iba a interrumpirme pero no lo deje hablar.
- y te voy a aclarar que no le diré nada a Evan de esta situación y que vas a poder seguir quedándote aquí. Pero en serio vete por favor-
Largué con la voz media entrecortada por los nervios. Ross acomodó su pelo rápidamente y se paró.
- lo siento ______, es que toda esta situación me tiene agobiado y tal vez me imaginé algo de tu parte que no era. Te pido mil disculpas-
Ross se disculpó y ni siquiera espero una respuesta de mí parte. Solamente se fue por la puerta sin decir más. Me quedé unos segundos mirando la puerta tratando de procesar lo que había pasado y suspiré largando mí aliento con fuerza por mí boca.
-mierda-
Balbucee. Estoy enojada conmigo misma por estar mirando a Ross de está manera. Jamás me había pasado algo así y ni siquiera es que con Evan estemos mal. Al contrario, somos muy felices, pero desde el momento en que me choqué a Ross en el bar mí cuerpo sintió un cosquilleo extraño y no puedo olvidarme de esa sensación ya que me vuelve a pasar cada vez que chocamos miradas. Me quedé pensativa un rato en el agua, pensando en cosas que no tendría que estar pensando. En un momento se me pasó una imagen mía y de Ross en la cama, desnudos y para mí sorpresa también estaba Evan con nosotros. Chisté con mí lengua y saque esos pensamientos de mí cabeza. Pero que me está pasando? Sentía un fuego entre mis piernas que no podía explicar. Termine mí vino de un solo sorbo y decidí pararme para envolverme en la toalla.
Salí rápidamente de mí habitación y sin pensarlo dos veces fui hasta la de Ross. La puerta estaba entreabierta y podía verlo tirado en la cama mirando su celular. Rodee mis ojos y entre lentamente. Los ojos de Ross se chocaron con los míos y ahí estaba de vuelta esa sensación, ese cosquilleo extraño que no puedo olvidar. Él solo me miró en silencio esperando que diga algo y yo no sabía que decir, pero respire profundo y largué algunas palabras.