Avalak observó como Orianna daba golpecitos con su pie de forma nerviosa sobre el mármol del suelo.
Claramente estaba nerviosa, tenía las manos entrelazadas ocultando su boca y miraba perdida los cuadros de la sala de espera del rey Mithras.
El anciano suspiró pesadamente y sacó su reloj de bolsillo para mirarlo con impaciencia.
Su audiencia debía haber empezado hace diez minutos ya ¿Que estaba ocurriendo?
Orianna también soltó un suspiro entre sus dedos.
-¡...Dita sea!
Avalak no dijo nada, tan solo esperó, cerró su reloj y lo volvió a guardar en su bolsillo. Sabía que la cosa no se iba a quedar en un simple juramento.
-Esto es una mierda, Avalak. -Empezó ella frustrada.-No he conseguido absolutamente nada... A este paso Milanna se tendrá que casar con ese...
-Orianna.- La detuvo él también angustiado.-Sé cómo te sientes, pero nosotros hemos hecho ya todo lo que estaba en nuestra mano.
-¿Qué? -Preguntó ella levantándose de su asiento de inmediato.- No puedo creerte... ¿Significa eso que te rindes?
El anciano inclinó la cabeza, asintiendo muy levemente.
-Admito que podría parecerlo.- Concedió él.- Pero tan solo reconozco que los que puedan marcar la diferencia ya no somos nosotros.
-Uy que no. -Respondió ella indignada.- Espera a que levante una ola de quince metros que amenace con arrasar este castillito, ya verás como así cancelan la boda.
Ciertamente Avalak se asustó durante unos instantes de las palabras de la salvadora, pero decidió apoyarse en la corazonada de que él la conocía bien, y por ende, que sería incapaz de hacer algo así.
-Creo que los dos sabemos que esa no sería precisamente una buena solución, Orianna.- Dijo él con más calma de la que sentía.- No es propio de tí.
La Salvadora se sentó, soltando otro suspiro.
-Perdona Avalak.- Dijo llevándose las manos a la cara.- Ay... Si Iuarrax me escuchara decir estas cosas... Me regañaría, seguro.
-Bueno.- Se encogió él.- Para eso estamos aquí, para sacarle de su celda.
-Ya.- Se mofó Orianna.- Muchas esperanzas tienes tú en tu amiguito el rey... ¿Y si no funciona?
-Si no funciona.- dijo pensativo el anciano esbozando una sonrisita.- Pues me pondré a buscar dos buenos caballos, porque los vais a necesitar para huir de la guardia real una vez saques a tu chico de los calabozos.
-Oye.-rió ella.- Que rápido cambias de opinión.
Él soltó una risita pícara.
-Aunque esté en contra de aquello de "El fin justifica los medios" nunca podré estar a favor de separar a dos personas que se aman.
-Qué majo eres.- Sonrió ella.
-Sin embargo, agradecería que tuvieras algo más discreto que una ola descomunal para sacarlo de los calabozos
-Alguna idea tengo por ahí.- rió ella.-Gracias Avalak
-No me las des aún.- Dijo levantándose tras volver a consultar su reloj. -Esto es muy extraño Orianna, Mithras nunca me ha hecho esperar tanto, nunca.
Orianna se levantó también de su asiento.
-Hummm, ¿Tal vez tiene mucho papeleo? .-Consideró Orianna, demostrando que no tenía la menor idea de cuáles eran las labores de un rey en su sala de audiencias.
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LAS BODAS DE MILANNA DERVALE
FantasyEs un día normal en las praderas de la cordillera de Hamel. El sol brilla todo lo que puede buscando calentar el frío aire de las cumbres. De pronto, una carta llega. Orianna ha sido invitada a la boda de Milanna Dervale, la preciosa princesa de Ham...