Se iban a quedar todos de piedra. Todos. Hicimos el viaje a Harvard solo para despistar, aunque en realidad, no hicimos nada allí, excepto tomarnos un café con Bruce, un buen amigo hacker de Luka que estudiaba en la prestigiosa universidad.
Llegamos por la mañana.
Ambos habían hecho muchísimas fechorías juntos, y guardaban un buen recuerdo el uno del otro. Además, Luka le hizo un enorme favor que Bruce le iba a devolver ayudándonos a conseguir la Biblia de Harvard.
Era un friki de rasgos indios, mente superdotada, virgen y poco dado a hablar con la gente que no le interesaba. Pero cuando nos vio disfrazadas de muerte, y siendo Halloween como era, se volvió loco y pidió hacerse fotos con nosotras.
Nos reunimos en una cafetería de los alrededores. Todos allí ya estaban caracterizados y decididos a pasar un buen día y una buena noche del día de los muertos. Bruce iba de Frankenstein.
Bruce y Luka empezaron a hablar de su artimaña, mientras Alix, Chloé y yo nos hinchábamos a café, muffins, tartas y todo lo que hubiera en el mostrador. La Misión nos tenía exhaustas, muertas de hambre y con mucho sueño. Pero aguantaríamos hasta las doce de la noche. Hora en la que los supervivientes nos reuniríamos para ver quién la tenía más grande.
—El sistema de seguridad de la universidad es fácil de hackear si conoces bien los algoritmos que utilizan. Como me pediste, la he cogido, y hoy mismo he programado el dron para que a las doce de la noche hora exacta, llegue a la localización que me dijiste. Sobre el obelisco de Groove Cemetery de Yale.
Luka sabía que si, por un casual, cargábamos con la Biblia desde Harvard a Yale, probablemente los demás nos perseguirían para robárnosla. Por tanto, si llegaba al punto exacto con uno de esos drones avanzados que solo los tipos como ellos sabían dónde conseguir y cómo manipular, nadie saldría herido y la Biblia seguiría a salvo.
Listo. Muy listo mi amigo Luka.
—Ya estamos en paz, nipon —le dijo Bruce facilitándole el controlador del dron y la clave de acceso por si hubiera algún un problema.
—¿Pero nadie se ha dado cuenta de que la Biblia que hay es una falsificación? — preguntó Alix.
—Nadie tiene ni idea, preciosa —le contestó guiñándole el ojo a lo que Alix elevó una de sus cejas coquetas—. Luka me habló con dos semanas de antelación y lo teníamos todo más que preparado. Una buena imprenta que haga ese tipo de portadas antiguas, un buen restaurador, un excelente falsificador y listos. Las hojas de su interior están en blanco, pero la portada da el pego.
Alix sonrió abiertamente y entrelazó los dedos de sus manos para decirle coqueta:
—Oye, ¿y a ti te gustan las magdalenas?
Increíble. Si los Huesos lograban robar la Biblia, no sería la original.
Y se iba a liar muy gorda.
Ansiaba que llegara ese momento.
Groove Street Cemetery
Doce menos cinco de la noche.
Obelisco
Nos colamos por el mismo sitio por el que lo hicimos la última vez en la noche de las Hermandades. Todavía nos quedaban fuerzas para escalar y dar unos cuantos pasos hasta nuestro final de prueba.
Chloé y Luka avanzaban delante de nosotros cogidos de la mano. Él llevaba una bolsita colgada al hombro con las tres brújulas, una sonrisa de oreja a oreja, y el conocimiento de que habíamos hecho bien las cosas.
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/ 03 / FUEGO INTERNO (+18 ADAPTACIÓN)
AléatoireCreí haberlo visto todo, pero nada me preparó para New Haven. Todo me cogió por sorpresa: las hermandades, los duelos de honor, la existencia de fraternidades de Élite, y ellos, los Bones. Yo era la heredera de la sabiduría de Alya y me había jurado...