Los instrumentos dejaron de sonar y una lluvia de aplausos hizo retumbar las paredes del salón.
Las cortinas se cerraron con una reverencia de los artistas y de la princesa.
-Oye...-Dijo Loric preocupado viendo a Orianna pálida como una losa. - ¿Está ella bien?
-Tranquila... Respira. - Le dijo Iuarrax simulando el ritmo de los pulmones con los suyos. - Fuera lo que fuera aún no ha ocurrido.
Orianna agarró con fuerza su mano, era muy cálida en comparación a la suya.
-¿Qué has visto? - Volvió a preguntarle Iuarrax.
-Algo está terriblemente mal aquí.
Iuarrax asintió.
- También he notado algo raro... Hay algo de esa actuación... Que me ha desgarrado por dentro... Su tristeza, su congoja... Me han golpeado como si fueran mías propias.
Iuarrax miró por todos lados, pero no encontró a Avalak por ninguna parte.
-¿Dónde se ha metido justo ahora ese vejestorio?
-Estás muy familiarizado con la tristeza, amor mío. - Le dijo Orianna incorporándose con cuidado, algo menos asustada. - Por eso puedes verla con tanta facilidad en los rostros de los demás.
Orianna miró las cortinas azules del escenario, pensativa.
-Me temo que esta chica esté viviendo un infierno ahora mismo. - Declaró ella. - Lo suficientemente horrible como para querer acabar con su vida, esta misma noche.
Iuarrax maldijo por lo bajo.
-Entonces es por esto por lo que te ha llamado Avalak.
-Eso creo.-Asintió ella, pensativa. -¿Sabes? Antes, en la entrada, Avalak le preguntó al chambelán por los aposentos de la princesa.
Supuestamente se le había olvidado dónde estaban, pero creo que más bien me lo estaba mostrando a mí.
-Oh...
Ambos estuvieron en silencio por unos segundos.
Iuarrax miró a Orianna.
Ella tenía la mirada perdida en algún lugar de la mesa, pero sus ojos se movían levemente de un lado para otro.
Sus dedos jugaban con la moneda dorada del antiguo emisario que ella había sacado de su abrigo.
"Ya está urdiendo un plan" Pensó Iuarrax con una sonrisita.
-Debemos movernos de inmediato. - Dijo ella de pronto. - Prepárate Iuarrax.
-Listo para perder la discreción.
Ella soltó una risita.
-Magnífico, pero tú te quedarás en el salón.
-De eso nada. - Dijo él muy serio. - Voy a ayudarte.
-Me ayudarás. - Confirmó ella. - Ahora mismo todos están comiendo y bebiendo en este salón.
No solo los invitados, sino la mayoría de guardias y de doncellas.
Ella le miró con severidad.
-Necesito que te asegures de que la doncella vestida de amarillo de esa mesa no sale del salón.
Iuarrax la miró extrañado.
-Vale pero... ¿Por qué?
- Ella es la que saldrá a recoger a la princesa tras la cena para comenzar la ceremonia de casamiento, lo he visto.
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LAS BODAS DE MILANNA DERVALE
FantasiEs un día normal en las praderas de la cordillera de Hamel. El sol brilla todo lo que puede buscando calentar el frío aire de las cumbres. De pronto, una carta llega. Orianna ha sido invitada a la boda de Milanna Dervale, la preciosa princesa de Ham...