• . ˚ * ━━ 𝐓𝐑𝐎𝐔𝐁𝐋𝐄
❝Irresponsables y arrogantes. ¡Están hechos el uno para el otro!❞
Cuando el chico más problemático de todo Hogwarts encuentra a Amelia Sinclair en una situación complicada, ella no tiene más remedio que ceder a su chantaje...
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【 CAPÍTULO DOCE 】 SIEMPRE CONTIGO
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LA VIDA DESPUÉS de Hogwarts era mucho más tranquila de lo que parecía. Para algunas personas, este aspecto les podía resultar gratificante. No tener que preocuparse por llegar tarde a las clases de Pociones a primera hora de la mañana, olvidarse de cualquier tipo de exámenes y poder pasar más tiempo con la familia. Pero Amelia Sinclair era la excepción: siempre había pensado que el mundo real después de la escuela sería emocionante y entretenido. No fue una sorpresa la decepción que se llevó cuando comprobó que no era así. Cuando el mes de julio acabó, Amelia ya se encontraba echando de menos las bromas que hacía con sus amigos en Hogwarts.
El verano de 1978 no fue el mejor para Amelia, pero se lo había pasado increíblemente bien. La mayoría de los días salía con sus amigos e iban a fiestas o simplemente pasaban el rato juntos charlando en una cafetería muggle. Apenas veía a sus padres, pero eso no era mucho problema teniendo en cuenta que no tenía una relación muy estrecha con ellos. Además, también empleaba su tiempo asistiendo a las reuniones de la Orden del Fénix, la organización creada por Albus Dumbledore para proteger a muggles y magos de los seguidores de Voldemort. La familia McKinnon se había a ofrecido a dejar prestada su mansión una vez cada dos semanas para que la Orden pudiera reunirse, por lo que Amelia veía a Marlene, a Lily y al resto de sus amigos allí cada vez que se juntaban.
No tardó en llegar el mes de septiembre, dando por finalizado el verano. La mayoría de magos y brujas pertenecientes a la generación de Amelia comenzaron prácticas para sus trabajos soñados. Ella en específico comenzó el curso para aurores que tenía una duración de tres años (era bastante tiempo, pero estaba segura de que merecía la pena por las maravillosas historias que sus abuelos le contaban sobre los fascinantes aurores). James, Marlene y Sirius también habían empezado su formación, por lo que iban juntos a las mismas clases de duelos y hechizos.
Pero aunque todos habían madurado y actuaban con más responsabilidad, en cuanto Amelia cumplió sus dieciocho años el veinte de septiembre, todo se desmoronó un poco. Esa noche celebraron su cumpleaños yendo a bares y cafeterías muggles para probar las bebidas que ella ya tenía permitido beber a esa edad. Mientras se emborrachaban cada vez más y más, Lily los continuaba mirando con cierta desaprobación. Esa noche no acabó muy bien, la verdad. James acompañó a su novia a casa a altas horas de la madrugada, ambos montados en la nueva motocicleta del chico. Habían bebido tanto, que cuando el padre de Amelia abrió la puerta se produjo una situación bastante cómica e incómoda.
—¡Encantado de conocerle, señor Sinclair! —había dicho James con emoción sin separarse de Amelia ni un centímetro. Tenía su brazo puesto sobre los hombros de la chica mientras ella reía tontamente—. ¡Soy James, su yerno! Déjeme decirle que se le queda muy bien ese pijama de flores.
Mientras que los rostros de Amelia y James no mostraban más que felicidad, Henry Sinclair observaba con una mirada fulminante al que se hacía llamar "su yerno".
