Estuve un buen tiempo con Ross haciéndole compañía, había hablado con Evan y le conté que solo me habían dejado pasar a ver a Ross porque mentí que era su hermanastra. Evan no lo tomo mal, pero me dijo que le hubiera gustado poder pasar. A las horas Ross estaba durmiendo como un bebé y decidí salir a buscar a Evan. Cuando salí de la habitación no lo vi, así que baje a la recepción y ahí estaba tomando un café. Me acerque lentamente y levanto su vista para mirarme, me senté a su lado y espero a que hable.
- Ross está bien, va está todo quebrado pero nada que no pueda sanar. Perdón que me quedé mucho tiempo ahí, peroro él me lo pidió y no me pude negar-
Me encogí de hombros un poco angustiada y Evan apoyo su mano en mí pierna.
- está bien no pasa nada ______, eres demasiado buena lo se-
Evan acaricio mí mejilla y luego me beso con suavidad.
- y ahora? Q va a pasar?-
Negué con la cabeza.
- nada supongo que se va a tener que quedar acá un par de días y luego volverá a casa-
Evan suspiro y apoyo sus manos en sus piernas para pararse.
- bueno, y ahora nos tenemos que quedar o nos podemos ir a casa?-
Me incorpore a su lado y lo tome de la mano.
- si eso quieres si, Ross se quedó dormido. Podemos volver mañana a verlo y tal vez te dejen pasar-
Evan se acercó a mí y beso mí frente por unos segundos.
- bueno bebé, quieres subir otra vez para avisar que nos vamos y mañana volvemos?-
Pregunto y asentí. Cuando le iba a soltar la mano para alejarme me hizo acercar de un tirón suave y me beso.
- te amo-
Me susurro sobre los labios y sentí como se me erizaba la piel.
- yo también mí amor-
Dije y le regale una sonrisa para después alejarme. Mientras iba a ver a Ross antes de irnos pensé en esa reacción de Evan recién y no pude evitar pensar en qué tal vez sospechaba de algo. Me puse muy nerviosa, pero trate de no pensarlo más. Cuando entre en la habitación Ross seguía dormido y me acerque lentamente para darle un beso en la frente.
- mañana vengo chiquito-
Susurré mientras me alejaba y el seguía durmiendo. Le deje una nota para que sepa que mañana volvía y me fui.
Subí al auto con Evan y fuimos todo el camino a casa en silencio. Cuando llegamos a casa Evan apago el motor y se quedó sentado pensando. Lo mire unos segundos y el cruzo la vista conmigo.
- que pasa?-
Pregunte nerviosa. Evan negó con la cabeza.
- no lo sé, es que no quiero hablar por hablar pero creo que hay algo que me molesta-
Cuando Evan largo las últimas palabras sentí como mí corazón quería salir de mí pecho.
- que?-
Pregunte manteniendo la calma y Evan largo un suspiro.
- creo que Ross gusta de ti y no se porque me molesta porque se que de tu parte no existe el mismo sentimiento. Pero es raro, ya que eres muy buena con el y tal vez se confunda-
Me sentía tan mal al escucharlo, pero en serio que a Ross se le notaba demasiado.
- no se que decirte Evan, me sorprende lo que me dices. Yo no creo que sea así, solo nos llevamos bien nada más-
Evan negó con la cabeza
- si, tienes razón, lo siento. Es que sabes que soy un poco celoso. No puedo evitarlo-
Acerque mí mano a la cara de Evan y lo tome de la barbilla para que me mírara. Él lo hizo con carita de perro mojado y mí corazón se derritió.
- eres el celoso más hermoso de este mundo y todo mío-
Dije para cambiar un poco de tema. Evan sonrió.
- me das un beso?-
Pregunte tímidamente y asintió para después acercarse y darme un beso largo. Yo no tenía estás intenciones, pero sin pensarlo desabroché con rapidez mí cinturón y me le trepe encima para tener su cuerpo pegado al mío. Nos separamos un poco y Evan me miró sorprendido.
- y eso?-
Pregunto después de morderse el labio. Me seguí el juego también y rodee su cuello con mis brazos.
- podríamos hacerlo en el auto?-
Pregunte con inocencia, Evan largo una pequeña carcajada y puso sus manos en mí cintura.
- todo lo que tú quieras bebé-
Lo bese con desesperación, tal vez creyendo que esto me iba a sacar la culpa enorme que cargaba o que él se iba a olvidar de Ross por un buen rato. Evan paso sus manos a mí trasero y lo levanté un poco para desabrocharle el pantalón mientras el subía mí vestido, y cuando me quise dar cuenta ya tenía un dedo de Evan dentro de mí y largué un gemido sosteniéndome con fuerza de sus hombros. Lo estaba haciendo suave pero amaba sentir sus dedos dentro de mí. Sin perder tiempo saque su pene del pantalón e hice que lo metiera dentro de mí sacando sus dedos con mí otra mano. Cuando quede a la misma altura de Evan otra vez lo mire fijo mientas mordía mí labio. Él se quedó mirándome con la respiración agitada y empecé a hacer movimiento lentos mientras volvía a aferrarme a su cuello. Sentí como sus manos apretaban mí culo haciendo que mis movimientos sean más fuertes.
- más fuerte-
Largo en un susurro suplicando y le hice una sonrisa de costado mientras veía como tiraba su cabeza para atrás. Empecé a a acelerar mis movimientos pero ahora daba pequeños saltos sobre él.
- sabes que así acabaré rápido-
Me dijo en un hilo de voz
- acaba cuando quieras-
Susurré en sus labios mientras apretaba con más fuerza mí trasero. Cuando empecé a sentir las embestidas más fuertes me separé de él y me recosté sobre el volante del auto mientras seguía moviéndome y con mis manos tomaba mis senos. Evan puso sus manos sobre las mías ayudándome a darme unos suaves masajes, pero saque mis manos para poder sentir las suya que tanto me gustaban.
- quieres que te haga acabar ya?-
Pregunté mientras seguía moviéndome con fuerza, Evan ni pudo contestarme que ya estaba largando pequeños gruñidos sintiendo como el clímax se acercaba, pero hizo que me exalte al sentir sus dedos en mí clítoris con movimientos circulares que hicieron que se me erice la piel.
- así Evan, no pares-
Era yo la que suplicaba ahora, pidiéndole que siga, que no se detenga. Evan espero a que mí cuerpo se retuerza sobre él.
- ya vas a acabar tu?-
Pregunto con deseo y solo pude asentir entre pequeños gemidos y suspiros. Y cuando llegue al clímax Evan me hizo acelerar las embestidas para que acabemos juntos, como a mí me gustaba. Me quedé sobre el unos minutos, sintiendo su corazón latir contra mí, sintiendo nuestras respiraciones agitadas. Evan me abrazo con fuerza y después se separó de él.
- eres mía verdad? Solo mía, mí mujer-
Pregunto cómo si fuera un niño que no quiere perder a su juguete y asentí mientras acariciaba su mejilla.
- voy a ser tuya para siempre Evan-
Contesté y me acosté sobre su pecho un rato más.