【 EPÍLOGO 】
TRAVESURA REALIZADA▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬
JULIO DE 1999
AMELIA SIEMPRE PENSÓ QUE cuando Harry llevara a casa a alguna novia suya, ella tendría que ser dura para comprobar si era apta de estar de forma romántica con su querido hijo. Pero nunca se imaginó que todo fuera tan natural y entretenido; en cuanto vio que Ginny Weasley era la novia actual de Harry, se alegró enormemente. Siempre le había caído bien esa chica, sobretodo porque le recordaba mucho a cómo era ella en sus tiempos de estudiante.
James había insistido demasiado en tener una comida familiar con ellos dos. Sus deseos se parecían a cuando, muchos años atrás, había querido reunirse con los padres de Amelia para causar una buena impresión. De hecho, en cuanto se enteró de que Harry tenía novia, quiso invitarla a casa sin siquiera saber de quién se trataba. Pero debido a la repentina guerra que se había formado, sus planes tuvieron que ser aplazados un tiempo.
Por fin había llegado el momento, y Amelia se sorprendió de lo cómodo que le estaba resultando todo.
Estar en la casa de los Potter en valle de Godric, disfrutando de una alegre comida con su familia, le hizo pensar en sus años de juventud. Amelia añoraba esa época de su vida, cuando tan sólo debía preocuparse de no ser atrapada por profesores o prefectos al hacer sus bromas y travesuras. Recordó las hermosas tardes de verano que había pasado con sus amigos y los pequeños momentos que había disfrutado con James a solas. Todo se había desvanecido. Lily Evans era la única de sus amigos que seguía en pie y James continuaba a su lado, lo que era un alivio, pero a veces eso no era suficiente para quitarse de la cabeza todas las vidas inocentes que la guerra se había llevado.
Pero no era momento de pensar en esas cosas. Ahora, Amelia debía concentrarse en su hijo de dieciocho años con el cabello despeinado y en la joven pelirroja que reía a su lado.
—Y entonces —dijo Ginny entre risas. Tenía las mejillas coloradas y sus ojos brillaban con emoción—, Harry le lanzó una quaffle a Ron.
—¡Fue sin querer! —exclamó Harry rápidamente con indignación, una sonrisa se asomaba por sus labios.
—Lo que tú digas, yo creo que fueron los privilegios de ser el capitán —repuso Ginny poniendo los ojos en blanco con diversión.
Los ojos de Amelia se desviaron de uno a otro, admirando con adoración lo bien que se llevaban. Eran tan parecidos a James y a ella. Hablaban de quidditch con emoción, se hacían bromas entre ellos, eran bastante rebeldes... Amelia dejó escapar un suspiro sonañor al darse cuenta. Mientras Harry y Ginny continuaban hablando, la rubia sintió una mano coger la suya bajo la mesa y apretarla con delicadeza. Evidentemente, fue James, quien le dedicó una pequeña sonrisa torcida antes de volver a preguntar algo con ilusión.
Muchas cosas habían desaparecido de sus vidas. Personas maravillosas se habían ido involuntariamente, sus hábitos más cotidianos se habían vuelto lejanos, habían perdido un poco de felicidad durante un tiempo; pero la única constante en la vida de Amelia fue su pequeña familia de tres, siempre estuvieron allí y siempre lo estarían.
—¿Ustedes jugaban en el equipo de quidditch de Gryffindor? —preguntó Ginny emocionada.
James y Amelia se miraron momentáneamente, decidiendo en silencio quién respondía. Ella se le adelantó, causando una risa de parte de él.
—Por supuesto —respondió Amelia con una enorme sonrisa—. Gracias a nosotros, rompimos la racha de victorias de Slytherin y ganamos la copa de las casas en último año.
—¡Eso es maravilloso!
—Y también incendiaste las gradas de Slytherin, ya sabes... —murmuró James por lo bajo con una sonrisa disimulada, recibiendo una mirada sorprendida de la mujer.
—¿Incendiaste las gradas de Slytherin? ¡Eso nunca me lo contaste, mamá! —exclamó Harry indignado.
Amelia se apresuró a levantarse de su asiento y, con un ligero movimiento de varita, desaparecieron todos los platos, dejando la mesa completamente limpia.
—Esta conversación se ha acabado —finalizó ella rápidamente, ignorando las protestas del chico y comenzando a caminar hacia el salón. Por mucho que le gustara recordar sus tiempos de estudiante, aquel momento no era precisamente algo que quisiera discutir con su hijo.
Harry y Ginny acabaron cediendo, y juntos subieron las escaleras hacia el piso de arriba mientras comentaban la broma que ella le había gastado a su hermano Ron el otro día. Amelia no lo cuestionó, simplemente decidió quedarse sentada en el sofá mientras esperaba a que su marido se acercara.
Tal como deseaba, James se sentó a su lado momentos después y pasó una mano por sus hombros para acercarla más hacia él. Amelia se permitió acomodarse en sus brazos, disfrutando de su agradable compañía.
—¿Crees que van a hacer...? —comenzó a decir James con el ceño fruncido, refiriéndose a Ginny y a Harry.
—Sí —lo interrumpió Amelia con una risa—. Déjalos que disfruten. Se pasan el día cuidando a Teddy, parece que ya son padres.
La simple mención de Teddy Lupin provocó que más recuerdos llegaran a la mente de Amelia. Teddy era el hijo de Remus, aquel amable chico apodado Lunático al que, junto con los demás, echaba de menos prácticamente cada día. Como muchos otros participantes de la Segunda Guerra Mágica, Teddy había perdido a sus padres injustamente y tuvo que quedarse a vivir con sus abuelos. Pero Harry, como su padrino, iba a verlo casi todos los fines de semana para pasar tiempo con él. Si Amelia recordaba bien, el pequeño ya tenía un año.
—Yo también los echo de menos —confesó James al ver que la mirada de la chica se desvío hacia una fotografía colgada en la pared, la cual mostraba a todos los antiguos miembros de la Orden del Fénix a sus cortos diecinueve años de edad. Tan jóvenes y a la vez tan dolidos—. Pero seguramente siguen... ya sabes, en nuestros corazones y todo eso.
Amelia giró la cabeza para mirarlo con sorpresa.
—Sirius se estaría riendo de ti si te hubiera escuchado decir eso —dijo.
Él asintió y ambos estallaron en carcajadas alegres. Eso era lo bueno de recordar, que siempre se centraban en los momentos bonitos y felices que habían pasado con sus amigos.
Cuando dejaron de reírse, James tomó las mejillas de Amelia de forma desprevenida y se acercó para juntar sus labios en un beso. Ella lo correspondió al instante, disfrutando de ese fuego que aún ardía en su interior cada vez que mantenían aquel tipo de contacto. Deseaba no tener que separarse de él nunca, pero tuvieron que alejarse por la falta de aire.
—Te quiero, rubita —dijo James con una sonrisa, mirándola a través de sus gafas con interés.
—Yo también te quiero, Bambi —dijo Amelia con picardía, logrando que resoplara antes de reírse de nuevo.
FIN DE TROUBLE
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𝐓𝐑𝐎𝐔𝐁𝐋𝐄 ─ james potter
Fanfiction• . ˚ * ━━ 𝐓𝐑𝐎𝐔𝐁𝐋𝐄 ❝Irresponsables y arrogantes. ¡Están hechos el uno para el otro!❞ Cuando el chico más problemático de todo Hogwarts encuentra a Amelia Sinclair en una situación complicada, ella no tiene más remedio que ceder a su chantaje...