CAPÍTULO 09

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La Tumba

Calle High, New Haven

Wer war der Thor, wer Weiser, Bettler Oider Kaiser?

Ob Arm, ob Reich, im Tode gleich.

¿Quién es el loco, quién es el sabio, el mendigo o el Rey?

Pobre o rico, se igualan en la muerte.

Luka, Chloé y yo permanecíamos escondidos en uno de los muros adyacentes a los alrededores de La Tumba, a unos cincuenta metros de ella. Les pedí que desconectáramos las localizaciones de nuestros dispositivos móviles y que no los hiciéramos visibles.

—¿Por qué? —me preguntó Chloé.

—Porque estás en una sede potencialmente poderosa, cuyos miembros son unos obsesos del control y del secretismo. Y como consecuencia, también serán muy estrictos con la seguridad y con el hecho de sentirse perseguidos u observados. El perfil psicológico de los líderes de estas logias responde a este tipo de comportamientos. Si tienen algún sistema que haga un barrido de las personas que estén cerca de ellos durante más del tiempo que ellos creen prudencial o casual, querrán saber quiénes son.

—Bien... Pequeña genio, las clases de criminología te están convirtiendo en un monstruo —se rio Luka, pero hizo lo que le pedí. Y Chloé también.

—Solo vamos a cubrirnos las espaldas.

—Muy bien, chica lista —contestó él.

La Tumba era un edificio oscuro y lúgubre, sin ventanas aparentes en su fachada y de estilo grecorromano. Incluso tenía toques egipcios que recordaban a las puertas de entrada del cementerio Groove Street.

No queríamos que nos descubrieran, y guardábamos prudencialmente las distancias. Mientras Luka ponía a punto el minúsculo dron con forma de insecto que estaba manipulando y que a mí me tenía totalmente descolocada, Chloé leía en voz baja la información más popular que habían recopilado las webs sobre aquel lugar.

—Originariamente se hacían llamar la Hermandad de la muerte. ¿Lo sabías?

—Sí.

—En este lugar se reúnen semanalmente los Bones. Los Seniors, los Tapped, los Patriarcas...

—Los Caballeros, los Reich, los Maeses y la Cúpula... —asumí enumerando los conceptos y los nombres que ya conocía.

—Es la sociedad secreta más antigua de los Estados Unidos —añadió Chloé.

—Lo sé. Ahora cuéntame algo que no sepa y que no haya leído en todas estas semanas que llevo aquí —la animé. Sabía que era imposible. Alya me había dado un Máster en poco tiempo y la información con la que yo contaba no era de vox pópuli, ni estaba en ninguna web.

—No pone nada en ningún lugar de pasadizos secretos subterráneos en La Tumba — observó sacudiendo las hojas que había impreso—. Sí que mencionan que a sus cofrades se les llama Bonesmen y que tienen una gestión y un funcionamiento parecido al de la mafia italiana, donde la lealtad y la fidelidad por guardar los secretos de la logia es siempre lo que más importa... Pero ni siquiera el libro de Alexandra Robbins habla sobre esos túneles.

—Obvio —musitó Luka—. De ahí que sea todo secreto —añadió poniendo a punto el dron.

Aquel dispositivo de última generación había sido un regalo de los muchos contactos que tenía Luka por todo el mundo, que conseguía lo que quería con un par de llamadas, un e-mail, un cortafuegos informático y una sonrisa.

Cuando Apple le ofreció la plaza en su departamento de nanotecnología, incluía la posibilidad y los privilegios de ser el primer «testador» de todo tipo de aparatos. Los microdrones eran uno de ellos.

/ 03 / FUEGO INTERNO (+18 ADAPTACIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora