03┃their own problems

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【 CAPÍTULO TRES 】SUS PROPIOS PROBLEMAS

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CAPÍTULO TRES
SUS PROPIOS PROBLEMAS

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                SI LE PREGUNTARAS a Amelia qué era lo que más le molestaba en el mundo, ella podría pasarse un día entero haciendo una lista. Detestaba muchas cosas, desde las aburridas obras de teatro hasta los despectivos insultos que siempre iban dirigidos a los hijos de muggles. Pero en aquel momento, no existía nada que odiara más que tener que ayudar a un chico de dieciocho años a madurar. Todavía seguía cuestionándose si aquello era buena idea.

Se repitió mentalmente que no había otra opción. De ninguna manera iría a Beauxbatons por orden de sus padres.

—¿Crees que querrá venir conmigo Hogsmeade? —preguntó James con gran entusiasmo mientras caminaban por los pasillos hacia el aula de Transformaciones—. Quedan unas semanas para eso. ¿Es muy apresurado?

Amelia tuvo que hacer grandes esfuerzos para reprimir el impulso de lanzarle un maleficio y que así cerrara la boca de una vez. Llevaba escuchándolo decir sus pensamientos en voz alta un buen rato, y aquello incluía cualquier tipo de estupidez que se le pasara por la mente. Ella nunca se llegó a imaginar que James se despeinada el pelo a propósito todas las mañanas. Aunque aquello explicaba por qué siempre olía a fijador de pelo.

—¿Quieres callarte de una vez? Me vas a dar dolor de cabeza —dijo Amelia con cansancio. Sus ojos encontraron la cabellera pelirroja de su mejor amiga, que estaba hablando con Mary Macdonald en frente de la clase de Transformaciones—. Mira, allí está Lily.

En vez de dirigir su atención a la chica nombrada, James miró con pánico a Amelia, preguntándole silenciosamente con la mirada qué hacer. Sus ojos tras los cristales de sus gafas estaban bien abiertos y tenía sus cejas elevadas.

—Oh, vamos. Has hablado un millón de veces con ella. ¿Por qué estás tan nervioso de repente? —cuestionó la rubia.

—No lo sé —respondió James, agitando la cabeza—. Quizás es por tus malditos pasos.

—Deja de quejarte de una vez —Amelia suspiró dramáticamente mientras apartaba un mechón de su cabello rubio de su rostro—. Ahora sólo acércate a ella y salúdala. Puedes decirle un cumplido si quieres, pero no te pases. Simplemente no actúes como un niño desesperado que busca una cita. Intenta hacerte el difícil, eso suele gustar a las chicas como ella.

James sonrió de lado, apartando la mirada de los orbes marrones de la chica. Ella lo miró impaciente, esperando que hiciera lo que le dijo.

—¿A ti te gusta que se hagan los difíciles?

—He dicho que les gusta a las chicas como Lily. Yo no soy como ella —repuso Amelia con un tono burlón, poniendo los ojos en blanco. Cruzó los brazos sobre su pecho e intentó por todos los medios no dejar que una sonrisa apareciera por su rostro.

𝐓𝐑𝐎𝐔𝐁𝐋𝐄 ─ james potter Donde viven las historias. Descúbrelo ahora